El Tesla Model S o el Ford Mustang Mach E también han sido transformados en coche fúnebres
Cuando lo que más se valora es el silencio
No sabemos si la familia Fisher tendría un Tesla Model 3 en el garaje listo para dar un nuevo servicio en su funeraria familiar si A dos metros bajo tierra hubiera nacido ahora y no en los primeros compases de los años 2000.
Quizás, de haber sido así, no tendríamos serie porque Nathaniel Fisher, el padre en la ficción que muere en un accidente de coche durante los primeros minutos del primer capítulo, hubiera escuchado todos los peligros que acechaban en el cruce donde pierde la vida.
Porque si algo debe valorar el conductor de una funeraria es el silencio. Y en un coche donde viajan dos personas, ¿puede haber más silencio que en un coche fúnebre? Sí, que ese coche fúnebre sea un coche eléctrico.
Unas transformaciones (no tan) inesperadas
Pero nada sorprendentes. Porque, al fin y al cabo, ¿por qué un coche eléctrico no puede hacer también las funciones de coche fúnebre? Eso debió pensar el noruego Jan Erik Naley, quien hace más de un lustro empezó a transformar el Tesla Model S en un coche fúnebre.
Trabajando como carrocero, pensó que el coche eléctrico podía ser ideal para este tipo de trabajos. Son coches que tienen mucho tiempo para recargar y las distancias que recorren son pequeñas. No nos imaginamos a un coche eléctrico fúnebre con problemas para llenar sus baterías.
Y la intuición debió funcionarle. En 2019 vendía sus Tesla Model S recarrozados como vehículos fúnebres por un valor superior a 200.000 dólares. Al fin y al cabo, son coches que dan pocos problemas a los dueños. El mantenimiento es mínimo y siempre se puede ofrecer en la cartera de servicios como un atractivo opcional para quien esté dispuesto a valorarlo.
El tiempo ha dado la razón a Naley. Derks, empresa neerlandesa especialista en recarrozar todo tipo de vehículos, también ha probado suerte con hacer del Tesla Model 3 un coche fúnebre. De hecho, los alquila y también los vende, en este caso por 113.950 euros con algo más de 7.000 kilómetros recorridos. Por un poco más es posible hacerse con un Tesla Hearse 3 prácticamente nuevo.
De hecho, las particulares transformaciones de estos Tesla Model 3 y Model S, reconvertidos en coches funerarios, no son exclusivas de la firma de Elon Musk. Los que gusten de modelos más deportivos también tienen a su disposición un Ford Mustang Mach E.
La empresa británica Coleman Mile recarroza el SUV eléctrico estadounidense y lo convierte en un coche eléctrico desde el pasado año. Para la empresa tampoco es algo nuevo pues ya había probado suerte antes con el Tesla Model S, que también ofrecen, o con un Mercedes Clase E híbrido enchufable, por lo que tampoco ya conocen cómo funciona el sector de los coches fúnebres más limpios.
Habrá quien se muera (de ganas) por probar uno.
Foto | Dersk
En Xataka | Qué pasa si no quiero gastarme un euro cuando se muere un familiar
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