Campana y se acabó. La Unión Europea ha anunciado los cortafuegos temporales que impondrá a la llegada de coches eléctricos desde China. La medida, como decimos, es temporal, debe ser ratificada y no puede ser llamada exactamente "aranceles". Esto es todo lo que sabemos.
¿Qué ha aprobado la Unión Europea? Aunque se ha generalizado el uso de "aranceles" para definir las medidas que la Unión Europea ha impuesto a los coches eléctricos chinos, lo cierto es que lo que ha levantado son los denominados "countervailing duties".
Como define la propia Unión Europea, esta herramienta se define como "derechos compensatorios" o "derechos antisubvenciones" y están pensados para equilibrar la balanza cuando, tras una investigación, se descubre que un tercer país ha subvencionado las exportaciones permitiendo que el producto se venda a un precio que es imposible alcanzar por los competidores. Es decir, que se perjudique al producto local.
¿Cómo se aplica? Estos "derechos compensatorios" se pueden aplicar de diferentes maneras. Está la posibilidad de aprobar un porcentaje sobre el precio base, como se ha dado en este caso, u obligar a la compañía a que venda sus productos por encima de un precio suelo que garantice que no se está trabajando a pérdidas.
Estas medidas están abiertas a revisiones temporales y en ningún caso es un dinero que la Unión Europea está recaudando. Elevando el precio del producto, los reguladores posicionan éste a un coste para el usuario que impide venderlo a pérdidas y, por tanto, está en sintonía con sus competidores.
¿De cuánto dinero estamos hablando? Hasta ahora, el arancel por la importación de vehículos llegados desde China es de un 10%. Esa cantidad se mantiene y, ahora, habrá que sumar el porcentaje de los derechos compensatorios. Así, las compañías tendrán que elevar el precio de sus coches en los siguientes términos:
- BYD: 10% de arancel + 17,4% de derecho compensatorio (+27,4%)
- Geely: 10% de arancel + 19,9% de derecho compensatorio (+29,9%)
- SAIC: 10% de arancel + 37,6% de derecho compensatorio (+47,6%)
- Compañías que se considera que han cooperado en la investigación: 10% de arancel + 20,8% de derecho compensatorio (+30,8%)
- Compañías que se considera que no han cooperado en la investigación: 10% de arancel + 37,6% de derecho compensatorio (+47,6%)
Además, se aplicarán diferentes derechos compensatorios a marcas como Tesla o BMW, quienes importan desde China algunos de sus modelos. Las compañías recibirán penalizaciones diferentes en función del coche del que hablemos pues, por ejemplo, el grupo BMW ha anunciado que fabricará su iX3 también en Europa pero que no tiene intenciones de hacer lo mismo con el nuevo Mini eléctrico.
¿Y si bajan los precios? Una duda que nos surgía estaba relacionada con la aplicación marca por marca de estos derechos. "Es totalmente legal", nos explica Alicia García Herrero, economista jefe para Asia-Pacífico en Natixis. Quien también nos explica por qué los fabricantes no podrán saltarse esta medida proteccionista.
"Si un fabricante baja el precio demostraría que el subsidio podría ser mayor del calculado. Si puede bajar el precio y vender a pérdidas es porque alguien lo está financiando", nos explica García Herrero.
¿Qué pasa ahora? Con la publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea, estas nuevas tasas comenzarán a aplicarse en las aduanas desde mañana, 5 de julio de 2024. A partir de ahora, se abre un proceso en el que los afectados podrán hacer llegar a la Unión Europea sus alegaciones sobre estas medidas temporales.
Posteriormente, entre septiembre y octubre se estudiará la aplicación de medidas definitivas. Como muy tarde, el 2 de noviembre tendrán que estar aprobadas por el Consejo de la Unión Europea que lo componen los diferentes países. Según García Herrero, "en mi opinión, será automático que se apruebe, aunque por mayoría cualificada se puede cancelar".
Para que esto suceda, la mayoría cualificada deben componerla, al menos, 15 países que representen como mínimo el 65% de la población europea. Como recogen en La Vanguardia, el papel de Francia, Italia o España, alineados con las medidas proteccionistas, es clave porque juntos ya se acercan al 40% de la población europea.
¿Y si el Consejo de la Unión Europea no lo aprueba? Uno de los países que más rechazo ha mostrado a levantar barreras comerciales contra China es Alemania, dependiente de este país en gran parte de su industria y quien teme que la respuesta china afecte directamente a las empresas locales que allí fabrican.
En ese caso, las marcas no tienen por qué ser compensadas, pese a haber sido obligadas a elevar el precio de sus productos ya que no estamos hablando de "aranceles". Este detalle es importante. Como decíamos, el sobrecoste de precio no está lucrando a la Comisión Europea y, por tanto, no es un dinero que tuvieran que devolver a los fabricantes.
Eso sí, las empresas afectadas sí tienen derecho a solicitar un reembolso si demuestran que el subsidio ha sido retirado y, por tanto, sus productos no están vendiéndose con el apoyo extra de un Gobierno. En ese caso, se devolvería el dinero aportado desde que terminó el apoyo estatal y el derecho compensatorio fue retirado.
¿Y si no lo aprueba la Organización Mundial del Comercio? Además de las investigaciones y actuaciones propias de la Unión Europea, todo este tipo de actuaciones están bajo la lupa de la Organización Mundial del Comercio que, en caso de aprobarse los aranceles definitivos, tendrá que dar su visto bueno a los mismos.
Si esto último no sucediera, García Herrero nos apunta que la Unión Europea puede tomar otras medidas "como una tasa al carbón", en un movimiento similar al que se ha ejercido en Francia, donde a los coches eléctricos llegados desde China se les sacó de las ayudas a la compra alegando un mayor impacto ambiental a los coches que desde allí llegan.
Foto | BYD
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