Entre Calgary y Edmonton, al sur de Canadá, hay en línea recta alrededor de 280 kilómetros. Si quisieras ir de una a otra ciudad en coche necesitarías cerca de tres horas. Eso de momento, claro. Si la compañía TransPod se sale con la suya, algún día podrías moverte entre ambas metrópolis en 45 minutos, más o menos lo que necesitas para ver un capítulo de 'The Sandman'. La clave: su novedoso tren ultrarrápido, un prototipo que aspira a comerse (sic) al Hyperloop.
El proyecto se llama FluxJet y sus creadores no se andan por las ramas a la hora de marcarse objetivos. Quieren “redefinir el transporte de pasajeros y carga”. Lo que se sabe de momento de su ficha técnica, desde luego, resulta llamativo. FluxJet se presenta como “un híbrido entre avión y tren” capaz de viajar a más de 1.000 km/h, con lo que superaría a los aeroplanos comerciales y triplicaría a la mayoría de trenes de alta velocidad. Su marca máxima se elevaría hasta 1.200 km/h.
¿Cómo? De momento el proyecto es solo eso, una propuesta en fase conceptual, pero la compañía tiene en mente usar trenes de levitación magnética de unos 25 metros de largo que se desplazarían a altas velocidades —señala New Atlas— a través de tubos de vacío estilo hiperloop. “Con avances tecnológicos en la transmisión de energía sin contacto y un nuevo campo de la física llamado veillance flux, el Fluxjet viaja por una vía protegida a más de 1.000 km/h”, detalla.
El objetivo: rápido, frecuente, económico y verde
Para alcanzar semejantes velocidades de infarto, FluxJet eliminará la resistencia de la rodadura echando mano de la tecnología de los mag-lev. Eso sí, solo en los viajes entre ciudades y cuando logre velocidades elevadas, de al menos 300 km/h. Sus prototipos están pensados para desplazarse de forma exclusiva por el TransPod Line, la propuesta de red de la firma canadiense, un sistema con estaciones repartidas por puntos estratégicos que garantiza, además, un flujo frecuente.
Cada una de sus cápsulas dispone de capacidad para 54 pasajeros o aproximadamente diez toneladas de carga. La firma quiere que, llegado el momento, circulen con "una frecuencia elevada". En cuanto a costes, asegura que sus futuros clientes podrán moverse en FluxJet por un 44% menos de lo que les costaría un billete de avión. No es la única ventaja. Al ser un sistema eléctrico, aseguran que TransPod Line permitirá reducir las emisiones de CO2 en unas 636.000 toneladas al año.
Todo esto, claro, sobre el papel. Dar forma a su ambiciosa infraestructura entre las populosas ciudades de Calgary y Edmonton requerirá de 18.000 millones de dólares, una cantidad más que considerable que en cualquier caso no les ha impedido iniciar ya los trabajos preliminares, incluida la evaluación de impacto ambiental. Fondos tiene para empezar. TransPod asegura que ha logrado una financiación de unos 550 millones de dólares, lo que les permite —precisa la cadena CNBC— costear su investigación, desarrollo y los planes para construir una pista de pruebas.
La inversión no es sin embargo el único reto que deberá afrontar la compañía canadiense.
La propuesta es ambiciosa, desde luego; pero no es, ni de lejos, la primera para un tren estilo hiperloop. A lo largo de los últimos años hemos visto varios proyectos similares, algunos abanderados por los multimillonarios Richard Branson y Elon Musk.
El primero, Virgin Hyperloop, acaba de dar un giro relevante, señala The Verge, al prescindir de buena parte de su personal y cambiar su foco: de mirar al tráfico de pasajeros a pasado a centrarse en el comercial, más sencillo desde un punto de vista regulatorio. El segundo, The Boring Company, ha hecho pruebas y excavado túneles en EEUU, aunque sin haber alcanzado aún sus ambiciosos objetivos. En abril se planteaba iniciar ya a finales de 2022 las “pruebas a gran escala”.
Imágenes | TransPod
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