Baidu tiene una flota de 500 taxis autónomos funcionando en Wuhan y quiere ampliar la flota
Sus viajes son entre dos y cuatro veces más baratos que en un taxi tradicional
El pasado mes de mayo, Elon Musk paraba su agenda con un solo objetivo: liberar tiempo para ir a China. El objetivo no podía ser más evidente. Necesitaba conseguir que su Autopilot pudiera funcionar en el país asiático. Una reunión con el primer ministro chino le abrió las puertas para alcanzar lo que iba buscando.
No es casual que Elon Musk priorizara su viaje a China por encima de otras obligaciones como máximo responsable de Tesla. El futuro del coche autónomo parece estar decidiéndose en el país asiático. Allí, mientras en Estados Unidos empiezan a poner trabas al desarrollo y en Japón cancelan las pruebas, el coche autónomo está ganando fuerza.
Y ya está sustituyendo a taxistas humanos.
China y el coche autónomo
El acuerdo obligó a Tesla a aceptar a Baidu como socio. El considerado como Google chino será otro de los beneficiados de los datos que la compañía de Elon Musk recopilé.
Como casi nada en el mundo, tampoco es casual. Baidu es uno de los principales operadores de coches autónomos en el país. Sólo en Wuhan cuenta con una flota de 500 taxis sin conductor que operan al tiempo que recopilan datos para entrenar a sus sistemas y mejorar su comportamiento.
Sus precios son mucho más bajos que los de la competencia que emplea a conductores humanos. Allí en el emplazamiento donde Baidu puede operar, un viaje de 10 kilómetros cuesta entre 4 y 16 yuanes (de 0,5 a 2 euros), mientras que el mismo servicio en un taxi tradicional se calcula entre 18 y 30 yuanes (unos 2,30 y 3,80 euros).
En consecuencia, la flota de Baidu está siendo acogida con los brazos abiertos por los clientes. Explican en The New York Times que los clientes son mucho menos reacios a esta tecnología en China que en Estados Unidos, donde el coche autónomo ha sido motivo de debate y ha sufrido constantes sabotajes de todo tipo. Para ahondar en el negocio, Baidu ya ha anunciado que ampliará sus servicios con una flota de otros 1.000 vehículos completamente autónomos en la calle.
El caso de Baidu no es único. En el medio estadounidense señalan que hasta 16 ciudades han dado luz verde a diversas pruebas de este tipo de vehículos y que, actualmente, 19 fabricantes de automóviles con sus propios socios tienen algún tipo de proyecto en marcha para ofrecer sus robotaxis.
El negocio potencial es gigante. Solo en Wuhan viven más de 13 millones de personas, por lo que parece lógico el interés de Baidu en el asunto. También de Tesla, que tiene en las ciudades chinas un auténtico caladero de datos para mejorar sus sistemas de conducción autónoma para, más adelante, vender su propio software a terceros.
Con todo, es una carrera de fondo en la que se está corriendo al ritmo de los 100 metros lisos. La fuerte competencia ha obligado a la firma de Elon Musk a entrar en un negocio incierto. Primero porque fuera de las fronteras chinas, el coche autónomo ha quemado miles de millones de euros para conseguir resultados muy pobres.
En segundo lugar, porque el Gobierno chino tiene claro que los datos recopilados no salen de sus fronteras, lo que impide utilizarlos para desarrollar sistemas parecidos en otras partes del mundo. Y tampoco tienen acceso a los mapas de alta resolución, claves a la hora de entrenar a los sistemas y mejorar su desarrollo.
El Gobierno chino está ayudando a desplegar esta tecnología y parece tener en mente el potencial de la misma. En San Francisco, el coche autónomo ya se ha convertido en una atracción turística más y posicionarse por encima de Estados Unidos y Occidente en este ámbito sería una nueva victoria para un país que confía en el coche eléctrico para ganar terreno en un mercado que hasta ahora se le había resistido.
Pero los avances en el desarrollo también tienen su contrapartida. El bajo precio y la disposición de los pasajeros a montarse en este tipo de vehículos ha llevado a los taxistas chinos a protestar contra la ampliación de la flota de Baidu. El dueño de una flota de taxis tradicionales asegura que ya ha tenido que jubilar a cuatro de sus vehículos (y sus conductores) por la dura competencia con la tecnológica.
Como respuesta, Baidu asegura que las informaciones sobre el atropello de uno de sus coches en mayo son mentira y que todo nació por información falsa publicada en redes sociales para frenar su crecimiento. Sin embargo, sí se sabe que otro vehículo de la compañía hirió levemente a un motorista hace tan solo unos días.
Pese a todo, no parece que el servicio se haya resentido después de estas informaciones, sean o no ciertas. En South China Morning Post aseguran que los viajes en los robotaxis de Baidu están valorados con una puntuación de 4,9 sobre 5 puntos y que la mayor parte de las quejas hacen referencia a un avanzar demasiado lento de los vehículos cuando el semáforo se pone en verde.
Las compañías chinas parecen estar consiguiendo una ventaja estratégica clara sobre los rivales. Hasta ahora se han beneficiado de una forma de actuar similar de su Gobierno al que se ha llevado a cabo con el coche eléctrico. En Estados Unidos y Europa pueden conseguir datos con sus pruebas pero los extranjeros no pueden hacer lo mismo en China. Esto ha llevado a Baidu a llevar "entre tres y cinco años de ventaja respecto a Tesla", según The New York Times.
Foto | lf.Franciz !!!
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