A medida que los proveedores de telecomunicaciones han ido mejorando las velocidades de ADSL, fibra y cable que llegan a los hogares, proveedores de soluciones de conectividad como devolo también han integrado tecnologías capaces de llevar la conexión a los usuarios de un modo óptimo y asegurar su estabilidad.
Y es que Internet ha ido cobrando un protagonismo notable en nuestras tareas cotidianas. Tenemos velocidades de fibra de incluso 1.000 Mbps (un “giga”) y las de 500 Mbps y 300 Mbps (quinientos y trescientos “megas” ) son cada vez más frecuentes.
Con estas velocidades, tecnologías como el streaming se han ido introduciendo en nuestras vidas y el número de dispositivos conectados ha aumentado exponencialmente. Según el "Visual Networking Index Forecast" de Cisco, el número de dispositivos conectados por persona en 2021 será de 9 en Europa Occidental y de 13 en EEUU.
Un router, decenas de conexiones
Con un panorama como este, el router que instala la compañía de telecomunicaciones se presenta a veces como una solución deficiente o limitada. Puede darse el caso de que esté instalado en un lugar que no es el óptimo para los usuarios y sí para los instaladores, alejado de los dispositivos, haciendo que las conexiones de red cableadas sean inoperantes y complicando la conexión inalámbrica a medida que nos alejamos del router en cuestión.
La cosa se agrava cuando todos los usuarios y dispositivos están tirando de Internet a la vez en las “horas punta”. Este puede se un escenario común: uno de los chavales está jugando con la consola en red, otro está viendo los últimos vídeos trendy de YouTube, un tercero está disfrutando de una serie en Netflix, un ordenador está instalando la versión más reciente de Windows o el amante de la fotografía está sincronizando sus fotos del día con la nube.
Tareas cada vez más exigentes
Las tareas que acabamos de ver son realmente exigentes con la red doméstica. Los videojuegos consumen un ancho de banda importante en momentos como la instalación o la actualización. En PC, un juego de Steam necesita descargar decenas de gigas. Otro tanto de lo mismo pasa cuando sincronizamos nuestras fotos y vídeos con servicios cloud como Flickr, Google Fotos, YouTube o Amazon Prime.
Las series y películas de Netflix, HBO, Amazon Prime Video o similares también consumen muchos datos: una película en 4K y HDR puede consumir más de 20 Mbps (megabits por segundo), hasta 7 GB por hora. Spotify y otros servicios de música en streaming consumen datos, pero pocos comparados con los juegos o los vídeos, sin hablar de las descargas, por supuesto.
Las cámaras de videovigilancia y otros dispositivos domóticos son también responsables de parte del tráfico habitual en una casa conectada. No suponen un volumen elevado de datos, pero sí tienen que estar siempre disponibles para acceder a ellos.
Además del tráfico de Internet, en los hogares también se usan las redes domésticas para conectar dispositivos internamente. Por ejemplo, un Chromecast o un Apple TV usan la red doméstica para hacer streaming desde un móvil, tableta u ordenador hacia el televisor del salón, generalmente.
Servicios como Steam Link hacen streaming de juegos desde el ordenador hasta el televisor o el dispositivo móvil de modo que podemos jugar en otras pantallas sin tener que mover el PC a nuestro lado.
Cada dispositivo con su conexión óptima
Todos estos usos precisan de una conexión óptima para que la experiencia del usuario sea lo mejor posible. De poco vale estar viendo una película de Netflix si a cada poco tenemos un corte en la emisión debido a una velocidad de red insuficiente. O jugar con un juego en el que la respuesta de los mandos es lenta.
Las conexiones WiFi se usan de manera generalizada, aunque las que recurren a los cables de red son también necesarias. Pero, como decíamos, no siempre tenemos el router en el lugar óptimo para que cada dispositivo tenga su conexión ideal.
Las conexiones inalámbricas son un milagro de la tecnología, pero no son tan robustas como las que usan cable físico
Por ejemplo, las Smart TV se benefician enormemente de una conexión mediante cable (y “aligeran” las conexiones WiFi de tráfico), al igual que los ordenadores de sobremesa o las consolas de videojuegos. Las conexiones inalámbricas son un milagro de la tecnología, pero no son tan robustas como las que usan un cable físico de cobre o fibra.
Por otra parte, las conexiones WiFi también tienen sus propias jerarquías. Actualmente, se usan dos bandas de frecuencia: de 2,4 GHz y 5 GHz. Las primeras se suelen utilizar para conectar dispositivos que consumen pocos datos y no necesitan un ancho de banda elevado, tales como dispositivos domóticos, cámaras IP de resolución hasta HD o similares. Las conexiones de 5 GHz son muy veloces y se recomiendan para dispositivos que precisen de un ancho de banda elevado, tales como móviles, tabletas o equipos portátiles.
Cómo ordenar nuestras conexiones de red
Por suerte, la tecnología ofrece soluciones adecuadas para llevar el orden a las conexiones de red de un hogar. La tecnología PLC (Power Line Communications o Comunicaciones a través de las Líneas de Potencia) es una propuesta solvente y capaz de solucionar en pocos minutos un problema de conexiones de mala calidad debido a la distancia entre el router y los dispositivos. Además, permiten que se usen conexiones cableadas para los dispositivos que se benefician de ellas.
Las conexiones WiFi son frágiles y limitadas por aspectos como la distancia o los materiales que tienen que atravesar hasta llegar a su destino. Por ejemplo, las paredes gruesas o en las que se encuentran tuberías o cables hacen de pantalla para las señales inalámbricas. Incluso los muebles u otros elementos afectan a la calidad de la señal WiFi.
El kit dLAN 1200+ WiFi ac Starter Kit Powerline
La tecnología PLC, sin embargo, usa los cables de la red eléctrica del hogar para llevar las conexiones a otros lugares de la casa. Un kit de conexión como el devolo dLAN 1200+ WiFi ac Stater Kit es lo más parecido que podemos tener a llevar el router con un cable a otra ubicación, pero sin necesidad de cablear nada ni hacer obras. En efecto, el cable que se usa es el de la red eléctrica en instalaciones de hasta 300 metros. Hay margen de sobra.
Tan solo tenemos que enlazar el módulo dLAN de conexión al router en un enchufe cercano al mismo y usar un cable de red para "inyectar" la conexión de Internet en la red eléctrica. En el salón, junto al televisor y/o la consola, podemos enchufar el otro dLAN del kit para aprovechar sus dos conexiones Ethernet y conectar el televisor y la consola.
Al tiempo, disponemos de un punto de acceso WiFi ac, con doble banda de frecuencia de 5 GHz y 2,4 GHz con hasta 1.200 Mbps de velocidad disponible para llevar a los dispositivos conectados a lo puntos de acceso que hayamos definido en el momento de la puesta a punto del kit, que no lleva más de diez minutos.
Si queremos enlazar más dispositivos en otros lugares de la casa, podemos adquirir módulos adicionales y enchufarlos en otras habitaciones o en otras plantas para hacer llegar una conexión de Internet robusta y estable para usar tanto a través de cable de red como de WiFi. Además, con la tecnología WiFi Move se puede configurar la misma red WiFi en todos los PLC para que no sea necesario cambiar de red manualmente cuando nos movemos por la vivienda.
No perderemos ningún enchufe, ya que los PLC de Devolo incorporan en muchos casos una toma de enchufe donde podremos conectar otros aparatos eléctricos.Y las conexiones a través de la red eléctrica están encriptadas, por supuesto. Esta podría ser la mejor solución para acabar de una vez por todas con los problemas de conexión.
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