Dymaxion: el tricico de seis metros y once plazas que durante un (breve) tiempo fue el futuro del coche

Puede que la palabra "triciclo" te transporte automáticamente a un pasillo. Un pasillo con dos niñas y Danny Torrance pedaleando. Pero no, hoy venimos a hablar de movilidad. Y con triciclo tampoco nos referimos a las motocicletas con dos ruedas delanteras que garantizan ese extra de estabilidad.

Hoy ponemos la mirada en los años 30 del pasado Siglo XX, cuando Richard Buckminster Fully ("Bucky", para los amigos) tuvo una visión: construir un triciclo de seis metros de largo para hasta 11 pasajeros a velocidades de vértigo. El proyecto, como era de esperar visto con los ojos de hoy, acabó fracasando pero, incluso, ha levantado el interés de Norman Foster.

Esta es la loca historia del Dymaxion, un vehículo, querido y odiado a partes iguales, que levantó tanta expectación que General Motors tuvo que enfrentarse a la retirada de sus créditos bancarios. Todo, ideado por un hombre: Richard "Bucky" Fuller.

Un visionario

No es la primera vez que en las páginas de Xataka encontráis una referencia a Richard Buckminster Fuller. Este hombre fue un arquitecto estadounidense que, en su día, fue considerado todo un visionario de los tiempos que estaban por llegar. Décadas después, sigue teniendo multitud de admiradores.

Fuller consideraba que la Tierra “es como una nave espacial que venía sin manual de instrucciones". Las consecuencias estaban siendo nefastas. Bajo su criterio, el ser humano estaba desperdiciando multitud de recursos naturales a los que no les sacaba todo el proyecto.

Sus trabajos buscaban primar la funcionalidad por encima de todo, pero consideraba que éstos tenían que ser bellos para entenderlos como suyos. “Cuando trabajo en resolver un problema, no puedo pensar en la belleza. Pero cuando he terminado, si la solución no es bella, entonces es que es incorrecta”, aseguraba Fuller.

Para entender mejor a qué se refería, sus proyectos empezaron a llevar la etiqueta Dymaxion, una abreviatura de "Dynamic Maximum Tension", tres palabras que Fully hacía suyas constantemente. De esta premisa nació una casa, un mapa y, por supuesto, un coche.

Dymaxion, el triciclo para 11 pasajeros

En 1933, Fuller consideró que podía aplicar su filosofía laboral al mundo de la automoción. Con el claro objetivo de conseguir más con menos, diseñó un triciclo de seis metros de largo con formas redondeadas para ser lo más eficiente posible y transportar hasta 11 pasajeros.

El vehículo contaba con un eje delantero con dos ruedas y uno trasero con un solo neumático que, además, albergaba la dirección del coche. Así, este triciclo podía girar 180º utilizando su eje trasero. En la zona trasera también se incluía un motor V8 de origen Ford que le aportaba 86 CV de potencia.

La gran ventaja del Dymaxion es que era muy eficiente. Su consumo se calculaba en apenas 7,8 L/100km, unas cifras realmente buenas para la época, especialmente si tenemos en cuenta que estaba destinado a llevar a 11 pasajeros en su interior. Pero es que, además, su aerodinámica y bajo peso le permitían alcanzar una velocidad punta de 193 km/h.

Un choque de realidad

El gran inconveniente residía, cómo no, en esa rueda trasera solitaria. A pesar de que sus cifras eran realmente espectaculares, la estabilidad era su asignatura pendiente y la conducción poco intuitiva, especialmente con viento lateral, que sacaba los colores a su eje trasero.

De hecho, y aunque no ha quedado demostrado qué sucedió realmente, uno de los prototipos se accidentó en la Exposición Universal de Chicago en 1933. Tras dar una vuelta de campana, dos pasajeros resultaron gravemente heridos y el conductor falleció al no resistir el techo el golpe contra el suelo.

Este fue el final para el Dymaxion. El accidente espantó a los inversores y el proyecto se quedó sin financiación posible. Sin embargo, en el libro "The Age Of Heretics: A History of the Radical Thinkers Who Reinvented Corporate Management" de Art Kleiner se apunta a que General Motors estuvo interesada en el proyecto pero que sus bancos amenazaron con retirar todos sus préstamos al considerar que el Dymaxion podía comerse todo el mercado del automóvil.

Del Dymaxion se construyeron tres unidades pero sólo una se conserva. Está en el National Automobile Museum de Reno, Nevada, y es una pieza que carece de interior, pues éste se perdió con los años y no ha podido saberse a ciencia cierta cómo era por dentro. Además de la unidad accidentada, el otro prototipo se perdió con el paso del tiempo.

Sin embargo, el Dymaxion ha transcendido a lo largo del tiempo e incluso Norman Foster llegó a construir una cuarta unidad de este peculiar vehículo. El proyecto, incluso, tiene su propio libro.

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