El sector del automóvil no es el único que se enfrenta al reto de reducir (y eliminar) las emisiones contaminantes durante sus trayectos. La aeronáutica ya enfrenta el reto de conseguir vuelos limpios aprovechando la energía eléctrica para ello. La aviación está bajo el punto de mira, como los culpables del 2,5% de las emisiones globales de CO2 y países como Dinamarca ya apuntan a una movilidad aérea limpia.
Las fechas. Aunque en los últimos años hemos ido recibiendo algunas noticias sobre la posible llegada de aviones movidos exclusivamente por electricidad, parece que la industria está fijando en la segunda mitad de esta década como los años para la explosión de este tipo de aeronaves.
Los últimos en alzar la voz han sido los responsables de la compañía israelí Eviation. Según sus anuncios, en 2024 deberíamos ver volar su Alice, un pequeño avión eléctrico con el que ya están realizando pruebas sobre la pista, según CNN. La compañía afirma que el lanzamiento ha tenido que retrasarse por la pandemia de coronavirus pero creen que en dos años pueden estar preparados para sus primeros vuelos comerciales.
Hay otros proyectos. Heart Aerospace es una empresa sueca que colabora con Aernnova, una empresa española afincada en Ávila. En sus fábricas quieren construir un avión eléctrico que estará disponible en 2026. El reto es superar a Airbus o Rolls-Royce, gigantes en este mercado. Rolls-Royce también ha fijado en 2026 como la fecha para sus primeros vuelos comerciales. Airbus, sin embargo, apunta al hidrógeno como combustible diferencial y no cree que esta tecnología sea viable hasta 2035.
Los prototipos. De momento, todos los avances que se han ido haciendo sobre el posible futuro de una aeronáutica completamente eléctrica ha apuntado en la misma dirección. Hablamos de aviones de pequeño tamaño, para realizar trayectos cortos de unos pocos cientos de kilómetros y con capacidad para una veintena de personas, en los casos más optimistas.
El problema al que se enfrentan estos aviones eléctricos es evidente: el peso y la capacidad de las baterías. Es por esto por lo que Airbus apuesta por el hidrógeno por el combustible del futuro. Con este combustible sí creen que puedan conseguir un avión completamente eléctrico capaz de cubrir largas distancias. Hasta entonces, tanto Eviation como Heart Aerospace o Rolls-Royce hablan de modelos capaces de alcanzar velocidades de crucero de unos 400 km/h y autonomía suficiente para volar alrededor de una hora.
Futuros clientes. ¿Quién respaldará estas inversiones? Todas las compañías apuntan a que hay un mercado suficiente para lanzar aviones eléctricos que cubran necesidades muy concretas. Evidentemente, hay un mercado de lujo que puede reclamar este tipo de aeronaves que por su pequeño tamaño pueden cubrir distancias de cientos de kilómetros en poco tiempo y sin la necesidad de contar con grandes aeropuertos para su aterrizaje y despegue.
También se ha apuntado reiteradamente a vuelos de transporte de mercancías. Estas aeronaves eléctricas pueden ser interesantes para el envío urgente de productos poco pesados, reduciendo los tiempos de espera. Además, puede ser interesante para moverse por pequeños archipiélagos, donde ya vuelan aeronaves de pequeño tamaño y de espacio reducido para el transporte de personas.
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