Cada vez es más habitual ver auriculares de diadema por todos los sitios: en el transporte público, en la sección de audio de cualquier tienda de electrónica de consumo, en las grandes superficies comerciales. Quizá se trate de una mera moda pero no podemos negar el hecho de que a día de hoy gozan de mucho protagonismo entre el gran público. Muchas compañías han decidido subirse al carro para hacerse hueco en el mercado. Entre ellos, destaca el nombre de Marshall.
El mítico fabricante de amplificadores para guitarras eléctricas amplia su gama de productos con Major FX, unos auriculares de diadema que pretenden posicionarse como un equipo de calidad y no tanto aprovechando el tirón que tiene la marca en ciertos sectores del público. Tras unas cuantas horas de música, os contamos en este análisis qué nos ha parecido la apuesta de la compañía británica.
Major FX, acabado robusto y bien diseñado
Abrimos la caja de los Major FX, de cartón, sencilla y donde se nos describe las principales características de este modelo. Retiramos la parte superior y nos encontramos con los auriculares puestos en una especie de stand. Desmontamos los alambres de marra y cogemos los cascos.
La primera sensación al tacto es buena. Los materiales son robustos y tienen un buen acabado. A pesar de que parte de la diadema es de alambre, donde se ajusta el tamaño, no da la sensación de ser frágil. Justo en esa parte nos encontramos con un detalle curioso: dos chapas doradas, como en los amplificadores Marshall, con el nombre de la compañía.
Los altavoces cuentan con un acolchado amplio que cubre la oreja por completo. El resto de acabados, en plástico, son de buena calidad y gracias a los alambres que lo conectan a la diadema podemos girarlos un poco y ganar más flexibilidad cuando nos los ponemos. El conector del cable se encuentra en el auricular izquierdo.
Tras desmontar la caja nos encontramos con el primer detalle curioso del Major FX: el cable, parte de él, es enrollado. Es decir, como el de los teléfonos de toda la vida. En vez de apostar por meternos unos cuantos metros que luego son un engorro para enrollar gracias a este sistema no tenemos que preocuparnos. También cuenta con una sección adicional de cable de sección redonda. El grosor es correcto: ni muy fino ni muy grueso.
El conector, un jack de 3,5mm, bañado en oro cuenta con un pequeño muelle en la parte donde conecta con el cable para evitar que éste se estropeé con la torsión, algo bastante común y de lo que puedo dar fe. Si tenemos un amplificador o un equipo que acepte conectores de 6,3mm disponemos de un adaptador que se incluye junto a los auriculares.
En el otro extremo del cable, nos encontramos con un control rápido de tres botones: dos botones para el volumen y otro para reproducir y pausar en el medio. En función de las veces que pulsemos el botón de subir volumen podemos pasar de tema (dos veces) o volver al anterior (tres veces). Estos comandos no funcionan en todos los reproductores (por ejemplo Spotify) pero en otros como iTunes, junto a su versión en IOS, sí. Los controles de volumen son universales.
Tras el reconocimiento externo toca ponérselos. Los auriculares son cómodos, cubren toda la oreja y aíslan muy bien del ruido que hay en el ambiente. Sin embargo, cuando llevamos un rato con ellos puestos, unos cuarenta, cincuenta minutos, empezamos a notar molestias. En usos prolongados llegan a hacerse algo incómodos. Además, si usamos gafas las patillas tienden a clavarse por lo que el malestar aumenta un poco.
Major FX, un sonido muy nítido y limpio
Empezamos ahora sí a hablar de lo importante, del sonido que dan los Major FX. En las pruebas realizadas hemos usados los auriculares en diferentes dispositivos (reproductores mp3, teléfonos móviles, equipos de sonido) y con audio en diferente formato (cd y mp3) y calidad, desde 128 a 320 kbps.
Comenzamos con el volumen. Este modelo de Marshall cuenta con una impedancia de 32 ohmios. A mí juicio, una cantidad correcta en la línea de auriculares que estamos analizando. No hace falta subirlo mucho para escucharlo con suficiente potencia, el sonido tampoco se desvirtúa aunque cuando está bastante bajo se pierden bastantes matices.
Empezamos a probar con diferentes tipos de música. Los agudos y los medios los reproduce sin problemas y con bastante nitidez. Los altavoces no distorsionan el sonido y se escucha como se le presupone. Evidentemente, la calidad del sonido marca la diferencia aunque la apreciación de esto también dependerá de nuestra agudeza auditiva.
Por otro lado tenemos la línea de bajos. Al contrario que otros auriculares, como muchos intraurales, no la distorsionan. Se escucha sin problemas, con fuerza pero no tiene los graves atronadores que tienen otros modelos. Aquí ya es cuestión de gustos, personalmente a mí no me gusta que los inflen.
En general la calidad del sonido es buena y se maneja bien en todo tipo de registros. Curiosamente, en el sonido de los directos los Major FX dan la nota y, en comparación con otros modelos similares, la calidad es bastante buena. El aislamiento del ruido es excelente y apenas se colarán sonidos del ambiente.
Major FX, conclusiones
Marshall ha logrado con los Major FX sacar unos auriculares buenos que están a la altura de una compañía como Marshall. No es un producto malo que intente sacar tajada del tirón que tiene. La calidad del sonido es bastante buena dentro de la gama de auriculares de un precio similar a este modelo, cuyo precio en el mercado es de 100 euros. Una cifra un poco excesiva pero que tampoco desentona con lo que ofrece la competencia.
Por lo demás, unos auriculares bastante buenos y a tener en cuenta si nuestro presupuesto se mueve en esas cifras. La única pega son las almohadillas de los altavoces, tras un rato usándolos es incómodo. Si además llevamos gafas, más todavía.