Hace apenas una semana, la Unión Europea confirmaba que impondrá aranceles a los coches eléctricos llegados desde China. La medida afecta particularmente a BYD, Geely y SAIC que se enfrentan a un muro económico de entre el 17,4% y el 38,1% de encarecimiento por traer sus coches eléctricos a nuestro continente.
Aunque la medida empezará a funcionar temporalmente a partir de julio, todavía tiene que ser reafirmada por los países de la Comisión Europea el próximo mes de noviembre.
Hay que añadir que los tres gigantes chinos han sido señalados por la Unión Europea pero se espera que los aranceles se extiendan en mayor o menor medida a todos los coches eléctricos exportados desde el país asiático si se demuestra que las marcas occidentales recibieron beneficios por trabajar allí y su disposición a colaborar en la investigación, enfrentándose a aranceles que pueden situarse en la horquilla anterior.
Tesla, por ejemplo, ha solicitado un castigo variable dependiendo del coche, pues un mismo modelo se produce en Europa, Estados Unidos o China dependiendo de la variante mecánica elegida. Esto debería disparar el precio de algunas versiones del Tesla Model 3. Empresas como BMW, Mercedes o Volkswagen se han mostrado contrarias a los aranceles, como Renault con su Dacia Spring, están a la espera de terminar de conocer todos los detalles.
Es decir, la medida se aplicará de forma temporal a partir de julio y será en noviembre cuando la normativa se aplique definitivamente o se corrija en favor o en detrimento de los coches eléctricos llegados desde China. Por el camino, negociaciones con el Gobierno chino para llegar a un posible acuerdo.
Y, en todo este lío burocrático que, sin duda, genera incertidumbre en el futuro a corto plazo de estas compañías, Stellantis puede sacar una buena tajada.
El movimiento maestro de Carlos Tavares
Si alguien ha destacado por atacar a los coches chinos en los últimos años ha sido Carlos Tavares. El CEO de Stellantis ha defendido por activa y por pasiva que sus coches no podían competir en igualdad de condiciones con los vehículos que llegan desde allí y amenazaba con llevarse la producción europea a países como India para igualar su posición de salida.
Al contrario que otras compañías europeas, Stellantis terminó por salir de China después de una mala experiencia en el país. Para fabricar allí, el Gobierno exige asociarse con una empresa local y su acuerdo con GAC no resultó exitoso. La mala experiencia llevó a Stellantis a salir de un mercado gigantesco como es China.
Pero Tavares se guardaba un as debajo de la manga. Mientras el rumor de los aranceles europeos cogían fuerza, Stellantis compraba el 21% de Leapmotor y dos asientos en la junta directiva. Pero, sobre todo, conseguía hacerse con los derechos de exportación de los vehículos Leapmotor fuera de China, así como la explotación de su nombre comercial y la posibilidad de ensamblar sus vehículos más allá de las fronteras chinas.
Esto mismo es lo que Stellantis llevará a cabo en Polonia. Como ha confirmado Automotive News, el gigante automovilístico ya hace pruebas en el país europeo para poner en marcha en los próximos meses su cadena productora de coches Leapmotor. El movimiento es parecido al que intenta Chery con su planta barcelonesa.
Desde Reuters apuntan a que llevarse la producción de Leapmotor a Polonia está íntimamente relacionada con el control de gasto y costes. Según la agencia, el coste de producción por vehículo es de entre 400 y 500 euros (parecido al de producir en China) pero que en Italia sería de unos 1.000 euros. En este dato solo se incluye ensamblar el vehículo, no se tiene en cuenta el precio de la batería, por ejemplo.
Con este movimiento, Tavares espera saltarse el muro económico que Europa quiere imponer a China. Al mismo tiempo que produce a un coste bajo un coche que ya ha sido diseñado en China (le ahorra todos esos costes de desarrollo), consigue una ventaja frente a empresas chinas que están asentándose en el mercado europeo y que tendrán que afrontar aranceles hasta que produzcan sus coches en Europa.
Foto | Stellantis
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30 comentarios
asdarfa
Pues nada, en lugar de tener coches chinos a 18k para que los fabricantes europeos no se duerman con el sobrecoste que le metieron de +10-15k a todos los coches con la excusa de la guerra, falta de chips, covid...les ponemos un impuesto a los coches baratos así los coches europeos pueden seguir sacando la misma tajada a la vez que cierran las plantas de producción de aquí para llevárselas a países del este porque no se les da ayudas directas.
Hay que joderse.
smithwinston
¿Stellantis no es la que estaba envuelta en toda esa escandalosa polémica sobre los motores Puretech?
cuspide
Es increíble cómo la prensa va dando tumbazos intentando entender los movimientos de Stellantis y la caga en cada análisis que hace.
No, Stellantis sigue queriendo igualdad de condiciones con los chinos, y como la Unión Europea es un monstruo burocrático, lento y errático, Stellantis ha buscado en una suerte de experimento una solución de prueba que es traerse lo mejor del mundo chino para replicarlo en Europa. Es decir, juntar bajos sueldos (Polonia), con las cadenas productivas chinas, y con la seguridad de que no estará afectada por aranceles al fabricar en territorio europeo.
Y no. No parece un movimiento parecido al de Chery en Barcelona, porque Chery envía sus coches ya fabricados desde China para acabar de ser montados en Barcelona en la modalidad Completely-Knock-Down. Aún no se sabe si Stellantis va a fabricar todo el coche o simplemente lo ensamblará en Polonia, pero si Stellantis es inteligente y quiere cubrirse las espaldas, Leapmotor International debería fabricar, que no ensamblar, en Polonia.
mistercarter7
Stellantis quería aranceles para ver si así su bazofia de eléctricos vendían algo… pero difícilmente coches de 400km de autonomía a más de 40k euros van a venderse por mucho que se empeñen en que los coches chinos se vendan a 200k euros
yosoyunpecador5
O sea trae un coche que en china vale 7000€, lo monta en europa y se lo vende a los europeos por 20000, sí señor, negocio redondo.
juandavidavendanoherrera
europa implementa normativas no para que los fabricantes europeos ganen si no para que no pierdan