La guerra comercial en torno al coche eléctrico debe tener vencedores y vencidos. A México le toca mover ficha y decidir en qué bando está
El mapa geopolítico en torno al mercado de los vehículos eléctricos quedó perfectamente definido hace poco más de una semana. A un lado: Europa y Estados Unidos y los aranceles para frenar la expansión que llega de Asia. Al otro, China contra todos. Pero en este juego hay piezas del tablero sueltas que no saben si avanzar o proclamar una retirada a tiempo. México se había convertido en lo más parecido a la “fábrica americana” de China, pero ahora no está tan claro.
Made in China, en México. El año pasado todo eran buenas noticias. México se había convertido en el segundo mercado receptor de automóviles chinos en el mundo haciéndose en un año con 260.000 vehículos. No solo eso. El país se convirtió en un lugar estratégico para los asiáticos como lanzadera de sus vehículos, abriendo las puertas al mercado de Latinoamérica y, muy importante, al estadounidense (México ya era el mayor exportador de productos a EEUU).
Un dato de lo más revelador de la importancia China y su entrada en el país con el sector automotriz: en noviembre del año pasado, la contribución de la industria al PIB del país era de 4,8%, y sus exportaciones la principal fuente de divisas. Además, generaba un millón de empleos directos y 3,5 millones indirectos. Con China, todo se debía acelerar.
China-EEUU. A comienzos de 2024, China aumentó su dominio en las cadenas globales de suministro. Esto es un problema para Estados Unidos, el mayor consumidor del planeta que busca por todos los medios endurecer los lazos comerciales con China para alejar las dependencias comerciales.
Con Biden, de hecho, se mantuvieron los aranceles a China impuestos por Trump (de paneles solares a acero, aluminio o incluso lavadoras), y ha prohibido que las empresas locales inviertan en sectores tecnológicos que China considera estratégicos, además de restringir exportaciones de semiconductores y chips a la economía asiática. En mayo, anunció aranceles del 100% a los EVs chinos.
Por su parte, China ha recurrido a un subterfugio para no detener su expansión en Estados Unidos. En esencia, ha derivado sus mercancías a México esquivando así algunos aranceles. Una situación ventajosa para la economía local mexicana si no tuviera en el cogote el aliento de Washington y la posibilidad de que las relaciones con Estados Unidos varíen.
El ”truco” chino. Los fabricantes de automóviles chinos podrían eludir los aranceles estadounidenses estableciendo tiendas en México, pero, y muy importante, siempre y cuando cumplan con las reglas sobre la cantidad de un vehículo que debe producirse localmente.
Para evitar los aranceles estadounidenses, los bienes deben tener un cierto porcentaje de ensamblaje y componentes regionales, que varía según el producto y el sector. Al menos el 75% de las piezas principales de los vehículos, como el motor o la transmisión, deben tener su origen en la región de América del Norte. Por eso se busca levantar una planta en México.
México duda. En abril, y ante la presión de Estados Unidos, Reuters contaba que el gobierno federal de México parecía tomar partido al mantener a los fabricantes de automóviles chinos a distancia negándose a ofrecer incentivos como terrenos públicos de bajo costo o recortes de impuestos para la inversión en la producción de vehículos eléctricos. De ser así, la iniciativa afectaba directamente al fabricante chino BYD y su propuesta de construir la primera planta de EVs chino en suelo mexicano.
La medida, por supuesto, venía firmada por la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), con el fin de mantener a los fabricantes de automóviles chinos fuera de la zona de libre comercio establecida en virtud del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC).
China-Europa. Desde el continente europeo también había dudas, al fin y al cabo, la UE tiene a China como su segundo socio comercial. Sin embargo, hace una semana parece haber tomado partido imponiendo, como Estados Unidos, aranceles al coche eléctrico chino, entre un 17% y un 38% desde julio a los tres grandes fabricantes asiáticos: BYD, Geely y SAIC.
México, ante una encrucijada. Así las cosas, y con la guerra comercial de los EVs bastante definida, todo parece girar sobre la decisión que adoptará México, una responsabilidad que, como veíamos antes, va muchos más allá de ponerle trabas a China, también se juega su propia economía o las relaciones que pueda tener con su vecino Estados Unidos. Mientras tanto, sabemos que la situación con BYD cambió hace unos días.
De hecho, el fabricante chino que más coches eléctricos vendió en 2023 está estudiando seriamente la apertura de una fábrica en México donde producir directamente. ¿Podría ser una alternativa real para saltarse ese 100% de aranceles estadounidense? Parece complicado, pero también cuesta imaginar que China no busque adentrarse en una industria como la estadounidense de 333 millones de habitantes.
Advertencia china. Mientras México deshoja la margarita y decide cuál será su lugar en el tablero geopolítico, China advierte a quien se ponga en su contra. Sin ir muy lejos, el futuro de los fabricantes europeos en el mercado chino puede sufrir un portazo. Incluso España, a favor de los aranceles adoptados, ya empieza a sentir el aliento chino con una primera víctima: el cerdo español.
Un aviso para navegantes.
Imagen | Huawei, Christian Frausto Bernal
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