Toyota presenta el prototipo de su próximo coche eléctrico, una alternativa a los Toyota C-HR y Yaris Cross
La compañía deja caer que incorporará baterías con las que aspiran a entregar más de 800 kilómetros de autonomía
Toyota parece terminar por decidirse en su estrategia con el coche eléctrico. La compañía nipona ha vivido tiempos convulsos en los últimos dos años pero tras dos hojas de ruta presentadas, comentarios contrarios a la adopción al coche eléctrico y un cambio de CEO, los nipones empiezan a mojarse los pies antes de lanzarse a la piscina.
Lo último que sabemos es que Toyota entrará de lleno a pelear en el mercado del coche eléctrico, especialmente en Europa. Es algo que ya se había dejado caer y que parece lógico, viendo los pasos que han dado sus políticos para priorizar el coche eléctrico por delante de cualquier otra tecnología.
Pero a su estrategia le han puesto números y coches.
Una adaptación complicada
Hablábamos de ello en Xataka hace tan solo unas semanas. A los japoneses se les ha atragantado la llegada del coche eléctrico. Este cambio de tecnología ha supuesto un problema para sus principales firmas automotrices. Toyota, evidentemente, es la que más tiene que perder.
El cambio es tan radical que China ya ha superado a Japón como el país más exportador de vehículos en todo el mundo. Mazda está convencida de que el coche eléctrico de grandes dimensiones no es sostenible. Honda cree imposible vender coches eléctricos a un precio contenido en a corto plazo. Y Nissan parece tener todas sus esperanzas puestas en las baterías de electrolito sólido que prometen cifras nunca vistas hasta ahora en autonomía y rendimiento.
Toyota se enfrenta al dilema del innovador: apostar por una tecnología nueva (con el riesgo de fracaso que ello conlleva) o mantenerse fiel a sus productos superventas, invirtiendo de forma más contenida en el nuevo producto y entrar cuando el mercado ya esté maduro. Esta parece que será finalmente su estrategia. Un plan conlleva un riesgo inherente de que la competencia obtenga una ventaja comercial que luego sea muy complicado (o imposible) de recuperar.
Por el camino, Toyota parece haber estado realmente indecisa con su futuro. Ya en 2015, la compañía nipona hablaba de sacar del mercado todos sus coches de combustión, pero miraba a 2050. En 2021 apuntaba a lanzar 30 nuevos modelos antes de 2030. Pero en 2022 llegó su Toyota bZ4X y las dudas empezaron a surgir.
El lanzamiento de su primer coche completamente eléctrico fue un auténtico desastre. Con retrasos y la llamada a revisión de miles de unidades por un defecto grave en la producción. Sus hermanos, el Subaru Solterra y el Lexus RZ 450e, tampoco han captado una gran atención con el paso del tiempo.
Entonces llegaron dos cambios de rumbo. La compañía se enrocó en que la demanda del coche eléctrico sigue siendo débil, que "el tiempo demostrará que nuestra posición es la correcta" y que el futuro sigue siendo híbrido. Todas estas declaraciones chocaban con las informaciones llegadas desde Reuters, quienes afirmaban a finales de 2022 que la compañía había reiniciado por completo sus planes con el coche eléctrico. Los malos resultados del primer lanzamiento habían hecho a la compañía replantearse los siguientes pasos.
Paseando por Europa
Es, finalmente, Europa la que será la gran apuesta del coche eléctrico para Toyota. La compañía compite en China pero lo hace mediante una alianza con BYD, quienes realmente corren con el mayor peso de sus lanzamientos.
La presentación de la estrategia ha tenido lugar en Bruselas, donde Yoshihiro Nakata, director de la compañía en Europa, ha confirmado que en 2026 esperan tener en el mercado un total de 15 vehículos cero emisiones que sumarán 250.000 unidades vendidas anualmente.
Nakata aseguró en su presentación que están decididos a comenzar su producción de coches eléctricos en Europa. "Siempre hemos tenido claro que la producción local de BEV se producirá cuando podamos asegurar un volumen sostenible", ha asegurado el directivo, apuntando a que 2026 es un plazo razonable y que la demanda del coche eléctrico seguirá creciendo pese al enfriamiento reciente.
Estas declaraciones confirman que la apuesta global del coche eléctrico para Toyota pasan por Europa como punta de lanza, especialmente después de que la compañía apuntara a que el tiempo está demostrando que se necesitaba más cautela para dar el salto al coche eléctrico. Y los datos parecen ir en esa línea, con Volkswagen o Ford reajustando sus estrategias, con miles de despidos por el camino.
En este contexto, Toyota ha presentado el que será su próximo SUV eléctrico. Lo ha hecho con un prototipo del que todavía se tienen muy pocos detalles. La compañía ha confirmado que medirá 4,30 metros de largo, 1,82 metros de ancho y 1,61 metros de alto. Será, por tanto, una opción eléctrica que acompañará a los actuales Toyota C-HR y Yaris Cross.
El resto de detalles siguen siendo una incógnita, pero podemos empezar a intuir por donde pasa la estrategia de la compañía. En el comunicado, Toyota afirma que "los clientes podrán escoger entre dos opciones de batería, con distintas capacidades, en función de sus necesidades y de si prefieren que sea más asequible o que tenga más autonomía".
Esto apunta a que la compañía se reafirma en la hoja de ruta que presentaron hace unos meses respecto a sus baterías. Entonces hablaban de poner en el mercado en 2026 una batería de ion litio Performance que esperan que ofrezca más de 800 kilómetros de autonomía bajo el ciclo WLTP. En su versión más modesta aspiraban a conseguir, al menos, 600 kilómetros de autonomía.
Fotos | Toyota
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