El coche eléctrico afronta una situación complicadísima. El cliente potencial de esta tecnología reclama un reducción significativa de su precio pero el coste de las materias primas y la rotura de la cadena de suministro no han hecho otra cosa que elevar el precio de los automóviles eléctricos.
La industria se encuentra dentro de un círculo vicioso: los costes de fabricación son altísimos y, por tanto, el precio de venta al público tiene que ser alto. Ante un alto precio, con coches de autonomías limitadas y redes de recarga escasas, al cliente le cuesta decantarse por la tecnología. Y sin una base suficiente de clientes, los costes de fabricación siguen siendo altísimos.
NIO, sin embargo, se ha propuesto dar una solución a quienes buscan un coche eléctrico de amplísima autonomía. Su apuesta: una batería semisólida de 150 kWh capaz de almacenar electricidad para recorrer 1.000 kilómetros. El problema, el de siempre: su precio.
Tan cara como un Mercedes Clase C
Las baterías de estado sólido son una de las grandes promesas y aspiraciones de la industria. Los datos que prometen son muy alentadores para la expansión del coche eléctrico: capacidad un 50% superior a la actual, una mayor vida útil y recargas hasta seis veces más rápidas.
Para entender mejor cómo funcionan estas baterías de estado sólido, mi compañero Juan Carlos López explicaba en este artículo que estos componentes "recurren al mismo principio de funcionamiento que las de iones de litio pero, en su lugar, utilizan electrolitos de cerámica, cristal o nanohilos de oro y manganeso, entre otros metales exóticos".
Pero antes de dar el salto a esta tecnología, Nissan (que colabora con la NASA), asegura que podrá tener una disponible en 2025, NIO pondrá en el mercado una batería semisólida este mismo año. La estructura de esta batería está entre los actuales acumuladores de energía y los del futuro pero prometen densidades energéticas muy altas.
Según la marca, esta batería contará con una capacidad de 150 kWh, es decir, un 50% más que su batería de mayor tamaño. Para hacernos una idea, actualmente los coches que montan baterías de 100 kWh en Europa son las versiones topes de gama de Mercedes o BMW. Eso sí, en ambos casos sus vehículos se quedan muy lejos de este millar de kilómetros de autonomía.
El problema, como siempre, es su alto precio. Según el CEO y fundador de la compañía, una sola batería de estado semisólido cuesta tanto como un NIO ET5, un coche que en China tiene un precio de entre 45.000 y 50.000 euros. Es decir, una batería de este tipo cuesta tanto como un Tesla Model 3 o un Mercedes Clase C.
Por tanto, NIO ha confirmado que, de momento, no pondrá a la venta esta batería y que, para hacerla rentable, la ofertará como servicio. Los coches eléctricos de NIO tienen la posibilidad de intercambiar sus baterías y, a la hora de la compra, el cliente elige si compra el coche y la batería o, sin embargo, compra el automóvil y se suscribe al servicio de la batería.
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