El diésel escasea en Europa. Lo avisan desde Repsol (quienes cuentan con más de 3.500 estaciones de servicio de nuestro país). Y sus avisos no son halagüeños para los consumidores. De momento, el diésel ya está muy cerca de sus máximos históricos. Y todo apunta a que podemos conformarnos si la situación no se agrava.
Siguen llegando malas noticias para los propietarios de vehículos diésel. Un combustible que en Europa representa al 42,8% de los automóviles que se utilizan pero que en España se eleva hasta el 57,9%. Lituania, donde el 69.2 % son vehículos diésel, es el país que más automóviles movidos por gasóleo tiene.
La última la hace llegar Repsol, compañía que empieza a alertar de la falta de este combustible en Europa. El problema es un cúmulo de circunstancias donde Rusia, Francia y el precio del gas ponen su granito de arena para que la oferta de gasóleo pueda ser insuficiente y, por tanto, los precios sigan al alza.
Una olla a presión
Hacerse con diésel en Europa es, cada día, más complicado. Primero fue el veto al petróleo ruso. Una decisión de la Unión Europea que ha provocado la necesidad de sustituir uno de cada cuatro barriles que se compraban en el mercado. Un 25% de la oferta que, en total, movía una factura de 48.000 millones de euros y de 75.000 millones de euros si se tienen en cuenta los productos derivados. Son 4,5 millones de barriles diarios menos en el mercado.
A esto se suma que el peso del diésel llegado de Rusia era aún mayor. El gasóleo es un producto refinado que venía ya procesado y que Europa, a la hora de buscarle un posible sustituto, se ha encontrado con productos de peor calidad y mayores costes en el refino, lo que ha elevado su precio.
Durante la pandemia de coronavirus, algunas refinerías fueron cerradas por sus altos precios. Hoy, el transporte se ha recuperado pero, sin Rusia en juego, los barriles disponibles son menos. Una situación que ha hecho que las refinerías que aún quedaban vivas en Europa se hayan convertido en una auténtica mina de oro.
En este contexto, se suma la huelga de las refinerías francesas. El conflicto social que nos ha dejado llamativas imágenes de racionamiento y hasta violencia, ha provocado una importante escasez de combustible en el país. Pero, además, también está presionando al resto de Europa, con importaciones que el mercado no tiene previstas habitualmente, mientras el país lidia con la inmensa mayoría de sus refinerías cerradas.
Y completa la fotografía el precio del gas. Su encarecimiento ha sido tal que "teniendo en cuenta los altos precios del gas natural que estamos viendo en Europa y en otras partes del mundo -todos los países dependen de las importaciones de GNL (gas natural licuado)-, el diésel, inicialmente, podría ser elegido para sustituir al gas", añade Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, en palabras recogidas por El Español.
Las palabras de Imaz las respaldan estrategias como las de Volkswagen, grupo que se estaba planteando trasladar parte de su producción a países del oeste de Europa, como Portugal o España. A esto hay que sumar la necesidad de alimentar las calefacciones a base de gasóleo.
Sin embargo, la situación es paradójica porque el abastecimiento europeo de gas, con sus reservas llenas ante un invierno complicado, ha provocado que el precio del Gas Natural se haya desplomado. Incluso, esta misma semana el precio del TTF ha caído por debajo de los 100€/MWh, una situación que no se vivía desde junio.
"Hay espacio para ver precios más altos del diésel"
Las palabras de Josu Jon Imaz han sido elocuentes. Con el diésel más caro que la gasolina 98 y los precios que empiezan a acercarse a su máximo histórico, el consejero delegado de Repsol ha anunciado que ésta será la nueva normalidad para los próximos meses y que aún podemos llegar a pagar precios más altos en las estaciones de servicio.
Desde Repsol apuntan a que los casos anteriores provocarán este encarecimiento pero también que le margen de beneficios en el refino será mayor. “No tengo una bola de cristal. En caso de continuar, lamentablemente, en términos sociales, económicos y políticos, con las tensiones geopolíticas actuales en Europa, me parece que estas grietas diésel muy abiertas se van a quedar para los próximos meses”, recoge Voz Pópuli.
Estas grietas a las que se refería Imaz en las declaraciones anteriores, son los márgenes de beneficio por barril. En Bloomberg apuntan que este beneficio se ha disparado hasta los 26 dólares por barril en octubre y el consejero delegado de Repsol ya apuntaba a que no esperan que esta cifra caiga por debajo de los 15 dólares en los próximos meses.
Son cifras extraordinarias. Entre mayo y junio, Repsol ya multiplicó por 15 su margen de ganancia respecto al mismo periodo del año anterior. Pero no es el único caso. Por ejemplo, Galp consiguió datos récord en los últimos tres meses, pasando de siete a 13 dólares en el margen de beneficio por barril. Shell consiguió en apenas tres meses un “impacto positivo de entre 800 y 1.200 millones de dólares”, en sus cuentas. BP duplicó sus beneficios y Exxon Mobile obtuvo 4.400 millones de beneficios solo en el segundo trimestre del año.
Foto | Repsol
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