Desde que en septiembre de 2023 Europa anunciara que estaba estudiando si China estaba ejerciendo dumping con sus coches eléctricos llegados a nuestro continente, los pasos para levantar aranceles o, al menos, tomar medidas contra las compañías llegadas desde el país asiático han cogido velocidad de crucero.
Entonces, la Comisión Europea confirmó que estudiaría que tipo de apoyo se estaba dando desde China a los fabricantes locales para vender sus productos en Europa. Los investigadores quieren comprobar si el Estado chino está dando tanto apoyo a sus fabricantes locales que les permite vender por debajo de coste en Europa, con la tranquilidad de saber que hay todo un país detrás de ellos para sostenerles.
Un informe que ha sido actualizado este mismo mes de abril y que, como explican en Reuters tiene ya 712 páginas entre las que se recogen las actuaciones del Gobierno chino respecto a su apoyo al coche eléctrico pero, también, en relación a la producción de semiconductores, productos químicos o materiales como el acero y el aluminio.
En la investigación, recogen en Híbridos y Eléctricos, se sostiene que SAIC, Dongfeng, FAW Group y Changan, conocidas como "las cuatro grandes", son, directamente, propiedad del Estado chino. Y que marcas como NIO, Brilliance, Chery, GAC y JAC Motors están recibiendo ayudas suficientes como para mantenerse con vida o expandirse a otros mercados.
Estas investigaciones se están realizando para que, llegado el caso, los posibles aranceles que se levanten contra los vehículos llegados desde China cuenten con una base jurídica. No hay que olvidar que todas las marcas antes mencionadas son chinas pero que Tesla o Renault, los cuales fabrican coches eléctricos en China, también están siendo investigadas.
A marchas forzadas
Todas estas investigaciones podrían estar acelerando el desembarco de algunas compañías chinas en suelo europeo. Con el coche eléctrico han visto la oportunidad de abrirse un enorme hueco en el mercado y ante la posibilidad de aranceles o que se apliquen medidas como las del Gobierno francés, los fabricantes chinos han metido una marcha más para acelerar su llegada a Europa.
En el caso de Chery, Barcelona es un espacio crucial. La fábrica vacía de Nissan era una oportunidad perfecta para la compañía china ya que ha conseguido instalaciones para terminar sus Omoda o Jaecco sin tener que levantar su propia fábrica.
España se posiciona como un mercado clave para Chery pues no sólo ha decidido entrar en el mercado del automóvil español con vehículos eléctricos. Su estrategia también pasa por dar batalla a MG entre los vehículos de combustión más baratos. Las ventas españolas, con el Dacia Sandero como automóvil más vendido y el MG ZS colándose entre los cinco primeros avalan esta forma de actuar.
A ello se suma la importancia del puerto catalán, que les permite ahorrar costes en tiempo y dinero (para hacer llegar sus componentes y piezas) y facilita una distribución rápida al resto de Europa.
De hecho, Chery tampoco es la única marca que mira con buenos ojos a los puertos europeos y españoles. Ferrol ha sido elegida como el centro neurálgico para distribuir los coches de BAIC y Arcfox (su marca premium) y fuera del mercado del automóvil, China ya es el primer socio comercial del puerto de Vigo.
Y no solo en España está ocurriendo esto. Hace unos días, Automotive News explicaba que algunos puertos europeos empiezan a estar saturados con el envío masivo de coches eléctricos chinos a Europa. Aseguran que los puertos belgas de Amberes y Zeebrugge son los más afectados y empiezan a estar saturados de vehículos.
El problema es que los fabricantes chinos han enviado miles de vehículos a Europa, con el objetivo de venderlos cuanto antes. Es un momento crucial. Cuantos más coches vendan ahora, más fácil será que otros potenciales clientes lo vean y empiece a funcionar el boca-oreja que les debería limar las posibles asperezas de los clientes ante estas nuevas marcas.
Pero, sin embargo, el medio asegura que se están encontrando con dos problemas. El primero y más importante es que no consiguen vender todo lo que traen, lo que está aumentando y mucho el stock en los puertos, donde tienen que alquilar grandes superficies para almacenarlos. Y el segundo es que no encuentran camiones suficientes para distribuir los coches que sí se están vendiendo, por lo que algunos de ellos se están entregando con mucho retraso.
Eligiendo Barcelona, Chery ha ganado su capacidad para terminar sus propios vehículos en suelo europeo, con un mercado propicio para su venta y las ventajas que da Barcelona a la hora de distribuir su mercancía. Queda por saber cómo le afectarán las probables actuaciones que tome Europa frente a los vehículos eléctricos chinos o si, por el contrario, se salvarán por haber elegido una fábrica en suelo europeo.
Imagen | Omoda
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