A Parque Coimbra y Pinto, en la Comunidad de Madrid, los separan menos de 30 kilómetros y un trayecto de 25 minutos en coche. Y, al mismo tiempo, un trayecto en autobús, otro en metro y otro en Cercanías. Para realizar el mismo camino es necesario invertir 65 minutos.
También en la capital, entre las estaciones de Colonia Jardín y Orcasitas hay 7,2 kilómetros de separación. 19 minutos en coche con tráfico o un mínimo de 43 minutos, con un pequeño paseo y la obligación de coger dos autobuses.
La precampaña electoral ha comenzado con dos propuestas curiosas en Madrid (ciudad y comunidad autónoma). No tanto por su sentido sino por el lugar donde se desarrollan. La ciudad que sirve como eje para toda la estructura radial de infraestructuras española tiene un objetivo: descentralizarse.
Madrid y la estructura radial
Las propuestas son, respectivamente, de PSOE y Más Madrid. Y ambas tienen como objetivo reducir el tiempo necesario que hay que invertir para llevar a cabo un trayecto entre dos barrios o pueblos más o menos cercanos. Hasta ahora, la propia estructura de la red de transporte público en Madrid ha provocado el mismo problema que en el resto del país: una dependencia del centralismo.
Madrid se ha convertido en un claro ejemplo a menor escala de lo que sucede en España. El propio mapa de Metro de Madrid parece copiar la estructura de las seis grandes carreteras radiales de España. Y, como consecuencia, cuánto más nos alejamos del centro, más problemas se suceden para ir en transporte público a espacios muy cercanos.
Entre las paradas de Joaquín Vilumbrales y La Fortuna apenas hay seis kilómetros y nueve minutos de coche. En transporte público es necesario invertir, al menos, 36 minutos en un autobús y dos líneas de metro o, por el contrario, emplear esos 36 minutos en un autobús, una línea de metro y otra línea de Cercanías.
Parece una broma pesada llegada desde el resto de España. La misma España que que sufre numerosas deficiencias en conexiones ferroviarias. Por ejemplo, en la Vía de la Plata, donde es imposible ir en tren de Cáceres a Salamanca sin pasar por Madrid. Algo parecido sucede entre Burgos y Soria.
Más sangrante si cabe es el caso de Almería y Valencia. Como Murcia y Almería no tienen conexión ferroviaria, Google Maps nos ofrece una solución alternativa para el coche: pasar por Madrid y convertir las menos de cuatro horas y media de coche en un trayecto de nueve horas y media.
No siempre, sin embargo, se ha entendido la estructura radial de la infraestructura como un problema. En El Confidencial recogían el testimonio de Federico Pablo-Marti, investigador español que junto a dos compañeros aseguraba que el sistema, nacido en el Siglo XIX, ha beneficiado a todas las regiones por igual, facilitando el tipo de desplazamientos que se llevaban a cabo en la época.
El problema es que, mientras que en España se ha invertido mucho en carreteras, las alternativas al vehículo privado han quedado relegadas a un segundo plano, con conexiones muy pobres en autobús o inexistentes en tren. Pero España no está sola. Francia tiene una red ferroviaria claramente dependiente de la radialidad y del centralismo parisino. Todo un problema cuando se trata de prohibir los vuelos domésticos. En el centro de Europa, sin embargo, las incomodidades son menores.
Asumiendo que la estructura radial se ha heredado de dos siglos atrás, no deja de ser llamativo que el crecimiento de la ciudad de Madrid haya provocado también ahondar en el mismo (y problemático) sistema de infraestructuras. La construcción de carreteras como la M-40, M-45 o M-50 ha querido solucionar el problema con más carriles, asfalto y uso del coche privado.
Pero el problema se ha agravado. Después de gastar miles de millones de euros en carreteras, queremos priorizar el uso del transporte público como solución medioambiental en los desplazamientos diarios. Quien así lo quiere se ha encontrado con la imposibilidad de que éste le sea efectivo. O, simplemente, admita que necesita el triple de tiempo para recorrer la misma distancia que en coche.
La política madrileña ha abierto una puerta que, para el resto de España, sigue cerrada. Las conversiones para unir Portugal con España vuelven a hablar de la conexión Madrid-Lisboa. Desde el país luso, su prioridad es Galicia. Este mapa isocrono muestra lo lejos que llegan a estar localidades tan cercanas.
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Foto | AmigoDeBusesEMT3
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