"La industria está borracha de sí misma": Ford señala por qué el Fiesta no tiene sentido en 2025 y apuestan por el coche eléctrico

  • Gunnar Herrmann, alto ejecutivo de Ford, apunta al inmovilismo de la industria como uno de sus males

  • Cree que en China han conseguido convencer a los jóvenes con coches más digitales

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Gunnar Herrmann lleva más de 20 años trabajando para Ford. En ese tiempo ha realizado diversas laborales, incluyendo la dirección de la compañía en Alemania. Ahora, como miembro del equipo de supervisión de la fabricación de vehículos, ha hecho públicas sus opiniones sobre el estado actual del mercado europeo y su futuro.

¿Quién? Entrevistado por el medio Kölner Stadt-Anzeiger, Gunnar Herramann ha destacado en Ford a lo largo de su carrera. En sus más de 20 años como trabajador de la compañía ha desempeñado varios papeles, incluyendo la dirección de Ford en Alemania, el país más importante para la empresa en su presencia en Europa ya que allí tiene sus sedes centrales en nuestro continente.

Aunque en 2021 dejó la dirección de la empresa, ha seguido en la alta dirección de la compañía. En esta entrevista a un medio de Colonia, donde Ford tiene una de las plantas más afectadas por el descenso de la producción de vehículos de la compañía, el directivo señala los motivos que, según él, son los causantes de la situación que estamos viviendo en estos momentos.

La eterna promesa. Herrmann apunta, en su entrevista, a un grave error: "la filosofía por la que se vendían millones de Volkswagen Golf o Ford Focus está muerta. La venta de coches no será suficiente". El directivo cree que el hardware ya no es suficiente para colocar un coche en el mercado. "En el futuro se ganará dinero y cada vez más a través de la arquitectura digital, es decir, el uso de pago de aplicaciones y funciones", ha recalcado.

El software, se ha convertido en la nueva Meca del automóvil. Cada vez son más fabricantes los que apuntan a que será diferencial. En China, desde luego, parece que esta forma de actuar ha servido para captar nuevos clientes y convencer a los antiguos adeptos a firmas como Volkswagen o Porsche. En la propia Ford han confirmado que se sorprenden con lo que allí ofrecen.

La gran pregunta es si el mercado europeo está por la labor de absorber estas nuevas dinámicas. Los fabricantes están teniendo problemas para rentabilizar las suscripciones propuestas basadas en software y algunas como BWM han echado para atrás algunos paquetes por suscripción como los asientos calefactables.

"Nos quedaremos atrás". Con esta rotunda frase ha defendido Herrmann el salto al coche eléctrico que está llevando a cabo Ford. "Los pequeños fabricantes pueden enfrentarse a multas de decena de millones de euros. Volkswagen puede enfrentar una multa de 250 millones de euros. (...) Podemos ignorar los objetivos climáticos y seguir construyendo el viejo motor de combustión. Pero el mundo que nos rodea sigue desarrollándose y entonces sólo nos quedaremos atrás", apunta Herrmann.

En sus declaraciones hace referencia a los nuevos límites de emisiones de CO2 que entran en vigor en 2025. A partir del año que viene se obligará que la flota media de coches vendidos en Europa no superen los 93,6 gr/km. Hasta ahora, el peso jugaba una parte esencial porque elevaba el límite máximo de emisiones permitido. Esto no será así el año que viene y el único camino para evitar las multas es aumentar las ventas de híbridos enchufables y eléctricos.

"Borrachos de nosotros mismos". "Como industria automovilística alemana, nos hemos detenido y quizás también estábamos demasiado borrachos de nosotros mismos y nuestro pasado", apunta Herrmann. En China, "con la estrategia de vender principalmente productos premium, los fabricantes de automóviles alemanes ya no avanzan porque la competencia nacional ahora les supera tecnológicamente".

"Ofrecen productos razonables a precios comparativamente bajos y están impulsando las ventas en el país con ayudas y descuentos. Y han enganchado con el público más joven con una oferta de vehículos más digital", apunta el exdirigente de Ford. Esa ha sido, precisamente, una de las tareas pendientes de las compañías occidentales, las cuales han tenido problemas para adentrarse en la generación Z.

Implicaciones sobre el empleo. Saltar al coche eléctrico es, según Herrmann, imposible para Ford si no abandonan el motor de combustión. "Si queremos estructuras y productos rentables, entonces tenemos que centrarnos en una tecnología. Construir coches eléctricos y motores de combustión en paralelo no es eficiente", ha señalado.

La industria alemana se encuentra en un momento complicado. Llevamos un año donde la venta de coches eléctricos ha caído abruptamente, como consecuencia de una retirada inesperada de las subvenciones a la compra. Con menor volumen de ventas, la producción automovilística en Alemania ha caído más de un 8%, marcas como Volkswagen quieren hacer recortes de plantilla. Desde Skoda lanzan el mensaje de que hay que reducir el coste de las baterías pero, también, que deben "reducir el número de personas en general e implementar más IA en nuestros procesos".

¿El futuro? "Ford dijo desde el principio que no sería rentable (en movilidad eléctrica) hasta 2027 o 2028. Desafortunadamente, la situación ha empeorado con el mercado débil. Podríamos haber fabricado el Ford Fiesta durante un poco más de tiempo pero tiene poco sentido con los nuevos límites de emisiones de la UE", sentencia Herrmann.

"Lo que estamos experimentando son los efectos de una transformación", concluye el directivo. La gran duda es a dónde nos lleva esa transformación a nivel laboral. Europa está tratando de protegerse de los coches eléctricos chinos pero ya son varias empresas las que aseguran que entrarán en el mercado europeo fabricando en el Este o países con tratados especiales con la UE (Turquía o Marruecos). Al mismo tiempo, gigantes como Volkswagen o Stellantis no dejan de amenazar con despidos.

Foto | Ford

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