Ford quería igualar a Tesla con el coche eléctrico. Hoy tiene un problema llamado "pérdidas de 5.000 millones de dólares"

  • Ford confirma que entre enero y junio ha perdido más de 2.600 millones de dólares

  • Han reducido costes de fabricación pero la caída de los precios ahonda en la herida

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En marzo de 2022, Ford lanzaba un sonoro anuncio: partía la empresa en dos para afrontar la transformación al coche eléctrico. En palabras de Jim Farley, su CEO, se trataba de "la mayor transformación en la vida de la compañía". Una decisión para la que iba a dedicar 50.000 millones de dólares (45.000 millones de euros) hasta 2026.

Como resultado, nacía Ford Model e, una división dedicada exclusivamente al coche eléctrico y al desarrollo de software. Por otro lado iría Ford Blue que, como en un balancín, sostendría la mayor parte de las cuentas de la compañía de inicio para, poco a poco, ir equilibrando la balanza en los próximos años.

El objetivo era claro: atrapar a Tesla. Y por el camino, la estrategia era arriesgada. Como recogían entonces en The New York Times, la confianza en algunos de sus coches y su capacidad para superar el producto de Elon Musk era máxima. Sobre el F-150 Lightning (la versión completamente eléctrica del famoso pick-up), Farley decía que debía dar buenos resultados porque en juego estaba "empeñar toda la empresa".

Menos entusiasmo y pérdidas millonarias

Con el paso del tiempo, sin embargo, los ánimos se han ido enfriando en Ford. Al menos los referentes a los números.

Aunque Jim Farley se ha mantenido firme defendiendo el salto al coche eléctrico, lo cierto es que las ventas de este tipo de vehículos en Estados Unidos, su principal mercado, se resienten. Y eso no ayuda para equilibrar el balancín que mantiene en el aire a las dos partes de la empresa (Ford Blue y Ford Model e), algo imprescindible para cuadrar las cuentas de Ford.

Los últimos resultados económicos han vuelto a demostrar los problemas que arrastra Ford Model e, su división dedicada exclusivamente al coche eléctrico que es, de momento, la más pequeña de la compañía tal y como recuerdan en Electrive.

En el segundo trimestre, Ford apenas colocó en el mercado 26.000 unidades completamente eléctricas. Una cifra muy pequeña comparada con los 741.000 vehículos con motores de combustión que puso en la calle pero que, además, es especialmente problemática si tenemos en cuenta que refleja una caída del 26% en comparación al mismo periodo del año pasado.

Un descenso en las ventas que ha tenido su reflejo directo en el balance final de la división. En el segundo trimestre, Ford perdió 1.100 millones de dólares con sus coches eléctricos y mantienen sus perspectivas para final de año: perder 5.000 millones de dólares en esta división.

Si ampliamos el foco, en los primeros seis meses del año, Ford ha vendido un 22% menos de vehículos y ha obtenido unos ingresos en las ventas de 1.300 millones de dólares, lo que supone la mitad que en el mismo periodo de 2023. En total, la compañía asegura haber perdido 2.460 millones de dólares entre el 1 de enero y el 30 de junio.

El mayor problema con el que dice Ford encontrarse es que, a pesar de haber recortado los costes de sus modelos eléctricos en 400 millones de dólares, la reducción de los precios para animar las ventas de coches eléctricos ha provocado que la herida siga sangrando. El día del anuncio, las acciones de Ford cayeron más de un 18%.

Las ventas de este tipo de automóviles en Estados Unidos están creciendo a un ritmo muy muy bajo. El propio Farley animaba a este mercado a "volverse a enamorar" de los coches más pequeños, al tiempo que afirma que en dos años y medio deberían lanzar un coche eléctrico por 30.000 dólares que sea rentable por sí mismo.

El coche eléctrico se está encontrando con un problema de autonomía en Estados Unidos. Faltan puntos de carga de alta potencia (y fiabilidad) en un país donde las distancias son enormes. Aquí, Tesla va un paso por delante, con red de recarga propia y más fiable. Tanto que ha empujado al resto de fabricantes a adaptarse a su estándar, incluida Ford que fue la primera compañía en sumarse.

En un país donde los conductores se han entregado a los coches enormes, de momento el coche eléctrico no puede competir porque a igualdad de tamaño sale perdiendo, con mucho, en el precio. Y a ello se suma que en los últimos meses se está agudizando la carga política que gira alrededor del coche eléctrico.

Foto | Ford

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