Desde 2018, de forma ininterrumpida, Toyota había conseguido colocar a uno de sus modelos como el coche más vendido del mundo. El Toyota Corolla y el RAV4 se han repartido ese honor hasta que el pasado año Tesla ha conseguido arrebatarles el primer cajón del podio.
Los japoneses han cerrado un lustro en lo más alto del ranking mundial pero llevan desde hace más de una década colocando a sus vehículos entre los tres coches más vendidos. Además, desde 2012, sólo el Ford Focus y el Ford F-Series habían conseguido sacar a Toyota de la primera posición.
El sorpasso de Tesla con su Model Y refleja muchas cosas. Pero, además, nos hace preguntarnos si Toyota está siguiendo el camino correcto o si, por el contrario, está respondiendo demasiado tarde al vehículo eléctrico.
Un coche eléctrico como el más vendido del mundo
Por primera vez, un coche eléctrico es el más vendido del mundo, según las cuentas de Jato Dynamics, consultora especializada en recopilar este tipo de datos en el mundo del motor.
Pasado el escollo de no poder generar beneficio con sus ventas regularmente, Tesla consiguió romper su techo de cristal y hacer de sus vehículos verdaderamente automóviles de masas. El Tesla Model 3 fue la entrada a este mercado pero ha sido el Tesla Model Y, un SUV, como pide la mayor parte del mercado, el que ha conseguido posicionarse como el automóvil más vendido del mundo.
Una vez Tesla consiguió fabricar a un buen ritmo, el margen de beneficios conseguido por cada coche eléctrico le ha permitido contar con un colchón para ir haciendo frente a las posibles bajadas de precio de los rivales. Una guerra en la que su margen de beneficios se ha ido reduciendo pero que ha salido airoso porque siempre ha conseguido posicionar a sus Model 3 y Model Y como los coches eléctricos con mejor relación autonomía/precio.
A ello se suma que la compañía ha conseguido generar una imagen de marca disruptiva (lo sea o no), que ha atraído por sus interiores minimalistas y, sobre todo, que ha conseguido hacer creer entre el público que tienen los coches eléctricos más avanzados. Una imagen que ha ayudado a sostenerla su amplia red de recarga que, sobre todo en Estados Unidos, ha terminado por ser la referencia.
Todo ello ha abierto una brecha enorme en el coche eléctrico con Toyota. El gigante japonés sigue teniendo en el RAV4 el segundo coche más vendido en el mundo (y el Toyota Corolla el tercero) pero que un coche eléctrico le haya superado puede empezar a mostrar las costuras de la estrategia de Toyota.
El riesgo de llegar tarde
Los últimos años han servido para escenificar una relación complicada entre Toyota y el coche eléctrico. Dado su avanzado sistema híbrido, podíamos pensar que el coche eléctrico era pan comido para Toyota. Pero esta tecnología ha traído tantos cambios que la primera incursión de la marca ha sido un completo desastre.
El Toyota bZ4X ha recibido malas críticas por su corta autonomía y ha protagonizado varias llamadas a revisión. Algunas tan graves como por el riesgo de que se desprendiera una de las ruedas del coche. La primera incursión en este terreno fue un fracaso que, además, ha llegado de la mano de diversas declaraciones de sus directivos en los que se aseguraba que el coche eléctrico no es, ni mucho menos, el futuro.
El fabricante sigue defendiendo que el híbrido (enchufable o no) es la solución más racional, pues el tamaño y la tecnología de las baterías impide que el coche eléctrico se presente como la solución ideal para todos los conductores. En Japón, el público parece darles la razón.
Certificado el fracaso de su primer lanzamiento, Toyota ha puesto patas arriba su plan con el coche eléctrico para invertir 38.000 millones de dólares, según Reuters, con el objetivo de revertir por completo la situación. Las baterías de estado sólido y una mejora en los procesos de producción son los dos grandes objetivos de la compañía para ser competitivos en el futuro.
La estrategia de Toyota pasa de vender eléctricos cuando exista un mercado que sostenga las inversiones y los esfuerzos productivos. Akio Toyoda, presidente de Toyota Motor Company, aseguraba hace sólo unos días que "por mucho que mejore el coche eléctrico, sus ventas no superarán el 30%". Parece la solución más inteligente: vender cuando haya mercado.
Pero para ser líder en el mercado también hay que tomar riesgos y esta táctica tan conservadora e inmovilista de Toyota puede suponer una enorme brecha entre ellos y la competencia que, finalmente, sea decisiva. Esto, sólo el tiempo lo dirá.
Sin embargo, desde BYD nos resaltaban en la presentación del BYD Seal U la importancia de ser parte activa en el mercado. Sí es cierto que la marca china tiene que darse a conocer en Europa y países como España pero en un país donde el coche eléctrico tiene tanto camino por recorrer, parece esencial demostrar que, como marca, formas parte del movimiento. Que tus coches se vean en las calles, que un conocido compre uno genera cierta sensación de seguridad al cliente potencial que se pierde mirando los toros desde la barrera.
De momento, Toyota ha hecho de su Model Y el coche más vendido en el mundo. En el futuro se irán sumando coches que le hagan mucha más competencia en términos de autonomía/precio pero sí parece un toque de atención a Toyota que, en los últimos 10 años, había dominado con mano firme este listado.
Con los años veremos si unos u otros estaban en lo cierto o completamente equivocados.
Foto | Michal Lauko
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