Desde que a comienzos del XVII Jerónimo de Ayanz trazó los planos de un primitivo batiscafo de madera para recolectar perlas y atacar barcos enemigos, la relación de España con los submarinos ha sido —por definirla de alguna forma— extensa, prolífica… y salpicada también de alguna que otra oportunidad perdida. Ahora escribe un nuevo capítulo. Ayer la empresa REV Ocean bautizó en Barcelona su sumergible Aurelia, capaz de descender a 2.300 metros de profundidad.
El Aurelia —nombre para los “amigos” de Triton´s 7500/3— es un vehículo de inmersión profunda (DVS) con capacidad para tres tripulantes y dotado de un casco acrílico, una cúpula transparente que permite a sus pasajeros disfrutar de unas vistas privilegiadas y en 360º del fondo marino.
REV Ocean insiste de hecho en la peculiaridad de esa pieza, que convierte al Aurelia —asegura— en un observatorio “inigualable”. Según precisa la compañía, el DVS alcanza una autonomía de más de diez horas, incorpora una batería LiFePO4 y es capaz de bajar a 2.286 metros. Sus dimensiones no son excesivamente grandes: en seco pesa 11.200 kg y alcanza una altura de 2,6 metros.
A 2.000 metros y con vistas panorámicas
“La enorme esfera acrílica proporciona una experiencia verdaderamente inmersiva, con vistas despejadas de 360 grados”, recalca la compañía antes de poner énfasis en el “extenso equipo de muestreo, grabación y documentación” del que está dotado el DVS Aurelia.
A pesar de su pequeño tamaño, el submarino incorpora herramientas que le permiten, entre otras tareas, tomar muestras de sedimentos, gases y corales. En su arsenal se incluye, por ejemplo, un brazo manipulador Titan 4, sistemas de iluminación y diferentes tipos de cámaras.
Si bien su propietario es REV Ocean, compañía con sede en Lysaker, Noruega, Aurelia se ha fabricado en España. Su fase de ensamblaje se completó en las instalaciones que la empresa estadounidense Triton Submarines LLC tiene en Sant Cugat del Vallès. “Se trata del primer sumergible científico capaz de bajar a más de 2.000 metros de profundidad, con un casco transparente, construido 100% en Cataluña con técnicos locales”, reivindica la firma.
Con el bautismo ya completado, a Aurelia le queda todavía completar la fase de pruebas para demostrar sus capacidades, rendimiento y el alcance de su equipo científico. Los tests —revela la compañía— se harán en aguas del Mediterráneo con la participación de representantes del gobierno y los organismos de certificación, además de las propias compañías Tritón y REV Ocean.
Experiencia tienen ya en el proceso. El otoño pasado la firma noruega puso en servicio el ROV Aurora, un sumergible también, aunque con un enfoque y diseño completamente distintos. Aurora es un vehículo de operación remota de apenas 250 kg de carga útil que puede descender a unos 6.000 metros de profundidad. La empresa recuerda que ya ha alcanzado los 3.800 en aguas del Ártico.
El potencial y sobre todo el alcance de los sumergibles para explorar las profundidades de los océanos lo dejó claro hace solo unos meses el e DVS Limiting Factor, una pequeña nave dotada con un casco de presión de titanio de 90 mm de espesor, una batería de 65kWh y que permite una amplia visión frontal y a través de la base. En su interior dos investigadores chilenos pudieron estudiar in situ la fosa de Atacama, situada en el Océano Pacífico y que supera los 8.000 metros de profundidad.
"Fue como descender a otro planeta", explicaba uno de ellos tras completar el viaje a las profundidades de la región hadal. La inmersión más profunda descendió a 8.069 metros y exigió a sus dos tripulantes más o menos tres horas para alcanzar el punto más profundo de la fosa.
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