Enero, época de retomar actividades tras el parón, los reencuentros, el amor familiar, de… Bah, no nos engañemos, es la época de DISFRUTAR los regalos que nos hemos (o han) hecho.
Grande, pequeño, desnudo o revestido con siete papeles de arbolitos de navidad. Sea como sea, el ansiado paquetito de marras es el que realmente nos alegró la navidad. Porque todos somos muy espiritualistas y enemigos del materialismo hasta que nos toca estrenar un portátil.
Lástima que los Reyes Magos sean más de calcetines que de portátiles. Pero ¿quién dijo que el regalo nos lo tuviera que hacer otra persona? Si Papá Noel te trajo una bufanda, ¡descámbiala y cómprate un portátil!
O quédatela, pero no le quites la ilusión a tu ‘yo’ gamer y ponte a ver portátiles. ¿Que no sabes por dónde empezar?
Pues por aquí mismo.
¿Qué buscamos?
El universo del gaming en PC es un caos inabarcable para cualquiera que no esté puesto en el asunto. Y no solo hablamos de abuelitas haciendo las veces de reyes regaladores para sus nietos, sino también de gamers.
Lo primero que se debe tener en cuenta es la función que pretendemos darle al equipo. En este caso, siendo un equipo gaming, está claro cuál es. Pero el concepto “gaming” aglutina un mundo de variables y opciones en el que resulta sencillo perderse si no tenemos claro qué es lo que estamos buscando.
Potencia asequible
Puede que lo que estemos buscando sea simplemente un portátil bueno y asequible lo suficientemente potente como para mover todos los juegos del momento. Si nos basta con poder jugar a Fortnite, LoL, Black Ops 4, CS:GO y demás, entonces nos valdrá con algo como el GF63 de MSI.
Tiene una CPU Intel Core i7-8750H, indispensable para juegos battle royale donde coinciden hasta 100 jugadores en una misma partida. Su tarjeta gráfica GTX 1050 de NVIDIA, si bien no es la última virguería salida de los laboratorios de la conocida fabricante, sí que es lo suficientemente poderosa como para dejar en la cuneta a las de PS4 y XBOX ONE.
Por otro lado, los 512 GB de memoria SSD harán que el sistema operativo, los juegos y cualquier otra app estén listos en una fracción de segundo.
8GB de memoria RAM redondean las especificaciones de este competente portátil con el que podremos mover cualquier juego reciente a 60 FPS siempre que juguemos un poco con las opciones gráficas.
Lo mejor de ambos mundos
Pero si somos de los que pasamos de toquetear opciones y probar mil configuraciones, es el GE63 el que nos saldrá más a cuenta.
De los juegos que hemos citado antes, ninguno nos dará problemas a la hora de hacer que corra a 60FPS/1080p con este portátil. ¿Por qué? Pues porque tiene una GTX 1070 de NVIDIA y 16GB de RAM, además del procesador i7 de Intel. Esta tarjeta no tiene nada de “gama media”, que no nos engañen. Basta mirar cualquier benchmark para comprobar que es una auténtica bestia y nos dará para muchos años de juego.
Si el anterior era un equipo más enfocado a ‘aprendices’, neófitos del PC o incluso ex-consoleros a los que eso de los FPS les suena a álgebra, con este ya nos adentramos en el terreno del gamer entusiasta o ‘hardcore’. El que sabe perfectamente lo que es el upscaling de resolución y no acepta un solo bajón de frames por segundo.
Tener el doble de memoria RAM disponible (cualquier portátil gaming nos permitirá ampliarla, no lo olvidemos) nos abre las puertas a juegos más exigentes como las últimas entregas de Battlefield o Monster Hunter World, y su almacenamiento extra (1 TB de HDD) nos evitará el embrollo de andar instalando y desinstalando juegos por falta de memoria.
El GE63 es, en definitiva, el middle ground entre el PC ‘de entrada’ y el del PCero de pura cepa, que es el que vamos a ver a continuación.
Gaming por podo lo alto
Con el GT75 Titan ya entramos en el terreno de “poner todo en ULTRA y tirar pa’lante”. Tiene una gráfica GTX 1080 NVIDIA con 8GB de memoria GDDR5. No existe juego pasado, presente y futuro que no pueda mover esta tarjeta.
Bueno, futuro igual sí, pero hablamos de un futuro muy lejano. Más o menos cuando el sol se apague.
El GT75 es un portátil completamente futureproof con el que podremos jugar a futuros éxitos como Cyberpunk 2077, la próxima maravilla de los creadores de The Witcher, y que por el momento ‘solo’ nos da la posibilidad de jugar a cualquier cosa en 4K (sí, los portátiles se pueden conectar a monitores externos, ¡e incluso a la tele!).
También es la opción recomendable para aquellos a los que los 60 FPS se les quedan cortos y no negocian con nada que esté por debajo de los 144 Hz.
No nos olvidemos tampoco de la Realidad Virtual. Con su GTX 1080, el GT75 es el que más capacitado está para proporcionar la experiencia estable y nítida que exige la VR. La que no marea y da dolor de cabeza; la de verdad.
En Resumen...
Con las tres opciones vamos más que servidos para disfrutar de un año de pura gloria gamer, pero a la hora de comprar un portátil gaming debemos tener claro qué uso queremos darle al equipo.
Si queremos mudarnos al PC tras muchos años en consola para probar eso del LoL y ver los juegos con mejores gráficos y sin tirones, con el GF63 vamos servidos.
El GE63 es para los que buscan un poco más. Un equipo sin limitaciones que no nos va a estar pidiendo más RAM ni memoria de almacenamiento en mucho tiempo. Con este portátil tendremos de sobra para jugar sin ningún tipo de problemas a todos los juegos actuales.
Por último, y para los que quieren siempre lo más, está la fuerza bruta del GT75 Titan. Un portátil que nada tiene que envidiar a muchos equipos de sobremesa, capaz de mover cualquier cosa a resoluciones ultraHD y listo para resistir una década de nuevos lanzamientos.
Cualquiera de los tres, en cualquier caso, hacen de las consolas un juguete.
Imágenes | MSI
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