¿Es cierto afirmar que el coche 100% eléctrico no contamina? Este tipo de vehículos han introducido en las carreteras un concepto revolucionario. No tienen tubo de escape. Por tanto, su aporte de emisiones local es igual a cero. Sin embargo, aparte de esta visual certeza, el panorama con la contaminación en la movilidad es más complejo.
Lograr los objetivos de sostenibilidad pasa, no solo por despojar de tubos de escape a los coches, sino por considerar todas las emisiones que los vehículos generan por el mero hecho de existir, desde su nacimiento material en la cadena de montaje hasta su achatarramiento. Es lo que se conoce en la esfera académica como impacto "del pozo a la rueda" (from well to wheel) .
Los fabricantes de automóviles que verdaderamente han empezado a apostar por la movilidad eléctrica afrontan un desafío que va más allá de poner en el mercado un coche cero emisiones. Esta es la filosofía de la hoja de ruta de Volkswagen.
El fabricante alemán ha iniciado una cruzada en pos de la descarbonización con el estreno en Alemania de la producción del Volkswagen ID. 3.
Las no pocas variables que considerar "del pozo a la rueda"
Se trata de considerar todas las variables que implica reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Este gas se ha venido utilizando como parámetro de sostenibilidad. Aunque no ofrece una visión completa de todas las emisiones de los vehículos, a nivel global se ha convertido en una herramienta fundamental. No en vano, es el agente contaminante de referencia del Acuerdo de París.
Resulta, además, muy útil a la hora de considerar las variables "del pozo a la rueda", porque se relaciona de manera estructural con otros conceptos como la eficiencia y los costes de producción.
Así, un fabricante de automóviles tiene margen para controlar numerosas variables, como por ejemplo, reducir emisiones en los procesos productivos o en sus edificios. Sin embargo, existen más factores que influyen en las emisiones del "pozo a la rueda".
Las renovables son inseparables del coche eléctrico
¿De dónde sale la energía eléctrica que mueve esa "rueda" (la que impulsa el vehículo o la que mueve la cadena de montaje)? Este es el factor que añade más complejidad a los estudios comparativos que se aventuran a descifrar cuánto CO2 emite un modelo de forma absoluta.
La producción de energía eléctrica proveniente de fuentes renovables constituye la clave en todo este asunto. Los que se muestran más críticos con la movilidad eléctrica no dejan de subrayar lo paradójico que resulta que un coche eléctrico se mueva con energía proveniente de una central de carbón (algo que no deja de ser una simplificación).
Esto hace que consideremos el punto del planeta en el que se fabrica y discurre la vida útil de un coche eléctrico. Por eso en China, país que ha venido dependiente del carbón para generar electricidad, el desafío es mayúsculo. Europa, por el contrario, se encuentra en una posición más favorable.
El mix de energía eléctrica renovable continental se mueve en torno al 30% de la energía eléctrica producida. Si hablamos de España, después del retroceso en la tendencia vivido en los últimos años, las renovables han vuelto a alcanzar el 40% de la producción eléctrica.
De ahí la importancia para la sostenibilidad en general, y para el desarrollo de la movilidad eléctrica en concreto, de que esos porcentajes vayan aumentando. Es la única vía para lograr coches eléctricos neutros de emisiones.
¿Cómo contribuyen Volksgawen a resolver esta ecuación?
El giro en la movilidad se plasma en los planes actuales de fabricantes como Volkswagen. La concienciación se ha incrementado en los últimos años y prueba de esto son las palabras del portavoz del Consejo de Sostenibilidad del Grupo Volkswagen, Georg Kell:
Las emisiones de CO2 producidas por los humanos deben reducirse lo más rápido posible.
Kell coincide en ser fundador del Pacto Global de la ONU, germen del actual concepto de sostenibilidad. Para pasar de la teoría a la práctica, de las palabras a los hechos, el fabricante da ejemplo a propósito del estreno del Volkswagen ID. 3.
El grupo ha acometido un esfuerzo industrial en la plataforma MEB, cuna de sus proyectos eléctricos. El resultado ha sido una reducción récord en las emisiones de CO2 que suponen la fabricación del modelo 100% eléctrico en la factoría de Zwickau en Alemania.
El Volkswagen ID. 3 abre el camino de la fabricación neutral de emisiones contaminantes. Tras este aguardan más de 20 coches eléctricos que la compañía pondrá a rodar durante la primera mitad de la próxima década.
Volkswagen ID. 3, un coche neutro de emisiones de CO2 desde su concepción
La compañía ha desvelado parte de los detalles numéricos de la producción que nos ayudan a entender la importancia de esta nueva tendencia que instaura el Volkswagen ID. 3
En cifras, se ha disminuido en más de un millón de toneladas anuales el aporte de CO2 o, lo que es lo mismo, lo que genera una central termoeléctrica de carbón al suministrar energía a 300.000 hogares. Se ha conseguido cambiando el esquema energético de la mencionada planta de Zwickau.
Lo mismo ocurre con la producción de baterías de polímero de litio que constituyen el corazón eléctrico del modelo, elaboradas con energía procedente de fuentes sostenibles. El objetivo se concentra en revisar todos los detalles de la fabricación, incluido el papel que juegan los proveedores, para borrar la huella del CO2.
Sin embargo, es imposible hacer desaparecer hasta el último gramo de CO2. Por eso, para aquellos puntos del proceso productivo con emisiones de difícil control, Volkswagen se ha comprometido a paliar el efecto invirtiendo en proyectos medioambientales certificados.
El papel de la energía de fuentes renovables
El fabricante cumple con su responsabilidad de sostenibilidad con el Volkswagen ID. 3 para convertirlo en un modelo, no de cero emisiones, sino de emisiones neutras.
Culminar el espíritu limpio e innovador depende, por último, del origen de la energía eléctrica con la que alimenten sus baterías. El compromiso se traslada hacia las autoridades y el sector energético.
Los conductores, aunque cuentan con un margen de maniobra limitado, también pueden influir al elegir suministradores y empresas de recarga que aseguren energía limpia; o apostando por proyectos de autoconsumo, como instalaciones fotovoltaicas.
Volkswagen, por su parte, también pretende poner su granito de arena en esta área con una filial del grupo, Elli, nacida con idéntica meta. Igualmente, el red IONITY, auspiciada por el fabricante, pondrá a disposición de los conductores eléctricos 400 puntos de recarga rápida en Europa que se nutrirán de energía verde.
¿Qué fue primero? ¿La energía limpia o el coche eléctrico?
Puede que las generaciones del futuro, al estudiar alejados en el tiempo la revolución eléctrica que vive hoy la automoción, se pregunten qué fue primero, si el uso de energías libres de CO2 o la llegada del coche eléctrico.
Pese a la complejidad del panorama actual, ser justos pasa por reconocer el papel del coche eléctrico y dedicarle las líneas que se merece. Y es que modelos como el Volkswagen ID. 3 demuestran que el coche eléctrico se ha convertido en un acicate de sostenibilidad que va más allá de la movilidad.
La prueba es el efecto de arrastre que está provocando más allá del automóvil en sí. La ausencia de tubo de escape y las cero emisiones (locales) han abierto el camino para que creamos que otro tipo de movilidad es posible.
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