En Japón muchos coches nuevos terminan en chatarra a los pocos años. Hay una palabra que lo explica: Shaken

La historia de cómo un coche en Japón de tan solo tres años de vida puede acabar "viviendo" en varias partes del mundo al mismo tiempo

Hay un nombre que suele pasar desapercibido y que explica muy bien por qué Japón mantiene una elevada demanda de coches de alto nivel en el país: Shaken. La cadena que se mueve desde que un vehículo japonés tiene nuevo dueño, hasta que ese mismo conductor se compra un nuevo "compañero", es fascinante e increíblemente corta en muchas ocasiones. Y todo por culpa de una ITV.

La historia. Shaken es el nombre que recibe la inspección de los vehículos en Japón. El problema, como veremos a continuación, es que su precio es tan excesivo y desorbitado a los pocos años de uso que se inicia una cadena asombrosa donde el conductor japonés termina con un vehículo nuevo, y lugares como Emiratos Árabes pasan de forma insólita a engrosar la lista de los países más exportadores de vehículos (o "piezas de"), y eso sin tener ni una sola fábrica.

¿El problema? El Shaken debe realizarse cada dos o tres años, dependiendo de la antigüedad del vehículo. Tres años después de la compra de uno nuevo, una vez cada dos años tras el cumplimiento del cuarto año, y cada doce meses cuando el auto tiene 10 años o más. Un auténtico agujero a las carteras niponas.

Muy caro. Hablamos de una de las inspecciones más estrictas y caras del mundo (en perspectiva, en España sale alrededor de 50 euros). Los costes incluyen tarifas gubernamentales, seguros obligatorios y posibles reparaciones, que pueden alcanzar fácilmente sobre los 1.000 dólares la primera vez (a priori, la más sencilla y económica por ser “nuevo”), o mucho más, especialmente en coches más antiguos, en adelante.

Es más, lo normal en coches antiguos es que la estricta ITV obligue a repetir procesos, engordando la factura final más y más, ya que las reparaciones recomendadas para cumplir con los estándares tienden a ser muy elevadas. En resumen, unas cifras desorbitadas que han llevado a una situación peculiar.

Venta y coche nuevo. Debido al alto coste, los propietarios prefieren vender sus autos antes de tener que enfrentarse el próximo Shaken. Recordamos, no se trata de coches viejos, hablamos en muchos casos de vehículos que tienen tres, cuatro o cinco años, lo que genera un mercado de segunda mano de lo más dinámico.

Muchas veces, estos vehículos son exportados a otros países, como Nueva Zelanda, Rusia o países de África, donde los precios de mantenimiento y las regulaciones son menos estrictas. En la acera de Japón, este movimiento también permite que el país mantenga una alta demanda de salida de coches nuevos de gama alta.

Emiratos Árabes. Sin embargo, si hay un lugar que ha aprovechado está situación, ese no es otro que los Emiratos Árabes, el principal “desguace” de los autos nipones y donde muchos de estos vehículos relativamente nuevos terminan y se comercializan, bien como repuestos, bien como chatarra, o incluso “nuevos” una vez reconstruidos, todos directo a su posterior exportación desde sus zonas francas.

Un comercio de lo más lucrativo, ya que los autos japoneses son famosos por su durabilidad y calidad, y los Emiratos y sus clientes los valoran especialmente.

Emiratos, el improbable exportador. La situación es tal, que en 2023 los Emiratos se consolidaron como uno de los actores principales en el mercado de exportación de coches. En términos globales, los EAU ocuparon la posición número 20 en exportación, con un valor de 7.04 mil millones de dólares en ventas al exterior. Los principales destinos: países como Irak, China y Kazajistán, que representaron un crecimiento significativo en la demanda de vehículos desde allí.

Por cierto, además de los coches nuevos, su mercado de exportación también incluye vehículos de segunda mano y automóviles de lujo, aprovechando las ventajas comerciales que ofrecen las zonas francas y las bajas tarifas de importación en el país​.

De Japón a Dubai. Para terminar, en el increíble viaje de los coches japoneses que amanecen en una fábrica del país y a los pocos años tienen sus piezas dispersadas por varios territorios, Dubai se erige como uno de los destinos favoritos. ¿La razón? Es un centro clave para la exportación de automóviles, no solo debido a su infraestructura y su ubicación estratégica, sino también por las atractivas políticas fiscales que facilitan el comercio.

Todo ello ha permitido que el mercado automotriz de los EAU florezca, conectando a Europa, Asia y África, y convirtiéndose en un punto de referencia para la exportación de vehículos a nivel mundial. Una cadena tan improbable como sorprendente.

Imagen | RawPixel, Diego Delso

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