Ir con el presupuesto canino y tener que cambiar de ordenador es un dilema bastante común entre numerosos estudiantes que no siempre están pensando en convertirse en estrellas de los eSports. O que a lo mejor sí quieren disfrutar a tope en sus horas libres, pero por menos dinero de lo que vale una tarjeta gráfica de última generación.
Así las cosas, la pregunta se hace inevitable: ¿es posible cambiar de PC por poco dinero? Sí, sí lo es. La clave es saber bien para qué lo vamos a usar, en qué componentes podemos ahorrar al máximo y en qué otros debemos gastar un poquito más. Solo esta flexibilidad de configuración, presente en los equipos de la tienda oficial de HP, nos permitirá llevarnos un ordenador estirando el dinero de la inversión al máximo.
La CPU: escoge bien y ahorrarás más de lo que piensas
Es el cerebro y el corazón de nuestro PC. La CPU es el componente fundamental, el punto de origen del que debería partir la configuración de todo nuevo ordenador. Escatima en él, y en menos de dos años querrás lanzar tu PC al punto de reciclaje más próximo de un puntapié. Excédete sin motivo y descubrirás que has malgastado el dinero. ¿Cómo discernir ese punto medio?
Hoy por hoy, una forma de evitar sorpresas a medio plazo es valorar la opción de un procesador AMD. El eterno rival de Intel lleva ya varios años marcando su propio camino con una gama de procesadores de rendimiento extraordinariamente elevado en relación a su precio, hasta el punto de que sus chips Ryzen se han convertido en la referencia a tener en cuenta cuando se trata de obtener las máximas prestaciones por poco dinero.
¿Y qué AMD nos conviene? Podemos escalonarlos con relativa facilidad.
- AMD A4 y A9: Trabajos de ofimática sencillos. Si solo vas a usar Word y Excel, navegar por Internet y ver vídeos a 1080p, esta es tu opción. Ahora bien, no les pidas más. Esta suele ser una elección recomendable para usuarios básicos, infantiles o personas mayores. ¿Tus estudios o gustos te llevan más lejos? Mira más alto.
- AMD Ryzen 3: Es una gama de procesadores muy polivalente. También va dirigida a un uso ligero, pero ya nos permitirá ir más desahogados, brindando un rendimiento sobrado para juegos y trabajos multimedia livianos. Todo ello con un precio muy ajustado y sin apenas ruido.
- AMD Ryzen 5: La navaja suiza de AMD. Con estos micros podrás trabajar con contenidos multimedia serios y jugar como un Don. Es la opción definitiva de los gamers sin grandes presupuestos.
- AMD Ryzen 7: Son la punta de lanza de AMD en la gama alta. Ofrecen un rendimiento superior a sus contrapartes de Intel por una inversión mucho menor. Si se trata de ahorrar, es recomendable para dedicarse a trabajar a nivel prosumer o incluso profesional con fotos, vídeo o 3D. O si eres un gamer muy exigente pero que no tiene ganas de invertir su dinero en opciones más caras, que no siempre más rápidas.
La CPU: ¿con o sin gráficos integrados?
Algunos procesadores Ryzen tienen unidades gráficas integradas. Se distinguen por utilizar las letras G y U al final de su nombre. Por ejemplo, el Ryzen 3 3200G nos está diciendo que incorpora procesamiento gráfico en el propio chip y que, por tanto, no necesita una tarjeta gráfica independiente.
Este tipo de procesadores nos permiten apurar aún más el presupuesto, tal y como veremos a continuación.
La RAM: cantidades bien delimitadas para cada uso
La memoria RAM es aún más fácil de escalonar. Dependiendo de tus necesidades, podemos distinguir tres posibles opciones de configuración:
- 4 GB de RAM: Adecuados para un uso ofimático y navegación ligera. Pero nada más. Si vas a trabajar con el equipo o crees que tus necesidades van a crecer con el tiempo, salta al siguiente nivel.
- 8 GB de RAM: Esta cantidad ya es adecuada para un uso general. Incluso te puede dar satisfacciones con un buen número de juegos indies. Es una buena opción si tienes un Ryzen 3 (o incluso un equipo Ryzen 5 de bajo coste) y no vas a apretarlo demasiado.
- 16 GB de RAM o más: Vas a tener RAM suficiente para trabajar con la más absoluta de las solturas y jugar como un campeón. Sería nuestra opción recomendada para un Ryzen 5 o un Ryzen 7 preparado para durar tantos años como sea posible antes de tener que ampliarlo.
Lo bueno de configurar tu equipo a través de HP es que ya se incluye el tipo de memoria DDR más adecuada para tu sistema. De esta forma, te evitarás el sorprendentemente común fallo de montar la RAM más barata del mercado parar ahorrar unos pocos euros y descubrir a continuación que está lastrando el rendimiento general del sistema.
La tarjeta gráfica: puede que la necesites... o puede que no
El tema de la tarjeta gráfica es siempre uno peliagudo. Por costumbre, tendemos a pensar que necesitaremos instalar una en nuestro equipo aunque no vayamos a jugar. Es una idea algo anticuada. Las últimas CPU AMD con gráficos integrados Vega poseen una potencia sorprendente, equiparándose con las antiguas tarjetas de acceso.
No solo brindan por tanto un buen rendimiento con multimedia a alta resolución, sino que también tienen potencia suficiente para ejecutar juegos indies o incluso de mayor consumo de recursos con solo reducir la calidad de los gráficos. No te engañes: no son la opción principal de los gamers más exigentes, y debemos dejarlo claro para hacer una compra bien informada; pero, si no vas a dar fuerte a juegos punteros o muy actuales, te puede sorprender su rendimiento.
Los gráficos de las GPU integradas en los chips AMD A4 y A9 son puramente básicos y no brindan un rendimiento reseñable para juegos. Tan solo te evitan tener que montar una tarjeta dedicada. Las de los chips Ryzen se pueden escalonar por el número. Por ejemplo, una CPU Ryzen con gráficos Radeon Vega RX 11 brindará un mayor rendimiento que otra con gráficos Radeon Vega 8.
Una tarjeta gráfica de gama media o baja puede suponer un desembolso adicional de 150 euros, por lo que tiene todo el sentido del mundo apostar por una CPU con gráficos integrados si estamos tratando de ajustar nuestro presupuesto al máximo. Si, por contra, vamos a jugar con mayor seriedad o pensamos trabajar con algo de 3D, tenemos que buscar un modelo con una tarjeta gráfica independiente.
El asunto de la marca y el modelo es una cuestión bastante personal. Si se trata de disfrutar de juegos y manejar contenidos con ciertas exigencias a nivel de recursos, la AMD Radeon RX 580 es una apuesta muy equilibrada. Es capaz de ejecutar la mayoría de los juegos modernos con un nivel de detalle alto y en Full HD a velocidades muy elevadas. Por encima de esas resoluciones, tal vez haya que contemplar otras posibilidades, pero entonces seguramente también estarás manejando un presupuesto menos ajustado.
El almacenamiento: divide y vencerás
Los servicios de streaming han acabado con la necesidad de almacenar películas en el disco duro y la mayoría de nuestros dispositivos portátiles suben las fotos que tomamos directamente a la nube. Así las cosas, las necesidades de almacenamiento ya no son tan importantes como antaño. Si hace menos de una década la recomendación era escoger el disco duro más grande que pudiéramos, ahora priorizamos otros factores.
El fundamental para tener un buen rendimiento es que el sistema operativo esté instalado en un SSD. Supone un pequeño desembolso extra, pero hará que tu PC aguante el tipo muchísimo mejor a medio e incluso largo plazo. Luego, si quieres, puedes instalar un disco duro de gran capacidad para tus juegos y programas.
Los usuarios más básicos posiblemente tendrán suficiente con un SSD de 256 GB para el sistema operativo y sus programas. Con 512 GB en SSD ya tenemos una cantidad apta para virtualmente cualquier usuario medio, como los interesados en un PC con un Ryzen 3 o incluso un Ryzen 5.
Si vas a cargar una biblioteca de juegos relativamente modernos ('The Witcher 3' requiere 40 GB como mínimo, así que es fácil quedarse escaso rápidamente) o aplicaciones profesionales muy grandes, entonces sí, tiene sentido optar por un disco duro de 1 TB como complemento o incluso una unidad SSD de mayor tamaño, aunque en este último caso deberás prepararte para dar un pellizco mayor a tu cartera.
Comprar un ordenador premontado tiene mucho más sentido que antaño
Como hemos podido ver, lo importante a la hora de configurar un equipo es tomar las decisiones con la cabeza y evitar el temido "por un poco más...". Has de acotar bien tus necesidades y, luego, saber bien qué te conviene.
Igual que ya nadie monta una tarjeta de sonido dedicada en un equipo intermedio porque el audio integrado en placa es más que suficiente, mucha gente puede ser perfectamente feliz con los gráficos integrados Vega de los últimos procesadores Ryzen. Y si tus requisitos te llevan más lejos, también debemos ser conscientes de que no hay necesidad de tirar la casa por la ventana si no pensamos superar el umbral del Full HD.
Los descuentos y la época de rebajas, además, hacen que comprar un equipo premontado a través de Internet tenga mucho sentido. La tienda online de HP ofrece equipos preconfigurados para las necesidades de la mayoría de los usuarios, evitando así rellenar fichas que parecen la hoja de un personaje de un RPG. Con solo unos clics, podremos definir rápidamente la clase de ordenador que buscamos y maximizar nuestra inversión en un nuevo equipo, ahorrando unos euros que de otra forma se nos podrían ir en componentes que posiblemente ni siquiera necesitábamos.
Imágenes | HP, Vladimir Malyutin, Harrison Broadbent
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