Comprobar la presión de los neumáticos antes de salir de viaje es esencial para garantizar un trayecto seguro y eficiente. Hasta hace relativamente poco tiempo, era cuestión de acudir a la gasolinera más cercana y llenar las ruedas de aire y el depósito del limpiaparabrisas de agua.
Y, tecnicamente, ahora también. Sin embargo, seguro que has observado un cambio: cada día más gasolineras cobran por este servicio. No es mucho, suele bastar con un euro para comprobar la presión de los neumáticos y ajustarla, pero mentalmente es mucho más caro si tenemos en cuenta que hasta hace poco no se cobraba por este servicio.
Una práctica legal
Lo primero que debemos saber es que nada a cambiado a nivel legal. No es cierto que las gasolineras deban ofrecer el servicio de inflado de las ruedas o de agua para el parabrisas de forma gratuita. Al menos, no si cumplen con una serie de garantías.
Por norma general, nada impide a las estaciones de servicio cobrar por llenar los neumáticos de aire. La normativa que regula este servicio recae sobre las comunidades autónomas, como sucede con los aparatos de medidas específicos para el combustible, por si algún consumidor quiere comprobar que no está siendo estafado.
Dicho esto, se exige como mínimo a las estaciones de servicio que las máquinas encargadas de comprobar la presión de los neumáticos estén bien mantenidas y cuenten con las garantías de que funcionan correctamente. Además, cuando sean de pago, deberán contar con las siguientes características:
- Especificar de forma visible que la máquina es de pago.
- El coste de la misma y las monedas admitidas.
- Las instrucciones de uso.
- El tiempo del que disponemos para comprobar la presión de los neumáticos.
Esencial para conducir de forma segura
Comprobar la presión de los neumáticos es esencial para conducir de forma segura y eficiente. Hay que tener en cuenta que la presión de nuestras ruedas afecta directamente a la estabilidad y consumo del vehículo.
En primer lugar, lo que tenemos que saber es a qué presión se deben llenar los neumáticos de nuestro coche. Por norma general, esta información la podemos encontrar en el marco de la puerta del conductor, impresa en una pegatina. Si no es así, el manual del vehículo nos lo especificará, aunque es posible que vengan las presiones requeridas para más de un juego de neumáticos, pues el manual es genérico para diferentes modelos. Es esencial conocer el tamaño de las ruedas, en este caso.
De igual modo, es muy probable que en las pegatinas se nos muestre una presión genérica y que se especifique que, con el coche cargado, la presión debe aumentarse en una o dos décimas, para compensar el sobreesfuerzo en peso al que le estamos sometiendo con el maletero lleno o circulando varios adultos.
En cuanto a la comprobación de la presión, esta tiene que realizarse con los neumáticos fríos y el vehículo vacío de carga y tiene que limitarse a los valores marcados por el fabricante.
Si aumentamos la presión de los neumáticos por encima de lo recomendado, la banda de rodadura en contacto con el suelo será menor y el desgaste de las gomas no será uniforme, tenderá a ser más rápida por el centro. Además, la frenada se alargará y el coche será más inestable.
Por el contrario, si circulamos con unos neumáticos bajos de presión, perderemos agilidad en los movimientos pero, sobre todo, aumentaremos el desgaste de las gomas (especialmente en los flancos) y el consumo de combustible será más acusado de lo esperado, pues habrá una mayor cantidad de goma en contacto con el suelo.
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