Hace ya muchos años que los híbridos eléctricos se asentaron en el mercado. Especialmente con la fuerza de Toyota que consiguió asociar esta tecnología a su propio nombre. Entonces era habitual escuchar una pregunta en todo profano al sector del motor: "¿cómo es eso de que tienen unas baterías que se cargan solas?"
Por supuesto, la respuesta a la pregunta tenía mucho más que ver con la ciencia que con la magia. Y algo similar es lo que sucede con el GenerTRX, un artilugio ideado para mantener siempre viva la batería de una bicicleta eléctrica. El problema: esta bicicleta eléctrica es, prácticamente, cualquier cosa antes que una bicicleta eléctrica.
La bicicleta que no es bicicleta
Los inventores del GenerTRX son los mismos que los creadores de UltraTRX, una empresa que dice vender bicicletas eléctricas que, en nuestro país, serían motocicletas con todas las letras. Un paseo por su oferta deja claro qué tipo de vehículos tienen entre manos.
Bicicletas eléctricas que aceleran sin necesidad de pedalear, vehículos con más de 5000 w de potencia y hasta una UltraTRX King Cheetah que cuenta con un motor de 15 kW de potencia, que puede recorrer casi 130 kilómetros sin pedalear y alcanzar una velocidad máxima de 140 km/h.
Por si esto fuera poco, en UltraTRX están trabajando en una especie de extensor de autonomía eléctrica acoplado a la propia bicicleta. Como si de un híbrido se tratara, parte de la energía utilizada para impulsar la bicicleta se reaprovecha y se envía de nuevo a su batería, alargando la autonomía de esta entre un 35 y un 50%, dependiendo de la bicicleta y el terreno por el que se circule.
El GeneTRX se monta en los frenos de disco delanteros y traseros que giran junto a imanes de alta potencia. Con este giro, se crea un campo magnético que pasa por diferentes bobinas y genera la energía. Ésta se envía a una placa donde se convierte esta energía de corriente alterna en corriente continua para que pueda ser utiliza, de nuevo, por la bicicleta.
Todo ello, da como resultado un sistema que aporta energía eléctrica de manera continua a la bicicleta siempre que ésta gire a la velocidad necesaria para crear estos cambios magnéticos. Según la compañía, este invento puede utilizarse para cargar baterías de iones de litio de 48 V, 52 V, 60 V y 72 V.
Evidentemente, no es un sistema de "batería infinita", pues siempre se va a emplear más energía eléctrica en el movimiento del vehículo que la que el sistema es capaz de regenerar. Sin embargo, sí permite que, una vez agotada su batería, el ciclista pueda volver a contar con energía eléctrica unos minutos más tarde gracias a su propio pedaleo.
Una legislación muy clara
Este tipo de bicicletas ni están a la venta en España ni se las espera. La legislación que hace referencia a las bicicletas eléctricas especifica que este tipo de vehículos solo pueden asistir al pedaleo y, por tanto, no pueden moverse sin la acción del ciclista. Si este deja de pedalear, la bicicleta deja en el acto de impulsar la bicicleta.
Además, esta asistencia sólo puede aportar electricidad hasta los 25 km/h. Por encima de ese limite, la bicicleta eléctrica también debe dejar de apoyar el impulso del ciclista y, por tanto, serán las piernas de este último las que sostengan por completo el avance del vehículo.
Las bicicletas eléctricas en España tampoco pueden llevar un motor superior a 0,25 kW y deben estar homologadas por el Ministerio de Industria, lo que hace que las bicicletas de UltraTRX sean completamente ilegales en nuestro país.
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