El presidente de Michelin asegura que Europa es muy poco competitiva en costes de producción
Apunta a una burocracia demasiado lenta y una regulación excesiva como principales culpables
Si pensamos en el impacto de China en la automoción, pensamos en coches eléctricos, en baterías, en aranceles y en las fábricas europeas. Pero su impacto en la industria del automóvil está yendo mucho más allá.
De hecho, los coches eléctricos son la punta del iceberg del impacto chino en la industria automotriz europea. Aunque la Unión Europea ha levantado aranceles contra los vehículos eléctricos que llegan desde allí, impactando directamente en la industria europea, los vehículos con motores de combustión (incluidos los híbridos enchufables) tienen las puertas abiertas de par en par.
Y no es la única puerta de entrada que está utilizando el país asiático para encontrar su propio camino en Europa. Todo tipo de componentes llegan desde China. También los neumáticos, lo que está dejando consecuencias en uno de los fabricantes estrella europeo: Michelin.
Miles de despidos en Michelin
Esta semana, Michelin sorprendía en Francia anunciando el cierre de dos plantas. Cholet y Vannes, al oeste del país, bajarán la persiana si los planes de la compañía de neumáticos se consolidan. Una medida que dejará sin trabajo a 1.250 personas.
Explican en Motorpasión que ambas plantas están íntimamente ligadas. En la primera de ellas trabaja un millar de personas para fabricar neumáticos para turismos ligeros. La segunda de las fábricas produce los componentes que, posteriormente, son utilizados en los neumáticos y emplea a las restantes 250 personas.
Florent Menegaux, presidente de Michelin, ha puesto en el foco el aumento de ventas de neumáticos chinos en suelo europeo. Sus bajos precios están permitiendo que se coman su cuota de mercado pese a que la calidad es inferior.
De hecho, recuerda en Les Échos que defendieron con dureza que la Unión Europea impidiera la venta de neumáticos que se desgastaran demasiado rápido pero que la negociación ha terminado por extenderse "seis o siete años y la nueva norma entrará en vigor a finales de 2027".
Al mismo ritmo que China se ha propuesto convertirse en el mayor exportador de automóviles del mundo, el país asiático está intentando hacer lo propio con sus neumáticos, señalan en Global Times. "Los neumáticos chinos tienen muy buen rendimiento a un precio bajo, lo que es muy valorado por los consumidores extranjeros", señalaba uno de los directivos de Sentury Tire al medio.
Según los datos de aduanas de China, la exportación de neumáticos del país creció un 20,29% hasta alcanzar las 2.863.600 toneladas en 2023. Para ello fue clave una caída del 3,98% en el precio medio de la tonelada de neumático. En sus gráficas se puede comprobar cómo las exportaciones a Europa crecieron sensiblemente en comparación a 2022.
La preocupación de la Unión Europea es evidente, ya que en octubre de 2023 comenzó una investigación antidumping para comprobar si el Estado chino está dopando económicamente a estas empresas para ganar cuota de mercado a nivel europeo.
Los últimos datos apuntan a un crecimiento de las exportaciones de neumático en China del 15,34% entre enero y agosto de 2024. Sin embargo, es Reino Unido, Brasil y Rusia los principales compradores de las gomas chinas. En 2023, los datos ya apuntaban a un repunte de las exportaciones a Rusia por parte del país asiático.
Falta de competitividad
Además de la entrada de mayor número de neumáticos chinos en suelo europeo, desde Michelin también se han quejado de la falta de competitividad europea frente a China y Estados Unidos.
Menegaux ha disparado contra la Unión Europea, sus obligaciones en materia medioambiental, los altos costes productivos y la excesiva lentitud a la hora de tomar nuevas decisiones. "Cuando Estados Unidos introdujo el IRA (Decreto de Reducción de la Inflación), lo hizo en cuestión de semanas. Se tarda un año en construir una planta en Texas. En el mismo plazo, en Europa ni siquiera tenemos autorización para presentar los planos".
Esta medida económica para fomentar la atracción de inversiones a Estados Unidos está impactando directamente sobre otros fabricantes europeos, como Volkswagen, que están levantando fábricas en suelo americano y que, como Michelin, alegan que los costes energéticos en Europa son tan altos que la alternativa europea pierde fuerza.
Desde Michelin también apuntan a las obligaciones medioambientales. La Unión Europea se ha propuesto reducir su huella de carbono un 55% en 2030 respecto a las emisiones de 2021. Para ello tendrá que crear un rastreo de las emisiones generadas con sus productos, lo que entra en vigor, por ejemplo, con la nueva normativa de emisiones que se desplegará en 2025.
“Debemos evitar una regulación excesiva en Europa. Garantizar la trazabilidad del caucho natural, por ejemplo, nos va a costar entre 150 y 200 millones de euros al año, pero ninguno de nuestros competidores cumplirá esta normativa y no se realizará ningún control”, se queja Menegaux.
El celo que está mostrando la Unión Europea en materia medioambiental ha sido criticado por algunos expertos y las compañías por los costes añadidos del mismo y el freno que supone a la producción.
El caso al que se refiere el presidente de Michelin no es único, el sector de las baterías también lo está sufriendo justo cuando Europa está decidida a traer el minado de algunos materiales a Europa para reducir su dependencia China. Sin embargo, las normas medioambientales, los costes energéticos y los suelos europeos están desanimando las inversiones.
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