Cuenta atrás para el estreno del mayor buque híbrido del mundo. La naviera francesa Britanny Ferries acaba de anunciar que en cuestión de tres años espera sumar a su flota el navío Saint-Malo, dotado de baterías con una capacidad de 11,5 megavatios hora (MWh), más o menos el doble de lo que estamos utilizando ahora en las embarcaciones del mismo tipo, con propulsión híbrida.
La embarcación se encargará de transportar pasajeros en la ruta Saint Malo-Portsmouth, entre Francia y Reino Unido, y la compañía destaca que el impacto de sus travesías en el medio será menor de lo habitual. Gracias a su sistema de navegación optimizada e híbrida, Britanny Ferries confía en que emita un 15% menos de gases de efecto invernadero que los buques diésel.
El navío Saint-Malo combinará motores de combustión con otros eléctricos y baterías, lo que le permitirá reducir de forma sensible su consumo de combustible. "Los buques tienen que hacer frente al reto del cambio climático. Por eso me complace confirmar que el sustituto del Bretagne será un buque híbrido. Se alimentará con GNL más limpio, con baterías, o con una combinación de ambos. En este sentido, será como un coche híbrido", señala Christophe Mathieu, CEO de la firma.
Al sustituir el diésel marino (MGO) por el gas natural licuado (GNL), cambio que la operadora ya inició con los buques Salamanca y Santoña, añade una reducción importante de CO2.
Más eficiencia, menos emisiones
Con el sistema híbrido —concluye la naviera— se alcanzará “una reducción total del consumo energético y las emisiones de gases de efecto invernadero de entre un 10 y 20%”.
Si todo va según lo previsto y se cumple el cronograma de la naviera, StenaRoRo lo entregará en 2024 para su puesta en servicio en 2025 y jubilar al buque Le Bretagne, operativo desde hace casi cuatro décadas. No será el único fichaje previsto por Britanny Ferries. La compañía ya botó este mismo año el Salamanca, su primer buque de GNL, y espera tener el Santoña ya en 2023.
La compañía ha encargado también una segunda embarcación híbrida, un buque aún sin bautizar pero con una misión ya asignada: tomar el relevo del Normandie, otro de los navíos más vetustos de la firma, y cubrir la ruta más popular del Canal de la Mancha: la que enlaza Portsmouth y Caen. StenaRoRo está construyendo un tercer buque provisto de tecnología híbrida Wärtsilä.
Brittany Ferries' first hybrid vessel Saint-Malo will join the fleet in 2025. She will be the largest hybrid ship ever built. Good news for Portsmouth: and good news for the port of St Malo ➡️ https://t.co/DFG2IBT4Sd pic.twitter.com/ku3NIP1Fco
— Brittany Ferries (@BrittanyFerries) June 21, 2022
“El gran tamaño de las baterías permitirá a los buques operar con plena potencia, utilizando tanto las hélices como todos los propulsores para maniobrar sin emisiones dentro y fuera de los puertos, incluso con mal tiempo”, explica el director ejecutivo de Wärtsilä, Hakan Agnevall, a la Cnbc.
¿Qué tamaño tendrán Saint-Malo? La naviera no lo concreta en su comunicado, pero en 2021 se precisaba que el buque alcanzará los 194,7 metros de eslora y 27,8 de ancho, unas medidas que le permitirían superar al Bretagne. Las mismas dimensiones tendrá la embarcación que siga sus pasos entre Caen y Portsmouth. A bordo, el Saint-Malo sumará también más camas y camarotes.
“Se ofrecerán camarotes de dos a seis personas, desde suites de lujo hasta otros estándar, desde aquellos que pueden acomodar a viajeros con macotas hasta el concepto de alojamiento económico. Las cabinas y asientos estarán equipados con conectividad”, precisa la compañía a BFM Business, que concreta que a bordo contará con bares y restaurantes, un gimnasio y zona de juegos.
El objetivo último de Britanny Ferries con sus buques de GNL e híbridos —capaces de operar con baterías, gas o una combinación— es reducir el importante consumo de carburantes y las emisiones de los buques. Transport & Environment calcula que en 2019 el transporte marítimo de la UE acaparó el 12,2% de todo el combustible de transporte y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que la actividad, a nivel internacional, fue responsable del 2% de las emisiones de CO2 en 2020.
Precisamente con ese propósito, a lo largo de los años las navieras han probado con diferentes opciones, incluido el gas, los buques híbridos o incluso soluciones rompedoras, como el empleo de grandes cometas capaces de reducir en cerca de un 20% el consumo y las emisiones o incluso la instalación de estaciones en alta mar que permitan recargar los buques durante sus singladuras.
Imágenes | Brittany Ferries
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