Cruise asegura que está mejorando sus sistemas de respuesta ante los servicios de emergencia después de que uno de sus coches aparcara sobre una persona que había sido atropellada previamente
El coche autónomo está ganando adeptos y enemigos al mismo tiempo y al mismo ritmo. Tanto que empresas como Cruise, que han hecho de San Francisco su base de pruebas, está buscando nuevos espacios donde probar su tecnología y extender su negocio. La compañía tiene a parte de la ciudadanía en contra, incluyendo pequeños actos de boicot a su funcionamiento poniendo conos en el capó del coche para impedir que siga funcionando.
El funcionamiento, en líneas generales, ha sido bueno hasta ahora. De hecho, poco a poco han recibido el visto bueno para aumentar sus operaciones. Pero tienen un problema evidente: cada error provoca un auténtico caos. Y si el problema no pasa del típico atasco, todo termina con el enfado del resto de conductores. Sin embargo, todo es mucho más grave cuando tienen que actuar los servicios de emergencias.
Bomberos vs coche autónomos: la pelea
Si la intervención del servicio de emergencias es clave para salvar la vida de una persona o atender a un herido, el comportamiento errático de un coche de Cruise, señalados por los servicios de bomberos de San Francisco, puede resultar dramático.
En los últimos meses hemos sabido que los vehículos de la compañía han chocado con los camiones de bomberos, han bloqueado el paso a calles estrechas o, incluso, pueden haber sido decisivos en la atención a un herido que terminó muriendo después del retraso que provocaron a una ambulancia.
El problema del coche autónomo no es tanto su baja tasa de errores, el verdadero problema es que un error en un automóvil puede ser completamente fatal para el conductor, los pasajeros del propio coche y del resto de vehículos que circulan alrededor o ciclistas, motoristas y peatones con los que comparten espacios.
La gota que ha colmado el vaso se vivió hace unos días cuando una mujer atropellada vio cómo el conductor del vehículo se daba a la fuga e, inmóvil en el suelo, tenía que asistir a cómo un vehículo de Cruise aparcaba sobre sus piernas. La única manera de rescatar a la víctima pasó por apagar el coche por parte de los servicios de emergencia.
Todo ello ha provocado que Cruise se reafirme en que están trabajando para conseguir un mejor comportamiento de sus vehículos ante la llegada de los servicios de emergencia. Uno de los mayores retos es hacerle entender al coche desde dónde se emiten las luces y los sonidos propios de estos vehículos para conseguir que no interfieran en su trabajo. El rebote en el sonido de los edificios, por ejemplo, confunde a los automóviles.
Pero desde Cruise han decidido que, de momento, la solución no pasa por ellos y pasan la pelota a los servicios de emergencia: "en situaciones de emergencia, nuestros equipos permitirán acceder al vehículo autónomo y moverlo manualmente", señalan desde la compañía.
Es decir, algo así como decirle al equipo de bomberos: "mira, si tanto te molesta, quítalo tú mismo".
Foto | Cruise
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