Hace solo unos meses, en septiembre de 2023, la Unión Europea levantaba la mano, tomaba la palabra y lanzaba un aviso: comprobaría si los coches chinos estaban compitiendo en una situación de ventaja competitiva frente al resto del mercado. La solución podía pasar por levantar aranceles a su venta.
Desde entonces, emisarios de la Unión Europea han acudido a China y sus funcionarios han solicitado a las compañías todos los papeles posibles sobre los apoyos económicos que, supuestamente, les estaría entregando el gobierno del país para impulsar sus ventas por encima de los competidores occidentales.
Con la apertura de la investigación, Europa se daba 13 meses para tomar una decisión y decidir qué medidas, de tomar alguna, llevaban a cabo contra estos automóviles. Ahora, la Comisión Europea defiente que tiene "evidencias suficientes" de que el Gobierno chino está favoreciendo a las empresas locales con ayudas que provocarían una competencia desleal con el resto de sus rivales, según desvela Reuters.
Los aranceles empiezan a tomar fuerza
Según asegura la Comisión Europea, los fabricantes chinos están recibiendo una importante ayuda en sus coches eléctricos mediante exenciones fiscales, suministro de bienes y servicios por debajo de los precios del mercado o, directamente, la transferencia de fondos a estas empresas.
Estas ayudas son lo que, según la Comisión Europea, ha permitido que las importaciones de los vehículos chinos hayan crecido un 14% entre los pasados meses de octubre y enero. Con este empujón económico los fabricantes pueden vender sus automóviles a un precio más competitivo que el resto de rivales.
Desde Bloomberg, el otro medio que ha tenido acceso a la información, señalan que se ha dado la autorización a los agentes aduaneros para realizar registros sobre las importaciones.
Si, finalmente, los aranceles terminan por confirmarse, los fabricantes podrían recibir aranceles retroactivos desde ya mismo pues, en palabras de trabajadores de la Comisión Europea, "es posible que, sobre la base de los datos recogidos durante la investigación, el daño, que sería difícil de reparar, haya comenzado a materializarse incluso antes del final de la investigación".
La decisión de levantar aranceles a los coches eléctricos chinos es muy delicada. En primer lugar por un mero asunto de relaciones entre la Unión Europea y China que, ya resentidas, han vivido un último capítulo con los aranceles impuestos por China al brandy europeo.
El movimiento llega después de que Francia haya sacado de sus ayudas a los coches eléctricos a todos los vehículos que provengan desde China, sean o no marcas locales, alegando un impacto medioambiental enorme en las importaciones.
Pero, al mismo tiempo, la Unión Europea se ha puesto objetivos climáticos muy difíciles de conseguir. Unos para que, en materia de transporte, será necesaria una electrificación muy significativa del mercado. Para ello, necesita que los coches eléctricos se abaraten y, de momento, los vehículos europeos de menor precio apuntan a situarse entre los 20.000 y 25.000 euros para quedarse en un coche dentro de la ciudad.
La duda es si la Unión Europea atacará con aranceles a todas las compañías por igual o distinguirá entre empresas que fabrican en China y las locales. Desde Bloomberg apuntan a que la Comisión Europea está estudiando la posibilidad de imponer aranceles a todos los vehículos que fabriquen allí (Tesla o Renault, por ejemplo) y unos segundos aranceles, todavía más elevados, a los fabricantes que hayan obtenido una ayuda directa y evidente del Gobierno chino.
Estos aranceles podrían llegar temporalmente este mismo mes de julio, apuntan las informaciones internas, y sería a partir de noviembre cuando se consolidaran por completo, teniendo en cuenta los tiempos que se manejan dentro de la Comisión Europea.
Imagen |
Ver 33 comentarios