De récords del mundo raros, excéntricos y peculiares está (valga la redundancia) el mundo lleno. Uno de los más curiosos de los que he tenido constancia es el de vadeo.
Aunque por norma general se suele intentar evitar esta situación, el vadeo es una de las experiencias más divertidas con un todoterreno. Cruzar un paso de agua en coche es, sin duda, una sensación única en la que, eso sí, hay que tener mucho cuidado.
Los riesgos a los que se enfrenta un coche a la hora de superar un paso de agua son evidentes. En los manuales de los vehículos se incluye la profundidad máxima a la que puede circular un vehículo. Ésta suele tener en cuenta la altura a la que se sitúa la admisión, pues podría entrar agua en el motor del coche. La refrigeración o la electrónica son componentes clave que deberían estar lejos del agua.
¿Seguro? Esa es nuestra opinión, la de los fabricantes y la de (creemos) cualquier persona mínimamente sensata. Decimos esto porque existe un récord del mundo de vadeo. Y las cifras son muy superiores a lo que nos imaginábamos.
A por el récord del mundo de vadeo
Por algún extraño motivo, un grupo de buzos e ingenieros han querido comprobar cuánta distancia podían llegar a recorrer con un coche a la mayor profundidad posible. Con ello han conseguido dos récords del mundo: el viaje en coche a mayor profundidad y el viaje más largo de un coche bajo el agua. Lo explican todo en Electrek.
¿De qué cifras estamos hablando? En turnos de quince minutos, 30 buzos se han turnado cada cuarto de hora para conducir un Toyota Land Cruiser transformado en un coche eléctrico a una profundidad de casi 30 metros durante siete kilómetros.
Para ello, el equipo decidió coger la base de un Toyota Land Cruiser del 1983. Lo vaciaron por completo de su motor de combustión y le dotaron de un equipo eléctrico convenientemente sellado para poder alcanzar la profundidad esperada. A esta transformación le han llamado "Cangrejo". Y motivos tienen para ello.
La expedición terminó por extenderse hasta las nueve de la noche. Habían comenzado a las nueve de la mañana y no pensaban emplear más de siete horas. Sin embargo, el lodo que se encontraron en el fondo del agua y una tubería de la que no tenían constancia obligó a los buceadores a "conducir" más despacio de lo previsto.
Los mayores problemas, como confirman y podíamos imaginarnos, los encontraron a la hora de aislar los componentes claves con sistemas que resistieran la presión a la que la profundidad sometía al coche. Por ejemplo, los neumáticos estaban llenos de agua para no reventar en su descenso.
En cuanto a la distancia, no era casual. Se trataba de cruzar el puerto de Darwin (Australia) por lo que la travesía se alargó en las cinco horas mencionadas. Como el trayecto era corto, se empleó una batería de 32 kWh, acompañada de un motor de 88 kW (118 CV) con un par motor de 162 Nm para poder mover el coche sobre el lodo, despacio pero con garantías.
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Foto | ABC News Australia vía Electrek
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