Stellantis lleva años atacando en público al coche eléctrico chino. Ahora quiere fabricarlos en Italia

  • Carlos Tavares, CEO de Stellantis y antaño acicate del coche eléctrico chino, ya ha avisado de esta posibilidad

  • La planta de Mirafiori (Turín) de Fiat no ha dejado de perder trabajadores y su producción es muy baja

Fiat
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Noviembre de 2023 nos sorprendía con una noticia: Stellantis compraba el 21% de Leapmotor, una automotriz china que estaba en el ojo de los analistas por ser una de las marcas con mayores expectativa de crecimiento para los próximos años.

La noticia era sorprendente, pues no hacía tanto que Stellantis había salido del mercado chino. En 2022, el conglomerado automovilístico puso fin a su colaboración con GAC para fabricar modelos de Jeep en China, saliendo inmediatamente del mercado.

Desde entonces, Carlos Tavares había arremetido contra los fabricantes chinos, su métodos productivos y no se cansaba de alertar sobre el riesgo que entraña dejar vender a estos fabricantes en suelo europeo. Apenas unos días antes de confirmar la compra, el propio Tavares había hecho hincapié en esta problemática en una entrevista al diario Der Spiegel.

Tres meses después del anuncio, Stellantis ya se plantea fabricar estos coches chinos en uno de sus mercados más importantes: Italia.

Fabricando coches chinos en Italia

Además de tener un asiento en la dirección de Leapmotor e influenciar en las decisiones que se tomen a futuro, Stellantis se reservaba el derecho a controlar por completo la salida de Leapmotor de China. Todos los modelos que se vendan fuera de sus fronteras tendrán que venderse donde, como y cuando quiera Stellantis.

Y como parte de esa estrategia, fuentes internar ya han confirmado a medios como Automotive News que el conglomerado automovilístico se plantea el uso de las instalaciones de Fiat en Turín para dar salida a 150.000 vehículos de Leapmotor cada año.

Las primeras informaciones las recogieron los medios italianos, quienes se hicieron eco de las palabras de Carlos Tavares, quien apuntó que "si tenemos la oportunidad, porque tenga sentido económico fabricar los coches de Leapmotor en Italia, por supuesto que lo haremos". Estas intenciones, cuentan en Automotive News, fueron confirmadas por fuentes internas de la empresa, aunque se negaron a hacer más comentarios.

Desde que Leapmotor pasará a formar parte del negocio de Stellantis, la marca ha sido tratada como una más dentro del grupo automovilístico. La particular situación, en la que Stellantis solo controla el 21% de la misma pero mantiene su independencia en los modelos que se lanzan fuera de China, ha hecho de Leapmotor, la marca número 15 del grupo, en palabras de Natalie Knight, la directora financiera de Stellantis.

Stellantis necesita rentabilizar la inversión de 1.500 millones de euros que ha llevado a cabo con Leapmotor y espera que en 2030 vendan en Europa medio millón de sus vehículos eléctricos. Coches que apuestan por la relación calidad precio pues, en palabras Knight, está enfocada a clientes que "que son conscientes de los altos costes (de estos coches eléctricos) pero quieren la mejor tecnología en sus productos".

Es fácil ver a Leapmotor como el caballo de Troya que entra en Mirafiori (Turín), aunque en este caso, sin ningún tipo de disimulo. La decisión es controvertida pues se trata de meter dentro de la planta italiana a los que, hasta hace poco, se habían considerado uno de los grandes rivales de los vehículos eléctricos europeos.

Stellantis, señalan en Automotive News, jugará la carta del empleo. La mano de obra en la planta turinesa no ha dejado de decrecer. En 1971 se alcanzó el número récord de trabajadores, con 60.000 empleados. El año pasado, apenas 11.835 personas formaban parte de la plantilla. De la planta, salieron el año pasado poco más de 85.000 coches, cuando en los años 70 llegaron a salir de sus puertas un millón de automóviles, según datos recogidos por medios como Il Post.

El año pasado, Stellantis llegó a un acuerdo para despedir a 2.000 empleados en Italia y la planta de Mirafiori ya se ha despedido de Maserati, lo que envía a un ERTE a otros 2.000 empleados para los próximas semanas. El plan para reactivar la planta pasa por enviar al Fiat 500 (que la sostiene con vida) a una fábrica en Nápoles, donde el nuevo modelo se asentaría ya sobre la plataforma STA Small del grupo.

El lugar que hasta ahora ocupaba Maserati y Fiat lo tomaría Leapmotor, en un movimiento que Stellantis asegura que les permitirá producir hasta un millón de automóviles en Italia, uno de los grandes compromisos a los que se habían suscrito con el Gobierno italiano.

La jugada, además, le permitiría ir adelantándose a posibles represalias tomadas por la Unión Europea frente a los coches eléctricos chinos. La posibilidad de levantar aranceles sigue flotando en el aire y fabricar en suelo europeo serviría al grupo automovilístico para saltarse esta barrera. Además, puede permitirle acceder a ayudas a la compra en el caso de que otros países tomaran una decisión similar a la que ha tomado Francia.

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Foto | Stellantis

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