Los que menos accidentes tienen y los más perseguidos. También los que están involucrados en los accidentes más graves. Los conductores mayores de 65 años vuelven a estar en el foco. ¿Deberían aligerarse los plazos de los exámenes psicotécnicos? Así lo cree Pere Navarro, director de la DGT.
Excesivos. Así ha calificado Pere Navarro los plazos de los exámenes psicotécnicos para los mayores de 65 años. Tal y como recoge el Reglamento General de Conductores en su artículo 12.2, los conductores deben presentarse a estas pruebas cada 10 años entre los 18 y los 65 años. A partir de entonces, la fecha de la revisión se reduce a un máximo de cinco años.
"A todo el mundo los plazos le parecen excesivos y tenemos que adecuarlos", ha asegurado en los últimos días Navarro en un evento relacionado con la seguridad vial. En las palabras que ha recogido El Mundo también reconocía que era un tema delicado y que se debe llegar a un consenso con las asociaciones y colectivos de mayores.
Recurrente. Las limitaciones a los conductores mayores de 65 años es un tema recurrente que lleva tiempo encima de la mesa de la DGT. "Me parece excesivo que una persona de 90 años pueda tener su permiso de conducir durante cinco años sin renovarlo", argumentaba Navarro hace poco más de un año.
El tema también preocupa en la calle y con cada palabra del director de la DGT vuelven a mostrarse voces a favor y en contra de limitar la conducción de los más ancianos. Tanto que es habitual que se levanten algunos bulos y corran por la red supuestas limitaciones que "la DGT aplicará muy pronto", pese a que no hay nada firme sobre la mesa.
¿Injusto? Que los mayores centren todas las miradas no es algo nuevo. El fiscal jefe de Salamanca, Juan José Pereña apuntó el año pasado a que los mayores de 70 años podrían llevar una M en la luneta trasera para que el resto de conductores "conduzcan sin atosigarlos, como ocurre con los conductores noveles". La idea fue rechazada de forma tajante por, Fernando Grande-Marlaska, ministro de Interior.
Pese a ello, los mayores chocan hasta cuatro veces menos que los jóvenes, según datos de la DGT. ¿El problema? La mortalidad en caso de accidente se dispara. Las posibilidades de accidente fatal se multiplican en 2,5, en comparación al resto de conductores, y tienen un 9% más de posibilidades de ser heridos graves. El verdadero riesgo de morir en un accidente de tráfico con más de 65 años es ser un peatón.
Limitados Lo cierto es que si un conductor con 90 años, como señalaba Navarro en una de sus declaraciones, recibe el visto bueno para conducir los próximos cinco años, lo hará tras pasar los exámenes de un especialista. La duda es si estos exámenes son suficientes. Sólo el 4% de los conductores mayores se queda sin carné de conducir, por el 6% de la media europea.
Por el contrario, el 81% de los conductores mayores pueden circular "con limitaciones". Éstas las impone el facultativo que realiza las pruebas psicotécnicas y pueden establecer desde un rango de kilómetros hasta la imposibilidad de circular por la noche o la obligación de presentarse a un nuevo examen psicotécnico antes de que cumplan los plazos generales.
¿Qué reforma? El verdadero elefante en al habitación es: ¿qué reformamos? Desde la DGT se han lanzado mensajes sondas que hablan de reducir los plazos de las pruebas psicotécnicas pero no se atisban cambios en las mismas ni pruebas específicas a partir de cierta edad, como sí se pide en algunos foros que señalan que el 61% de los "aptos con restricciones" tienen capacidades visuales decrecientes.
Desde las instituciones siempre han rechazado cambios profundos en las pruebas psicotécnicas para mayores. Una forma de querer nadar y guardar la ropa. Quizás porque de este grupo de edad (cada día más numeroso) puede depender un resultado electoral. Países de nuestro entorno ponen verdaderas trabas a la renovación del carné de conducir pasados los 70 años o, incluso, obligan a contar con el visto bueno de un médico y dos especialistas.
De nada de todo esto se ha hablado cuando Pere Navarro ha insistido en el problema que pueden representar los mayores al volante. Sus declaraciones son difusas y apuntan a limitar algo que, en la práctica, ya puede ser limitado. La duda es si la reforma sólo afectará a los más ancianos, dentro de la tercera edad (más de 90 años) o enfrentaremos cambios más profundos y menos populares en este grupo de edad.
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