Audi mira a China. El fabricante está buscando una compañía con la que llegar a un acuerdo para contar con una nueva plataforma para coches eléctricos, según apuntan los medios alemanes. La plataforma SSP volverá a retrasarse y está arrastrando a la compañía, que ve cómo el tiempo pasa y los competidores siguen avanzando.
Aclarando el lío. En 2021 , el Grupo Volkswagen explicó cuáles eran los planes para sus futuros coches eléctricos. El Grupo tenía que lidiar con varias plataformas y la solución pasaba por unificarlas en la denominada Scalable System Platform (SSP, por sus siglas en inglés).
Lo primero era matar la plataforma MEB, que ha dado servicio a los primeros modelos eléctricos de Volkswagen. Lo mismo sucedería con la muy utilizada MQB o las MLB y MSB. Para estas últimas, se había creado una plataforma de transición, la PEE, que serviría para lanzar el Porsche Macan eléctrico o el Audi Q6 e-tron.
Como a Roma, todos los caminos conducían al coche eléctrico. La plataforma SSP debe servir para dar servicio a todo tipo de vehículos, apostando por la sencillez de sus componentes mecánicos y desarrollando todo lo posible el software, que dentro de la propia compañía consideran un pilar innegociable sobre el que construir el futuro.
Un frenazo. De haber continuado todo el plan establecido, Volkswagen tendría su plataforma SSP en el mercado en 2025. Antes, habría presentado en sociedad a los ya mencionados Porsche Macan eléctrico y Audi Q6 e-tron, con los que quería hacer de puente antes de lanzar sus proyectos más ambiciosos.
Trinity debía ser el gran lanzamiento de Volkswagen que diera un salto de calidad dentro del Grupo en materia de conducción autónoma (esperan alcanzar un nivel 4 de autonomía) y software. Por supuesto, esta nueva plataforma debía ser la SSP, pero a finales del año pasado ya se hablaba que de 2026 se tendría que esperar a 2030 para su lanzamiento.
Un cambio de rumbo. Por el camino se dieron otras circunstancias que podían avanzar que la plataforma SSP no estaría lista en el tiempo previsto. En julio de 2022 se forzó la salida de Herbert Diess, CEO del Grupo Volkswagen por aquel entonces. Los retrasos y los continuos problemas con el software terminaron por sentenciar a Diess.
El timón lo tomó Olivier Blume. Optar por el, hasta entonces, máximo responsable de Porsche, fue una declaración de intenciones. Ya en septiembre, la compañía de vehículos deportivos salió a bolsa con el mejor resultado en el país desde 1996. El fabricante no ha dejado de recibir buenas noticias desde entonces. Al menos en lo económico.
Entre las decisiones más polémicas que ha tomado Blume se encuentra el despido masivo de toda la cúpula directiva de Cariad, la empresa con la que Volkswagen aspiraba a ser una referencia en software y que lleva años con problemas. Entonces Blume ya anunció que empezarían a buscar asociaciones en China para paliar los retrasos que se estaban produciendo.
Yo me lo guiso... En este tiempo, los problemas internos del Grupo Volkswagen los ha ido desvelando (casi sin querer) la propia Porsche. Su salida a bolsa le ha dado cierta autonomía pero, además, la marca se desligó de Artemis (el otro gran proyecto de Volkswagen con la plataforma SSP) pagando por su libertad 100 millones de dólares.
Aunque pudiera ser sorprendente años atrás, el Porsche Taycan se ha convertido en un éxito de ventas rotundo. Sus resultados han confirmado que en el coche eléctrico está gran parte de su futuro como marca, aunque hayan presionado para la aprobación de los combustibles sintéticos en Europa. Sus resultados chocan por completo con los continuos retrasos del Porsche Macan eléctrico. Cuanto más han volado del conglomerado, mejores resultados y mayores avances han conseguido.
Una delicada decisión. Cansados de ver pasar el tiempo por delante de sus ojos y de cómo los rivales están lanzando sus vehículos eléctricos, Audi está a un paso de comprar una plataforma china para lanzar su próximo vehículo completamente eléctrico, según Automobilwoche. El objetivo es, de una vez por todas, acabar con los retrasos que se están experimentando.
El medio alemán asegura que fuentes internas de la compañía le han confirmado que esta misma semana se producirá una reunión para aprobar el proyecto. Incluso afirman que Olivier Blume se muestra a favor de dar este delicado paso. El retraso de la plataforma SSP conlleva el retraso de los lanzamientos eléctricos de Audi, lo que le está haciendo perder fuerza competitiva en China.
China como mercado decisivo. De momento, sólo se habla de que la plataforma sería utilizada por Audi en China. Los rumores apuntan a que se estaría pensando en Geely como suministradora, que ha demostrado con Polestar, Volvo o Zeekr estar muy avanzada en el coche eléctrico. Pero como apuntan en Autocar, Geely tiene estrechos lazos con Mercedes.
Otra posibilidad se abre con Foxconn o BYD, quienes cuentan con sus propias compañías para fabricar plataformas de coches eléctricos para terceros. Cualquiera de ellos pueden ser claves para entrar a competir en el mayor mercado de vehículos eléctricos del mundo.
Aunque los fabricantes occidentales han sufrido con la reciente guerra de precios vivida en el país, ser competitivos en China es innegociable. El margen de beneficios que consiguen es muy alto, pues sus precios también son mayores y, por tanto, se muestra como una excelente vía de financiación para su futuro cero emisiones.
Foto | Audi
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