La subida del precio de la gasolina no sólo nos afectará cuando vayamos a llenar el depósito de nuestro vehículo. Las empresas de transporte, tanto de pasajeros como de mercancías, están estudiando qué hacer ante el brusco descenso de beneficios que supone la inflación del carburante, y la solución, como en tantos otros sectores, va a pasar por trasladar ese recargo al bolsillo de los consumidores. Al menos así lo parece a tenor de lo que ya ha sucedido con el sector alimentario y de lo que ha decidido Uber: incrementar sus tarifas 50 céntimos por viaje.
La decisión de Uber. La compañía de movilidad estadounidense comunicó recientemente a sus conductores que iba a subir esos 50 céntimos por trayecto en España para apoyarles en el repostaje de sus vehículos, según informa Hipertextual. Con anterioridad, Uber ya había anunciado esa misma medida en Estados Unidos a través de un comunicado. En nuestro país, esta subida de precios comenzará a funcionar a partir de este miércoles.
Este suplemento por la subida de la gasolina también se aplicará en los coches eléctricos, según Uber para ayudar a seguir comprando coches de batería para avanzar hacia una flota sin emisiones. La medida es, en principio, temporal y está pensada para los próximos 60 días, en los que la compañía espera que el precio de los carburantes baje para poder retirar esta subida de sus tarifas.
La competencia. Cabify, por su parte, aún no se ha pronunciado al respecto, mientras que Bolt ha explicado que está estudiando la situación para decidir qué hacer. El sector del taxi, por su parte, está con las manos atadas, ya que aunque quisiese, no pueden subir sus precios, puesto que están regulados por los distintos ayuntamientos, que establecen las tarifas a principios de año atendiendo a las demandas del gremio y de los consumidores. Por lo tanto, la única solución para estos profesionales es una intervención del coste de los carburantes por parte del Gobierno.
Huelga de transporte. Los profesionales del transporte de mercancías, por su parte, iniciaron este lunes una huelga para pedir al Gobierno que intervenga el coste de la gasolina y lo estabilice, según informa El País. En este caso, las empresas y los autónomos sí pueden subir el precio de sus servicios, pero como suelen ser contratos por un plazo de tiempo, muchas compañías y trabajadores por cuenta propia no se atreven a cerrar acuerdos, ya que temen que la escalada haga que el contrato les acabe costando dinero.
Asimismo, están sufriendo pérdidas por los contratos que ya tienen firmados y con los que tienen que cumplir, independientemente de lo que marquen las tablas de precios de las estaciones de servicio.
Subida de precios irremediable. Así las cosas, parece claro que, tarde o temprano, la subida del precio de la gasolina acabará repercutiendo en múltiples servicios de nuestro día a día, desde el Cabify que cogemos para volver de cenar con amigos hasta el envío a domicilio de nuestra última compra por internet, incluso si el Gobierno acaba interviniendo.
Y es que, aunque se frene la escalada, el coste de los carburantes ya se ha incrementado tanto que es muy difícil que podamos volver pronto a los precios de hace un mes. Así, lo más probable es que el precio de la gasolina se acabe estabilizando al alza y que los profesionales del transporte trasladen ese incremento a la factura de sus servicios para que sus negocios sigan siendo viables.
La intervención del Gobierno. El Ejecutivo aún no se ha pronunciado claramente ante esta petición de taxistas y transportistas. Pedro Sánchez ha dicho que apostarán por “rebajas impositivas a los sectores afectados” por la Guerra de Ucrania, mientras que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha señalado que van a “estudiar un paquete de medidas, algunas de ellas pasarán por revisar la baja fiscalidad de algunos sectores o productos que estén claramente impactados por el incremento de la inflación”.
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