La Unión Europea ha emprendido un ambicioso camino para reducir la siniestralidad en las carreteras. El objetivo a medio plazo es conseguir que, en 2030, el número de fallecidos como consecuencia de accidentes de tráfico se reduzca en un 50% en comparación a los datos de 2019.
Hace un lustro, 22.800 personas murieron en las carreteras en la Unión Europea. La cifra ha ido cayendo desde que se recopilan datos. A principios de los años 2.000 se contabilizaban más de 50.000 fallecidos cada año. Desde entonces, la cifra más baja ha sido la de 2020, con 18.800 muertos en las carreteras. Esta cifra, evidentemente, está distorsionada por el descenso de tráfico como consecuencia de la pandemia de coronavirus.
Sin embargo, en 2022 se consiguió la cifra más baja hasta la fecha. A falta de tener datos de 2023, fallecieron 20.600 personas. Una cifra que mantiene la tendencia a la baja de los últimos años pero que todavía está lejos del objetivo de 11.400 víctimas mortales de accidentes de tráfico que se quiere conseguir, como máximo, en 2030.
Para alcanzar estos objetivos, la Unión Europea ha tomado diversas medidas, entre las que se encuentra la obligación de contar con una serie de sistemas ADAS de seguridad y ayuda al conductor que serán obligatorios a partir del próximos 6 de julio en todos los coches que se vendan como vehículos nuevos en Europa.
Estos sistemas ADAS serán los siguientes:
- Asistente de velocidad inteligente (ISA): Limitador que evitará que superemos la máxima velocidad permitida. Puede ser desactivado con un botón o pisando el acelerador hasta el fondo.
- Detector de fatiga y somnolencia: El vehículo monitoriza la actividad de nuestra mirada y el movimiento de nuestra cabeza para determinar si estamos demasiado cansados para seguir conduciendo.
- Frenada de emergencia: Si el coche entiende que vamos a sufrir un accidente inminente, frena de emergencia para tratar de evitarlo o mitigar los daños en caso de impacto.
- Cámara trasera con alerta de tráfico cruzado: De gran ayuda a la hora de salir de un estacionamiento. El sistema alerta en caso de que pase otro vehículo, una bicicleta o un peatón cuando damos marcha atrás y es capaz de frenar el coche.
- Alerta de cambio involuntario de carril: Bien por despiste o por que el conductor se ha quedado dormido, el automóvil avisa con una alerta sonora siempre que se rebasen los límites laterales sin poner el intermitente.
- Alerta de cinturón en las plazas traseras: En caso de que el pasajero no se ponga el cinturón de seguridad, el coche llamará la atención inmediatamente de ello.
- Caja negra: Con el objetivo de analizar y mejorar la seguridad en el futuro, todos los coches contarán con una pequeña caja negra que registre los últimos segundos antes de un accidente.
- Alcoholímetro integrado: La barrera para impedir que un conductor ebrio se ponga al volante y, así, reducir uno de los mayores peligros en la carretera.
Obligatorios a partir del 6 de julio
Aunque, realmente, ya se pueden encontrar en los coches que se venden en los concesionarios.
Realmente, esta obligación lleva en pie desde mayo de 2022. Desde entonces, la Unión Europea abrió un primer plazo que obliga a que todos los coches nuevos homologados para venderse en nuestro mercado tienen que llevar estos sistemas de seguridad. Sin embargo, no es hasta el 6 de julio cuando todos los coches nuevos vendidos en Europa tendrán que contar con ellos.
Es decir, todos los coches que se han ido llegando al mercado o se han actualizado entre mayo de 2022 y el 6 de julio de 2024 ya tienen que contar con estas obligaciones en materia de seguridad. Sin embargo, se pueden seguir vendiendo como nuevos (sin estos sistemas) vehículos que fueron homologados antes de mayo de 2022.
Esto cambia el 6 de julio. Desde entonces, todos los coches nuevos (independientemente de cuándo fueron homologados) tienen que contar con los sistemas ADAS de asistencia y ayuda a la conducción. Es esperable que los fabricantes automatriculen en junio los coches en stock que todavía no cuenten con estos sistemas y, posteriormente, se vendan como vehículos de kilómetro cero que son contemplados como automóviles de segunda mano y, por tanto, sí pueden venderse sin esta obligación.
El sistema ISA de control de la velocidad
Uno de los añadidos que más discordia ha creado es el Asistente Inteligente de Velocidad (ISA, por sus siglas en inglés), que tratará de que los conductores no superen la velocidad máxima permitida.
Este sistema, como explica la propia Unión Europea, "informa, advierte y desalienta al conductor de exceder el límite de velocidad local legal". Para ello, utiliza las cámaras del coche y los sistemas de reconocimiento de señales, así como el posicionamiento GPS del vehículo. Cómo implementarlo, queda en manos de cada fabricante.
El sistema ISA puede ser más o menos intrusivo. La Unión Europea define tres niveles, según las trabas que ponga al conductor a la hora de saltarse los límites de velocidad:
- Sistema ISA informativo: advierte a conductor con señales visuales o de audio se que está superando los límites de velocidad. Es posible desactivarlo con un botón o usando los menús del coche
- Sistema ISA de advertencia: endurece el pedal del acelerador para que el conductor levante el pie del mismo y reduzca la velocidad cuando supera los límites. Se puede desactivar pisando el acelerador con mayor fuerza.
- Sistema ISA obligatorio: evita el exceso de velocidad en todos los casos, reduciendo la inyección de combustible en el motor. Se desactiva pisando con contundencia el acelerador.
De momento, la mayor parte de los fabricantes optan, de serie, por la primera opción e implementan las funciones más avanzadas en sus sistemas de control de crucero adaptativo. Este último, puede utilizar el reconocimiento de señales para mantenerse siempre dentro de los límites máximos permitidos aunque pueden excederse si el conductor así lo indica.
Pero, como decimos, la mayor parte de los fabricantes que han tenido que homologar sus coches en los dos últimos años, y ya cuentan con todo el paquete de sistema ADAS de serie en sus vehículos, están optando por la primera opción. En ellos, el coche lanza mensajes visuales o sonoros cuando se superan los límites máximos de velocidad.
Lo más polémico del asunto es que este sistema, aunque se puede desactivar, tiene que ponerse en marcha obligatoriamente cada vez que se arranca el coche. Es decir, si queremos desactivarlo tendremos que hacerlo cada vez que nos pongamos al volante.
Aunque la Unión Europea asegura que algunos estudios apuntan a que entre el 60 y el 75% de los conductores se muestran favorable a su implementación, también señalan que es una medida polémica que ha generado un gran rechazo en algunos sectores. Apuntan, eso sí, a que se deben seguir dando pasos en este sentido y que se necesita una armonización en los mapas de las carreteras europeas y las bases de datos para facilitar su expansión en los próximos años.
Imagen | Luke Miller
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