NIO apuesta por el lujo extremo para posicionar su coche entre los mejores vehículos del mercado
La compañía sigue perdiendo dinero pero espera ser rentable en 2026
¿Puede un coche eléctrico chino pelear contra Porsche y Mercedes? Desde luego que sí. Al menos si atendemos a los resultados de los fabricantes europeos en China. ¿Y en Europa? Es algo que todavía queda por desentrañar pero para lo que NIO está claramente decidida.
Su última gran propuesta. Se llama NIO ET9 y es la gran propuesta de NIO para su futuro más cercano. Un coche que se venderá desde 660.000 yuanes chinos (86.910 euros) de partida con su sistema de alquiler de baterías pero que en sus versiones más caras puede alcanzar los 818.000 yuanes chinos (115.890 euros). Es, evidente, su vehículo tope de gama.
El servicio de alquiler de baterías, explica la propia compañía, permite al propietario adquirir el vehículo ahorrándose un dinero a cambio de pagar una suscripción a la batería. El atractivo de esta opción es que el conductor tiene acceso al sistema de intercambio de baterías de la empresa y, además, puede optar por baterías de diferentes tamaños (y precios) en función de lo que le resulte más conveniente.
El NIO ET9 contará con esta posibilidad pero, sobre todo, el atractivo está en un modelo con una batería gigante de 100 kWh que puede recuperar 255 kilómetros de autonomía en cinco minutos, utilizando una estructura de 900V, lo que le permite cargas rapidísimas. Su motor delantero de 340 kW (462 CV) se combina con otro trasero de 180 kW (245 CV) para acelerar de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos.
Más allá del coche. Lo que propone NIO ET9 es presentar un coche que va más allá de lo que entendemos por un coche. En China, el mercado del coche eléctrico ha cambiado radicalmente lo que entendemos por vehículo, dando mayor protagonismo a funciones que rodean al vehículo y no tanto a su comportamiento, como flotar sobre el agua o aparcar girando sobre sí mismo (y de paso hacer una buena limpia a los neumáticos).
La propia NIO se ha centrado en este tipo de aditamentos para hacer su coche más atractivo. En el caso del NIO ET9, tenemos un cuatro plazas de lujo, con un espacio gigantesco para las plazas traseras y una pantalla de 15,6 pulgadas central que se combina con una larga tira digital de 48 pulgadas que cruza todo el ancho del habitáculo y tiene resolución 5K.
Suma, además, los servicios propios de los vehículos de lujo. El coche tiene un enorme techo panorámico, cortinillas eléctricas para oscurecer todo el interior, una nevera que enfría hasta -2ºC, apertura de puertas automática (sin contacto) con la sola aproximación al vehículo o sistema de sonido Dolby Atmos con 35 altavoces que suman 2800 W.
¿El Tesla chino? Las comparaciones entre NIO y Tesla son habituales. Ambas compañías se han centrado en hacer de sus coches un centro tecnológico por encima de la competencia, centrando el tiro más allá de las propias prestaciones mecánicas. Este mismo verano, NIO presumía de poder realizar streaming en directo desde el coche.
Pero las comparaciones también han estado marcadas por la evolución de ambas compañías. Tesla ha conseguido crear una base de adeptos a la marca combativos en redes sociales y que le han servido de altavoz para vender las ventajas de sus coches eléctricos. Algo parecido ha pasado en China. A su CEO, William Li, se le ha llamado recurrentemente "el Elon Musk chino".
NIO también se ha caracterizado por tener una base de seguidores fortísima. Tanto que han ayudado a salvar a la marca de la quiebra y cada evento de presentación es una cita ineludible, con eventos a su alrededor y donde el propio Li es uno de los grandes protagonistas. En el evento de presentación de Firefly y el NIO ET9 congregaron a 22.000 personas.
En la cuerda floja. La otra gran similitud entre ambas compañías está en los problemas financieros que pasó Tesla hasta asentarse en el mercado y los que ha pasado (y está pasando) NIO. La compañía prometió entregar 250.000 coches en 2023 pero se quedó en 160.000 automóviles. Su última bola de partido la salvaron con la inyección realizada por CYVN Holdings LLC, un grupo de inversión propiedad de Abu Dabhi, que metió 700 millones de dólares a la compañía.
Pese a todo, los problemas financieros persisten. El propio Li confirmó que no esperan ser rentables hasta 2026 y en Bloomberg señalan que el crecimiento de Onvo (su tercera marca de coches eléctricos junto a Firefly), es muy lento con 10.000 entregas en los primeros tres meses. Li asegura, sin embargo, que es un ritmo que entra dentro de lo esperado.
Con todo, el CEO de la compañía aseguran que aspiran a vender 440.000 vehículos eléctricos el próximo año. Sería una cifra muy superior a la de 2023 y que duplicaría la esperada para 2024. Pese a ello, las acciones de la empresa han perdido un 50% de su valor, recogen en Bloomberg, con caídas superiores a las experimentadas por Li Auto o Xpeng.
Entonces, ¿por qué un coche de 100.000 euros? Con toda esta fotografía delante de nosotros, es lógico hacerse esta pregunta pero tiene mucho sentido que NIO apueste por un coche eléctrico de semejante envergadura. En China, las ventas de los fabricantes europeos se han desplomado y los beneficiados están siendo las compañías locales que ofrecen coches más tecnológicos a un precio muy inferior.
Además, con el NIO ET9 suma un coche "halo" a su gama. Es decir, esos coches que son inaccesibles para la inmensa mayoría de los clientes pero atraen público nuevo a la marca y ayudan a mostrar su tecnología más puntera. Tener un coche que rivalice con Porsche y Mercedes directamente le da empaque a NIO como marca y, sobre todo, hace a sus coches eléctricos más baratos (Firefly) más atractivos al gran público.
Fotos | NIO
En Xataka | NIO quiere ser la Xiaomi del coche eléctrico en Europa: desde autonomías inigualables a cargadores de 500 kW
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