Estamos cerca de perder decenas de modelos en el mercado. Y, además, los supervivientes se parecerán mucho entre ellos. Demasiado, quizás. El último fabricante en confirmar que adelgazará su oferta es Mercedes, pero no será el único. Parecemos destinados a un mercado reducisímo y estandarizado.
Adiós a 19 carrocerías. Esto es lo que asegura Car and Driver en Estados Unidos. Según sus fuentes internas, Mercedes reducirá drásticamente su oferta de productos. Entre Estados Unidos y Europa, diremos adiós, de forma paulatina, a 19 carrocerías. Se pasará de 33 opciones a apenas 14 carrocerías a elegir.
Entre los grandes señalados, las versiones familiares y los coupés de tres puertas. "Simplemente no necesitamos familiares u ofertas de dos puertas de bajo rendimiento para aumentar los volúmenes. Lo esencial para los coches de lujo contemporáneos sostenibles son el espacio y el tiempo... Esa es nuestra prioridad número uno, no otra carrocería elegante, un modelo que solo funciona en Europa, o un último intento en un segmento moribundo", han asegurado a Car and Driver sus fuentes.
Menos y más exclusivo. Los señalados, por tanto, serán los familiares (que el público ha ido dejando de lado en favor de los SUV) y los coupés de tres puertas. Especialmente los descapotables. Los modelos que antes dirán adiós serán los roadster de la Clase C y E, cuya muerte el diario estadounidense fecha en 2023 y 2024. Los CLS y la versión cuatro puertas del AMG GT también dirán adiós a partir de 2024. Y las próximas generaciones de los GLC y GLE coupé deberían ser las últimas, si se cumplen los planes mencionados.
Lo mismo debería suceder con los familiares de los próximos Mercedes Clase C, E y CLA, incluso llegando este último ya como vehículo eléctrico. Pero, buscando los modelos de mayor rendimiento por unidad, Mercedes también tiene en el horizonte la llegada de modelos como un GT Coupé (con versión Maybach si se desea), un nuevo coupé de cuatro puertas, un Mercedes SL con mayor espacio y un nuevo AMG-GT.
No es la primera. Desde luego, Mercedes no es la primera firma que está optando por el camino de reducir su oferta y polarizar sus precios, prestando especial atención a sus vehículos más costosos. Y los números le dan la razón: en 2021 vendió 370.000 vehículos menos que en 2020 y 730.000 coches menos que en 2019. Y, sin embargo, obtuvo ganancias por valor de 14.000 millones de euros, doblando las cifras de 2020 y 2019.
Una estrategia que ha imitado BMW. Olivier Zipse, su CEO, ha recalcado que no están trabajando en una estrategia de volumen. De nuevo, el objetivo es vender menos cantidad, pero mucho más caro. Incluso Volkswagen, un fabricante que siempre ha peleado por ser el grupo automovilístico que más unidades pone en el mercado, ha decidido pivotar hacia esta estrategia.
"El objetivo clave no es el crecimiento (...) Estamos más enfocados en la calidad y los márgenes, en lugar del volumen y la participación de mercado", apuntaba a Financial Times Arno Antlitz, director financiero del Grupo Volkswagen. Por el camino, esperan que perdamos el 60& de las motorizaciones disponibles hasta ahora.
Más y más alianzas. Parte de los mayores beneficios que está sacando la industria pese a vender menos vehículos está relacionado con las poderosas alianzas que están cosiendo para dar el salto al vehículo eléctrico, conectado y más o menos autónomo.
En los últimos años hemos visto cómo Volkswagen y Ford llegaban a un acuerdo para compartir plataformas y baterías. Dentro del propio Grupo Volkswagen, empresas como Porsche y Audi o Skoda, Seat y la propia Volkswagen, comparten plataformas y desarrollo de software (lo que también les ha costado algún disgusto).
El Grupo PSA y FCA (dos de los mayores fabricantes del mundo) dieron vida a Stellantis. Renault, Nissan y Mitsubishi hace años que reman en la misma dirección, aunque las últimas decisiones de Renault ha tensado las relaciones con Nissan. Y Toyota, Lexus y Subaru también cuentan con un modelo hermano en su primer coche eléctrico que, sin embargo, tampoco está yendo por buen camino.
Y más caros. Al tiempo que la oferta se reduce, los precios también están aumentando. Como recogimos en este artículo, las últimas obligaciones en materia de contaminación y seguridad han encarecido la oferta hasta límites insospechados. Y ha puesto en riesgo a los coches de menor tamaño. El Ford Fiesta o el Volkswagen Polo son buenos ejemplos de ello.
Coches de masas, estandarizados, de estética SUV y de mayor tamaño, o unidades casi testimoniales pero de amplísimos márgenes de beneficios. El mercado se está polarizando y los vehículos pequeños lo están pagando. En el caso de Mercedes, también los vehículos de menor volumen pero de bajo rendimiento. Es la tendencia generalizada en el mercado.
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