Qué fue de Ebro: la marca española que se hizo famosa por sus tractores y renacerá con el coche eléctrico

Junto a Chery, Ebro montará sus vehículos eléctricos en la fábrica que Nissan abandonó en Barcelona

Viajar por el interior de Aragón y Cataluña es sinónimo de comarcas rurales y duro trabajo de labranza. No es raro ver vehículos con unas cuantas década encima. Mucho más si hablamos de herramientas de trabajo, sencillas de reparar (lejos queda el software y la electrónica) y, sobre todo, muy caras de comprar. Inaccesibles en algunos casos.

Entre estos tractores, una palabra se repite. Lejos de las elitistas John Deere, Fendt o New Holland, una sobresale por encima de todas: Ebro. Una firma española que inundó los campos españoles, que se convirtió en una tabla de salvación para muchos trabajadores y que, ahora, busca en el coche eléctrico su renacimiento.

Un origen americano

Ebro nació a mediados del siglo XX, en una España marcada por la posguerra. Pero, sin embargo, su origen se remonta más atrás. Para entender sus inicios, hay que mirar a Cádiz.

La ciudad andaluza consiguió atraer a Ford en los primeros compases del siglo XX. Aunque los primeros modelos de la marca llegaron en 1907 a través de una pequeña agencia barcelonesa que colocó cinco unidades en su primer año y 190 automóviles en el segundo, Cádiz consiguió atraer las inversiones del fabricante poco después.

En 1919, Henry Ford decidió que el lugar ideal para montar su primera planta en España sería Cádiz. La ciudad ganó la batalla a Barcelona, que vivía inmersa en continuas huelgas y demandas laborales de los trabajadores (que también afectaron a Hispano-Suiza). En 1920 la fábrica estaba abierta y en funcionamiento.

De sus talleres salieron los famosos Ford T, pero también camiones. Durante tres años, la planta trabajó a pleno rendimiento pero el Ministerio de Hacienda empezó a reclamar a Ford muchos más impuestos. La idea era que la firma pagara por sus coches como lo hubiera hecho si éstos fueran importados en lugar de fabricados en la ciudad. Aranceles que podían ir del 25% al 100% del valor del vehículo.

Tras muchas conversaciones y discusiones, se decidió que Ford se trasladaría a Barcelona donde, no está claro por qué, el Gobierno dejó de reclamar esos mismos pagos a la compañía. Sea como fuere, en 1923 la compañía se trasladó a la Ciudad Condal, donde trabajó hasta una ampliación de capital en 1929 que permitía el ingreso de inversores locales. Nacía Ford Motor Ibérica S.A.

Pero la Guerra Civil se interpuso en la vida de la fábrica. Durante el conflicto armado, el espacio fue objeto de bombardeos y apenas pudieron salir de sus plantas algunos modelos dedicados exclusivamente al ámbito militar. Desde entonces, el hilo de vida que le quedaba fue casi inexistente. Fabricantes de camiones y tractores, la producción era mínima, pues los recursos eran escasos y los compradores inexistentes.

Finalmente, en 1954 la compañía se nacionaliza y nace Motor Ibérica S.A. que, poco después, daría comienzo a la producción de los primeros vehículos de marca Ebro.

La popularización

La decisión de que Ebro lanzara tractores al mercado tuvo mucho que ver con el impulso que quiso dar el Ministerio de Industria a estos vehículos de trabajo. En 1952 lanzó un concurso con el que buscaba empresas para aumentar la producción de éstos y potenciar la agricultura del país.

Una de las empresas que ganó el concurso en 1953 fue la que más tarde sería Motor Ibérica S.A, quienes pondrían en el mercado tractores con licencia de Ford. Poco después, en 1955 salía de la fábrica catalana el primero tractor 100% español. El Ebro E-38, un vehículo con 38 CV. Poco después llegarían los más avanzados Ebro E-44, Ebro E-48 y Ebro Super 55.

Con el paso de los años, las relaciones con Ford comienzan a deteriorarse y en 1965 se rompen por completo. Entonces, la compañía se traslada a la zona franca y se integran las empresas Fadisa, Avia, Perkins, Aisa y Braud et Facheux, que hasta entonces estaban especializadas en camiones, motores , furgonetas y todoterrenos. Esta absorción de nuevos empleados no podría haber sido posible sin Massey Ferguson que compra el 40% de las acciones de Motor Ibérica S.A.

La industria española del tractor llegó a producir 44.000 unidades anuales

Con los años, en los tractores de Ebro empiezan a aflorar los motores Perkins. Estos propulsores destacaban por un consumo muy bajo pero una durabilidad muy alta, lo que los hacía perfectos para unos tractores que iban dedicados a un público muy generalista.

En los años 70, cuatro fabricantes producían en España un total de 44.000 unidades anuales y ponían en el mercado hasta 25 modelos distintos. Barreiros era una de estas empresas. Esto obligó a que las empresas miraran más allá de nuestras fronteras y empezara a flotar la idea de la exportación.

El futuro era boyante y, de hecho, la compañía atrajo el interés de Kubota (firma japonesa) cuando en 1986 se rompieron los lazos con Massey Ferguson. Junto a los japoneses, la fabricación se mantuvo hasta 1994. Hasta entonces, la inversión había sido muy fuerte y, de hecho, se levantó una fábrica en Cuatro Vientos de la que debían salir 8.000 tractores anualmente.

Sin embargo, el interés de los japoneses desapareció en los años 90. Kubota se marchó y la marca murió. Hasta ahora.

Una pick-up de más de 400 kilómetros de autonomía

Durante el Automobile Barcelona, una marca ha levantado innumerables recuerdos entre los asistentes: Ebro.

Ya el año pasado se anunció que la marca volvería a la vida en la planta que Nissan tenía en Barcelona y citaron a todo el mundo en 2023 para ver su nuevo producto: una pick-up completamente eléctrica. El proyecto ha sido posible con el trabajo de cuatro firmas españolas: Jaton Racing, Api Brothers, Btech y Nexus Projectes.

Para este renacimiento, la marca ha elegido el nombre de Ebro EcoPower. Y el proyecto tiene buenos mimbres. Huyendo de otras fórmulas más ambiciosas y con menos pilares, el inicio llegó de la mano del Acciona 100% EcoPowered EV, el primer coche completamente eléctrico en terminar un Rally Dakar.

El nicho de mercado estaba ahí. Ahora, Rivian, Ford o Tesla luchan por marcar diferencias en un mercado donde no había nadie hace unos años. "Cuando comenzamos no había ni una", se reafirmaba Edu Blanco, CEO de la firma a Motorpasión.

Un año después ya sabemos que hay planes de producción y que éstos apuntan a 2024, con una inversión que dará trabajo directo a 150 personas y que esperan llegar a 1.200 trabajadores más con empleos indirectos. El espacio, efectivamente, será el D-Hub de la Zona Franca barcelonesa.

La idea es sacar adelante una enorme pick-up eléctrica con motores duales (uno por eje) que pueden producir hasta 299 CV y que se alimentarán de una batería de 100 kWh para disponer de más de 400 kilómetros de autonomía. Sus elementos técnicos le permitirá actuar como un vehículo 4x2 y 4x4.

Estos planes de desarrollo se han reconfirmado con la entrada de Chery en la planta que Nissan abandonó en Barcelona. Esto permitirá que a partir del último trimestre de 2024 empecemos a ver los primeros movimientos de la firma. Hasta entonces, será el grupo chino el que ponga en marcha la planta. 

Fotos | Ebro y Fernando Jiménez

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