El coche eléctrico está protagonizando algunas informaciones contradictorias en las últimas semanas. Si atendemos al número de vehículos vendidos, nunca se han puesto en el mercado tantos automóviles eléctricos como hasta ahora. Y, sin embargo, algunas voces empiezan a dudar de su crecimiento.
En primer lugar, tenemos a China como mayor exponente de la fuerza de vehículos eléctricos. Allí, BYD se ha convertido en el líder del mercado, un fabricante que sólo lanza automóviles de "nueva energía", como se denominan en China a los híbridos enchufables y los eléctricos. Con un fuerte apoyo por parte del Gobierno chino, esta tecnología no deja de crecer.
En Europa, los números también son llamativos. En los nueve primeros meses de 2023, más del 14% de los automóviles que se compran son completamente eléctricos. En países como Alemania se acercan al 20% poco a poco y en otros como en Noruega, Suecia o Países Bajos son mayoría.
En Estados Unidos, la cuota de mercado sigue siendo baja (5,1% de las ventas, similar a la de España, pero el crecimiento en los últimos años es notable. Sin embargo, algunos Estados, como California, están avanzando más rápido y en 2026 esperan que uno de cada cuatro coches que se vendan en el país sean eléctricos.
Pese a ello, en las últimas semanas crece el runrun sobre un posible frenazo a la compra de este tipo de automóviles. Marcas como Volkswagen están reduciendo su producción, alertando de una caída en la demanda del coche eléctrico. Surge, sin embargo, una duda: ¿hay una caída de la demanda o hubo una estimación demasiado optimista de la misma?
Algunos datos sí apuntan a una reducción del crecimiento pero, si tenemos en cuenta la explosión que ha vivido el mercado en los últimos años (con crecimientos que doblan cifras anteriores) es de esperar que éste se vaya enfriando poco a poco. Y, con todo, algunos analistas económicos, como los de Bloomberg Green creen que hay países y regiones donde el coche eléctrico terminará de explotar en los próximos meses, asegurando que, superada la frontera del 5% de cuota de mercado, la tecnología gana adeptos a ritmos mucho más rápidos.
Y, en este contexto, algunas voces nos alertan: de los conductores que ya tienen un coche eléctrico, más del 40% no elegirán esta tecnología en su próxima compra. Una cifra llamativa que trae un informe de S&P Global Mobility pero sobre la que es interesante reflexionar.
No son tan malas noticias
Las conclusiones del último informe de esta consultora especializada en movilidad trae algunos datos curiosos. Quizás, el más relevante es que la lealtad al coche eléctrico podría estar tambaleándose. Al menos esto es lo que pensaríamos si atendemos a un solo dato.
Según sus números, la lealtad de los compradores a Tesla es tan alta que distorsiona un poco la fotografía general del informe. Aseguran que más del 70% de los compradores de la firma de Elon Musk repetirán en la compra de un coche eléctrico en la próxima ocasión que adquieran un vehículo.
Si se saca a Tesla de la ecuación, este dato cae hasta el 52,1%. Aseguran, por tanto, que el 47,9% de los compradores que ya cuentan con un coche eléctrico, no repetirán en su próxima compra. Una cifra que ha caído abruptamente desde 2021, cuando el 81% de los compradores aseguraba que volvería a comprar un coche eléctrico.
Sin embargo, merece la pena parar a reflexionar sobre los datos. En primer lugar, la encuesta está realizada en Estados Unidos, donde la cuota de mercado del coche eléctrico sigue siendo baja pero donde, además, el 60% del mercado está dominado por vehículos Tesla. Sacar a la compañía de Elon Musk de la ecuación es reducir en gran parte la muestra, simplemente porque eleva sensiblemente el número de personas que repetiría en su compra (de un vehículo eléctrico, Tesla o no).
Los coches premium y de lujo tienen mayores tasas de retención en el coche eléctrico. Tiene lógica: son mejores coches
En segundo lugar, la tendencia a repetir coche eléctrico también es mayoritaria entre el resto de firmas premium y de lujo. La tasa de fidelidad al coche eléctrico en este mercado es del 72,6% y se mantiene estable alrededor del 70% desde el primer trimestre de 2022. Audi, con una permanencia en el coche eléctrico de alrededor del 50% es la segunda firma que cuenta con más leales a la tecnología. Jaguar, Mercedes y BMW le siguen de cerca entre el 30 y el 40% y Porsche lleva tiempo creciendo, acercándose a esta última cifra.
Eso sí, hay que destacar que Jaguar y Mercedes han obtenido peores datos en este último informe, pues en el Q2 de este año alcanzaban unas cifras de lealtad del 56,6%. BMW también cae y es la única que cosecha peores datos que en el Q2 de 2020, pasando del 46,6% de tasa de lealtad al 45,9% del Q2 de 2023.
Entre las firmas generalistas, Nissan es la compañía que más retiene a los compradores en el coche eléctrico. Un 63,2 % comprarían otro coche eléctrico (independientemente de la marca) en la próxima compra. Sin embargo, el Ford Mustang Mach E sólo retiene al 37,3 % de los compradores.
Si alejamos el prisma, descubrimos que los compradores de Tesla son los más fieles al coche eléctrico con mucha diferencia pero, además, tiene cierta lógica que las mayores tasas de lealtad al coche eléctrico se den entre los vehículos de mayor coste, pues son los mejor terminados, donde las ventajas del coche eléctrico (suavidad de marcha, silencio o potencia inmediata) son más evidentes y, además, cuentan con mayor autonomía.
No hay que perder de vista que "los precios, la infraestructura y la gama" son los tres argumentos que defienden los poseedores de un coche eléctrico que se pasarían a un vehículo con motor de combustión en su próxima compra. El mercado del coche eléctrico y sus vaivenes, sumado al crecimiento de los tipos de interés, propicia que la compra de un coche eléctrico vuelva a requerir un gran desembolso y eso ahuyente a parte de los compradores.
En el propio informe se alerta de otro detalle: la compra de un coche con motor de combustión (híbrido o no) no implica la sustitución del coche eléctrico. Simplemente se habla de la próxima compra, no de por qué vehículo cambiaría su actual coche eléctrico.
A todo lo anterior hay que sumar que, de nuevo, hablamos del mercado estadounidense. En Europa, las políticas están presionando para reducir la presencia de vehículos con motores de combustión en el centro de las ciudades y se ofrecen ventajas impositivas, descuentos a la compra o alicientes de estacionamiento y paso en zonas vedadas a los vehículos más contaminantes, pese a que el coche de combustión es un enorme recaudador de impuestos.
A esto hay que sumar que poco a poco van llegando y anunciándose vehículos con autonomías superiores a precios inferiores. Aunque son vehículos que seguirán suponiendo un alto coste en algunos países europeos, ya empezamos a vislumbrar automóviles eléctricos que se pueden generalizar por unos 20.000 euros, por lo que es de esperar que el atractivo de la tecnología siga ganando adeptos.
Foto | JUICE
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