El nombre es de lo más rimbombante, pero las primeras turborotondas surgen en los años 90 en los Países Bajos. En España las encontramos en localidades como Grado, Asturias, y otras ciudades como Santander o Vigo siguieron los pasos.
Se trata de una idea bastante sencilla que promete acabar con el mayor problema de las rotondas: que cada conductor entre y salga por el carril que quiera. En Estados Unidos quieren copiar la idea a lo grande y llevarla más allá.
Qué es una turborotonda. Según la DGT, Una turboglorieta o turborotonda es un tiop de intersección con un diseño especial. La norma que la rige es la misma respecto a las rotondas tradicionales: los vehículos que circulan dentro tienen prioridad respecto a los de fuera.
Pese a ello, hay una gran diferencia. En las turborotondas, cada uno de los carriles va encauzado hacia distintas salidas concretas. El objetivo es claro: que cada conductor elija un carril adecuado, no pueda salir de él por contar con líneas continuas, y salga por la salida que ha escogido.
"Las líneas continuas hacen posible esta conducción 'guiada' desde la entrada. El objetivo es es mantener a cada vehículo 'encauzado' hacia su salida, evitando cruces de trayectorias y colisiones. Evidentemente, el riesgo solamente desaparece si los conductores respetan la señalización."
En estas glorietas no es posible cambiar de carril en mitad de la rotonda o circular desde el interior hacia una salida que está en el exterior (la mala práctica que todos los conductores vemos en el día a día). Si entras por X carril, debes salir por X carril.
Estados Unidos quiere ir más allá. Como apunta la DGT, las turboglorietas solo funcionan si los conductores cumplen las normas de señalización. En Estados Unidos tienen claro cómo evitar este problema: levantando un muro.
La intersección de las carreteras 156 y 25 de Gilroy, en el estado de California, se preparan para una peculiar turborotonda en la que las separaciones no son las líneas del suelo, sino muros que separan entre sí los carriles. El objetivo es evitar accidentes de tráfico en un tramo en el que son bastante habituales.
Es una solución más cara, pero inevitablemente eficaz, para impedir que los conductores cambien de carril o se crucen con otros conductores al escoger salida en el último momento.
La fiebre por las rotondas. La medida es especialmente llamativa ya que Estados Unidos no es país de rotondas. En Europa, por el contrario, somos líderes. Francia es el país con más rotondas del mundo, y España le sigue (aunque no tan de cerca). Los datos cifran en más de 80.000 las rotondas que encontramos en nuestro país.
Mientras tanto, Estados Unidos parece estar asimilando el modelo. New York Times hablaba en 2021 sobre las bondades de las rotondas y cómo ayudan al clima. Menos congestión en el tráfico, menos paradas en semáforos, menos emisiones.
Imagen de portada: Benjamin Voros (Unsplash)
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