El mantenimiento de la mecánica de un coche es fundamental para evitar averías (y, por tanto, minimizar derramas en nuestro bolsillo) pero, sobre todo, para evitar situaciones de riesgo. Si tenemos esto último en cuenta, el elemento más sencillo de revisar y donde más fallamos es el neumático.
No es algo que digamos nosotros, Mapfre cifra en un 21% el número de conductores que circulan con los neumáticos en mal estado, bien por un desgaste excesivo o bien por circular con la presión inadecuada en las ruedas. Dos detalles muy sencillos que marcan la diferencia en la carretera.
Los riesgos de unos neumáticos en mal estado: cómo resolverlo
No hay que perder de vista que el neumático es el único componente del vehículo que se mantiene en contacto permanente con el suelo. Su buen estado es clave para que el vehículo reduzca la distancia de frenado, evacúe la mayor cantidad de agua cuando es necesario y el vehículo se mueva con la mayor estabilidad posible.
Estos son solo algunos de los riesgos a los que nos enfrentamos y que derivan, directamente, de un desgaste excesivo de la banda de rodadura o una presión inadecuada.
Cómo saber si mi neumático está desgastado
El desgaste de un neumático se deja ver en la banda de rodadura de la goma. Es decir, en aquella superficie que está en contacto con el suelo y que va perdiendo profundidad conforme pasa el tiempo y los kilómetros.
Si nos atenemos a ls mínimos exigibles, la DGT obliga a contar con, al menos, 1,6 milímetros de profundidad en las gomas. Sin embargo, muchos expertos recomiendan no llegar a este límite y recomiendan sustituir las gomas antes, alrededor de los dos milímetros.
El truco de la moneda sirve para tener una aproximación al estado de nuestra goma pero no es decisivo para saber is tenemos que cambiarlo
Para comprobar si el neumático sobrepasa este límite, generalmente se ha recomendado utilizar una moneda de un euro. Ésta se introduce en la parte más profunda de la banda de rodadura y se comprueba si el contorno de la goma deja ver el borde dorado de la moneda. Sin embargo, desde Fesvial recuerdan que este contorno es de tres milímetros de ancho y, por tanto, muy superior la límite legal exigido.
Lo mejor, por tanto, es hacerse con un medidor específico. Apenas cuestan unos pocos euros y pueden ser de gran ayuda para evaluar si debemos cambiar o no los neumáticos.
Pese a ello, también se recomienda cambiar los neumáticos entre cuatro y seis años después de haber montado los neumáticos en nuestro coche. Pese a no haber realizado los kilómetros suficientes como para haber desgastado la banda de rodadura, los materiales se agrietan y pierden propiedades, por lo que la eficacia de la goma se ve mermada.
Cómo medir la presión de los neumáticos
Además de comprobar el estado de las gomas, es esencial llevar un control de la presión de los neumáticos. Esto es esencial para que el vehículo se asiente correctamente sobre la carretera. Con una presión demasiado baja, una mayor cantidad de goma entrará en contacto con el suelo y, por tanto, el consumo (y gasto) será mayor.
Esto puede llevarnos a pensar que lo mejor es hinchar los neumáticos por encima de los límites recomendados. Esto también es un error, tanto una presión superior a la recomendada como una inferior afectará directamente a la dinámica de nuestro coche, reduciendo su estabilidad y volviéndolo más impredecible.
La mayor parte de los vehículos actuales ya monitorizan la presión de los neumáticos. En los que no lo hacen, lo recomendable es ir a comprobar el estado de los mismos, al menos, una vez al mes. Y siempre que vayamos a realizar un viaje largo por carretera. Tampoco está de más hacerlo aunque nuestro coche nos avise si se detecta una presión demasiado baja. Nos llevará unos pocos minutos y tendremos una doble confirmación.
En cuanto a cómo actuar. En el propio vehículo encontraremos la información de la cantidad de presión que deberemos introducir en nuestros neumáticos. Normalmente, el cerco de la puerta del conductor tiene esta información que también se puede encontrar en el manual del coche.
Es muy probable que se muestre una cantidad para utilizar el coche descargado y otra superior para llevar el coche con el maletero lleno. Sin embargo, nosotros deberemos hacer la medición con el coche en vacío y siempre con las ruedas frías. Por ello, lo mejor es realizar la medición lo más cerca de casa posible y si la gasolinera está fuera, esperar a que se enfríen los neumáticos.
Una vez tenemos estos conceptos claros, es tan sencillo como utilizar la máquina que está en las estaciones de servicio hasta alcanzar la presión recomendada para nuestras gomas.
En Xataka | Todo lo que debemos saber sobre nuestros neumáticos: cuándo cambiarlos, siglas y mantenimiento
Foto | Robert Laursoo
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