Si el coche eléctrico quiere triunfar necesita muchas cosas pero, principalmente, podemos resumirlo en dos pilares: bajar sus precios y mejorar la experiencia de carga. Lo primero, parece complicado a corto plazo y hace tiempo que la industria avisa de que podemos haber experimentado un crecimiento para el que no hay marcha atrás.
De la experiencia de carga podríamos decir muchas cosas y, en España, pocas cosas buenas, la verdad. Es un hecho que la red está mal repartida y que algunas regiones muestran importantes carencias a la hora de dar soporte a un viajero. (tanto en carretera como en ciudad).
Pero no es de eso de lo que he venido a hablar en esta ocasión. Este artículo trata sobre la experiencia de carga y lo necesaria que es para atraer al mayor número de personas posibles al coche eléctrico.
"Yo llego y lleno el depósito, cinco minutos"
Es una de las frases habituales que escucho cuando le explico a alguien a qué me dedico, qué temas trato en Xataka y por qué el coche eléctrico tiene mucho futuro por delante.
Y lo cierto es que, de momento, el coche eléctrico no puede competir con el vehículo de combustión en lo que a experiencia de recarga (de llenado del depósito, en un gasolina o diésel) se refiere. Porque sí, podemos alegar que mientras el coche carga, nosotros estamos comiendo, tomando un café o, simplemente, estirando las piernas (muchas veces con ese pequeña parada es suficiente para seguir el camino). Pero no es solo eso.
Perdida la batalla del tiempo, cargar un coche tendría que ser tan sencillo como enchufar el vehículo al punto de carga, desbloquearlo, pagar e irnos. Vamos, lo que haríamos en cualquier gasolinera. Por eso Tesla es la que mejor experiencia de carga ofrece en sus cargadores propios: llegar, enchufar y saber que el coste del servicio se pasará automáticamente por la cuenta bancaria asociada a nuestro coche.
Entendiendo que esto no es posible (y dejando a un lado todo lo que puede llegar a salir mal si no planificamos mínimamente nuestro viaje), pues la inmensa mayoría de vehículos cargan en puntos de recarga que no son propiedad de su marca. Asumido esto, sólo tengo un mensaje que lanzar.
¡Queremos un TPV!
Estamos en 2023 y me parece poco menos que surrealista que el conductor de un coche eléctrico tenga que pedir esto. Pocas noticias me han alegrado más en los últimos meses como estas: Zunder está incorporando TPV a sus puestos de carga rápidos y ultrarrápidos y los cargadores de Decathlon admitirán el pago con tarjeta.
En estos momentos tengo instaladas en mi teléfono móvil las aplicaciones de Electromaps (imprescindible), Zunder (por poco tiempo, parece), Endesa, Tesla, Ionity, Wenea e Iberdrola. Para cargar el coche que llevaba en ese momento he tenido que darme de alta en hasta seis plataformas distintas, rellenar los datos de la tarjeta de crédito, esperar la validación (en algunas han tardado cerca de media hora en concederme acceso), navegar por la aplicación (las hay que no son las más intuitivas) y, por fin, enchufar el coche.
Marques Brownlee explicaba bien lo frustrante que puede llegar a ser la recarga de un coche eléctrico en su canal Auto Focus. En este vídeo señala lo importante que es simplificar la recarga de un coche eléctrico para el que es ajeno a esta tecnología. Habla de una señora que tiene un problema de compatibilidades en los cargadores con su Tesla (ese problema no lo tenemos en España), pero también en el pago o en la disponibilidad de los mismos.
Dejando a un lado la disponibilidad de los cargadores y su buen estado, es urgente que se implemente el servicio de pago con tarjeta o contactless a los puntos de recarga. Y tampoco que los suministradores aprovechen esta circunstancia para hacer el agosto. Si en una gasolinera puedo llenar el depósito de mi coche y pagar con tarjeta (incluso sin operarios), ¿por qué no se puede en un coche eléctrico?
Zunder ha dado un paso importante en este sentido y el sobrecoste será de cinco céntimos superior a la tarifa habitual. Iberdrola también ha empezado a disponer de este servicio en algunos puntos de carga de 250 kW. ¿La letra pequeña? El coste (en octubre de 2022) utilizando la aplicación era de 0,55 euros/kWh, con tarjeta la tarifa alcanzaba los 0,89 euros/kWh. Un aumento de 34 céntimos por kWh demandado. Hasta 17 euros más en una recarga de 50 kWh, en comparación al uso de la aplicación.
De momento, lo más parecido que podemos utilizar es una tarjeta RFID, que vinculamos con una cuenta, pero que no es compatible con todas las empresas. Electromaps tiene su propio llavero por 15 euros y puede ser bastante útil cuando tenemos poca cobertura y tenemos problemas para acceder a la aplicación pertinente.
¿Es comparable la carga de un coche eléctrico con el llenado de un depósito de combustión? Por puntos de recarga/gasolineras, no. Por tiempos, tampoco. El uso de un simple TPV no debería ser una inconveniencia más que añadir a la lista. Al menos, la Unión Europea quiere que esto cambie.
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