La industria europea del automóvil no pasa por el mejor momento. En los últimos años, las decisiones políticas han ido empujando a las marcas a centrarse en el coche eléctrico y, pese a un inicio de buenos crecimientos, las ventas se están estancando.
A eso hay que sumar que China, donde el coche eléctrico es mayoritario en el mercado, está empezando a dar la espalda a los fabricantes europeos. Como consecuencia de diversos factores, las compañías de nuestro continente, que antaño disfrutaban de buenas ventas asentadas en una imagen de marca superior a la de los automóviles locales, están viendo cómo sus cifras se resienten en el país.
Y todo lo anterior está afectando duramente a todo tipo de compañías pero el problema es mucho más agudo en aquellas que tenían en China una parte importantísima de sus ventas.
Mercedes es una de ellas y ni el coche eléctrico ni su devenir en el país asiático le está sirviendo para obtener sus mejores números.
La espada y la pared
Los últimos resultados presentados por Mercedes no son buenos. En una presentación seguida por Bloomberg, los germanos han confirmado que sus ganancias han caído un 28% en el último trimestre. Unas cifras que hay que achacar a la reducción de ventas de coches eléctricos y una menor demanda en China.
En sus resultados, Mercedes confirma que las ventas de coches eléctricos han caído un 25% en comparación al mismo periodo del año pasado. En la primera mitad del año, la caída queda en un 17%, vendiendo 93.364 automóviles completamente eléctricos entre enero y junio de 2024, por los 112.850 coches eléctricos de este tipo en el mismo periodo de 2023.
A lo anterior hay que añadir que Mercedes tiene en China su mayor mercado y que allí sus ventas también han caído un 6%. Todo ello contribuye a que la compañía haya reportado ganancias de 2.763 millones de euros, cifra que está muy lejos de los 3.812 millones de euros reportados el año pasado y que ha contribuido a que el margen de ganancia por vehículo también se haya reducido del 12 al 11%.
Lo que se está encontrando Mercedes es, como decimos, una espada y una pared.
Azuzados por las obligaciones que se prometían desde Europa (prohibición de motores térmicos a partir de 2035 que no será tal) y unas perspectivas demasiado optimistas, la marca llegó a anunciar que sería completamente eléctrica a partir de 2030.
Pero con el tiempo ha comprobado que el crecimiento de la tecnología en Europa irá un poco más lenta de lo esperado. La retirada de las ayudas en Alemania ha demostrado que el coche eléctrico tiene muchos potenciales clientes pero que su aumento en las ventas seguirá costando hasta que los coches rebajen sus precios o, al menos, no sean extraordinariamente caros en comparación a sus hermanos de combustión.
A esto se une que los clientes adinerados de Mercedes no están migrando al coche eléctrico con el entusiasmo que esperaban. Sus Mercedes EQS y EQE, las joyas de la corona, no han tenido una gran acogida entre un público de gustos más clásicos y que se resiste a dar el salto al coche eléctrico. Motivos que han llevado a los germanos a replantear su estrategia a corto y medio plazo.
A lo anterior se suma que en China sus ventas están resintiéndose. Es una tendencia que ha experimentado Mercedes pero también muchos otros fabricantes europeos. Allí, los de la estrella quisieron mantener su estrategia de ganar dinero por margen de beneficios y no tanto por ventas a volumen pero el público chino ha empezado a dar la espalda a las compañías europeas que se presentan como marcas de lujo.
El país ha favorecido la entrada de numerosos actores lo que ha reducido los precios de los automóviles al tiempo que sus fabricantes locales ofrecen coches igual o más avanzados que los europeos. Y con calidades percibidas que también están a la altura, según consultoras que ofrecen servicios a marcas de lujo, como Porsche.
Con el paso del tiempo, el cliente chino parece estar abandonando a los fabricantes europeos porque las empresas locales les dan más por menos dinero y, aunque no cuenten con la historia y la imagen de marca de compañías como Mercedes, son motivo de orgullo nacional, lo que sin duda también ayuda a terminar de inclinar la balanza.
Foto | Mercedes
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