Toyota es una de las compañías con menor miedo a rechazar un futuro 100% eléctrico. Pese a que la Unión Europea tiene sobre la mesa la prohibición en ventas de coches de combustión para 2035 (postura que ya está empezando a tener reacciones contrarias por parte de numerosos países de la UE), el gigante japonés sigue proponiendo alternativas como los coches híbridos o los movidos a hidrógeno.
Koji Sato. Nuevo CEO, (casi) la misma postura. Koji Sato será la persona al cargo de Toyota durante la próxima generación. Será el sustituto de Akio Toyoda, nieto del fundador de Toyota. Sato dirigirá la compañía desde el próximo 1 de abril, y este mismo fin de semana ha dejado clara su postura frente a alternativas como el hidrógeno.
"Tiene que seguir siendo una opción viable". Sato declaraba este pasado 18 de marzo que el hidrógeno debe seguir sobre la mesa y que, hasta finales de esta década, uno de sus principales objetivos será ampliar la infraestructura relacionada con el mismo, así como su impulso orientado a la industria.
El respaldo de Japón. Desde el gobierno japonés se anunció el objetivo de contar con 200.000 vehículos con pila de combustible para 2025, objetivo que aumentará hasta los 800.000 para el año 2030. Los datos de Toyota hablan de unas 160 estaciones de servicio de hidrógeno en territorio japonés, y plantean que aumenten hasta 320 en 2025 y que lleguen a 900 en 2030.
No quieren estar solos. Toyota no quiere estar sola en su plan para impulsar el uso de las pilas de hidrógeno. Quiere lograr una red de socios que fabriquen, suministren y utilicen esta solución. El presidente de Kawasaki Heavy, Yasuhiko Hashimoto, declaraba que el hidrógeno puede tener un gran impacto en camiones pesados, autobuses, equipos de construcción e incluso en aviación.
De hecho, desde esta división de vehículos pesados de Kawasaki se desveló que están trabajando en mejorar el transporte de hidrógeno para reducir notablemente su precio. "El hidrógeno será una energía indispensable en el futuro", afirmaba Hashimoto.
El eléctrico no pasa a un plano secundario. Pese a que fortalecer el papel del hidrógeno en la próxima década es importante para Toyota, la compañía seguirá invirtiendo en el desarrollo de coches eléctricos. Antes de 2023 contará con hasta 30 modelos tanto de Toyota como de Lexus, trabajando en nuevas plataformas que permitan ajustar el coste.
Del mismo modo, la apuesta por el coche híbrido será fuerte, tratando aquí de vender a volumen en lugar de colocar menos unidades a mayores precios. La compañía tiene claro que el problema del eléctrico no es solo la incapacidad a nivel de recursos para producir baterías, sino los grandes retos de la infraestructura de recargar
Toyota necesita más pruebas para consolidarse. Toyota lleva hablándonos de su Mirai desde 2014, modelo que se renovó en 2020 prometiendo 650 kilómetros de autonomía. También ha coqueteado implementando esta tecnología en un GR Yaris, pero más allá de ello, la apuesta por modelos comerciales movidos con pila de combustible no está siendo demasiado ambiciosa.
Imagen | Toyota
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