La casa francesa ha construido un vehículo que se acerca más a un Fórmula Uno que a un deportivo de carretera
Imaginemos por un momento que somos uno de esos millonarios que cuentan con yates, aviones privados y toda una flota de deportivos de edición limitada en el garaje. Solo entonces podemos pensar en adquirir la última joya que está a punto de salir de las puertas de la fábrica de Molsheim. Bugatti ya tiene listo los primeros ejemplares de Bolide. Nunca antes un vehículo de la casa francesa se había parecido tanto a un F1.
Bugatti Bolide, un concepto hecho realidad. Cuando se anunció el concepto hace cuatro años muchos dudábamos de que el resultado final fuera parecido. Estábamos equivocados, porque aunque ligeramente menos potente que el concepto original, que contaba con 1.826 caballos de fuerza, desde Bugatti han conseguido una pieza extraordinaria en todos los sentidos, tanto, que tras las pruebas realizadas en circuitos de carreras, la compañía afirma que el modelo ofrece una experiencia de conducción comparable a la de un coche de Fórmula 1, al menos en términos de aceleración en la salida de curva.
Números para romperte la cabeza. Bolide destaca en prácticamente todos los apartados técnicos de construcción. Estamos ante un deportivo de 1.578 caballos de fuerza derivados de su motor W-16 quad-turbo de 8 litros y tracción total (como el Chiron), aunque, y esto es clave, mucho más liviano con sus 1.240 kilos de peso, lo cual lo acerca más a un Fórmula 1. Más: el modelo incorpora un chasis monocasco de fibra de carbono desarrollado en colaboración con Dallara, y la carrocería, dotada de alerones y perfiles aerodinámicos, proporciona tres toneladas de carga aerodinámica, permitiendo a Bolide alcanzar hasta 2,5 g de fuerza lateral (otra vez, con valores que rivalizan con un F1).
Las pistas se quedan cortas. Literalmente, en Bugatti se han excedido con algunas características del coche. Cuenta con una velocidad máxima de 380 km/h, algo menos que el Chirón, pero en pista no tiene rivales de su tipo gracias al sistema exclusivo de carbono que permite una potencia de frenada similar a la de un monoplaza a pesar de su peso significativamente mayor. Alucinante, sí, pero al parecer no existen pistas con el recorrido mínimo (dos kilómetros de recta) para disfrutar de este agarre premium.
Bonito por fuera, algo incómodo por dentro. Al tratarse de un vehículo que se pensó originalmente para pista, esta joya de la conducción no es especialmente cómoda. El interior está muy cuidado con cuero y fibra de carbono, pero no está pensado para viajes largos. Por ejemplo, el conductor se encuentra con los talones algo levantados, como los pilotos en las cabinas de los coches de carreras, mientras que el pasajero está inclinado hacia delante para mejorar la distribución del peso.
Solo para unos privilegiados. Con un precio de alrededor de cuatro millones de dólares y limitado a tan sólo 40 unidades, el Bolide es simplemente un sueño para la gran mayoría de mortales. No solo eso. A pesar de su potencial en una pista, posiblemente muchos de estos super deportivos terminarán en exclusivas colecciones privadas. Sería una auténtica pena que tras todos estos números nunca puedan liberar a la verdadera bestia que llevan en su interior.
Imágenes | Bugatti
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