“A sus 18 años, a Ziva le gusta más el metal que las personas. Pasa los días encerrada en su forja, a salvo de la sociedad, utilizando su don mágico para crear armas únicas imbuidas de poder. Pero pronto recibe un encargo de una poderosa señora de la guerra y el resultado es una espada capaz de robar los secretos de sus víctimas. Acompañadas por un mercenario absurdamente guapo y un académico con extenso conocimiento de magia, Ziva y su hermana se embarcan en una misión para mantener a salvo la espada”.
Con mucho de fantasía young adult, de romance pero sin olvidar sus raíces e inspiraciones como Tolkien, RR Martin, Patrick Rothfuss y Brandon Sanderson, la joven autora Tricia Levenseller teje una de esas novelas que se devoran a dentelladas, que no puedes parar de leer hasta que terminas. No es una frase hecha: nosotros nos la hemos zampado en dos días.
Siguiendo con la tradición, Minotauro traduce y trae por fin a España ‘La Espada de los Secretos’, el primer libro de la serie ‘Forjadora de Espadas’. Y tras las primeras líneas y una dedicatoria a su padre, la premisa de una novela modélica, se esconde la que apunta a ser la mejor adición al género en bastante tiempo.
Una herrera con un don y una maldición
Hay algo en la literatura de Levenseller, autora de la novela "La espada de los secretos", que encantará a los jugadores de ‘Dungeons & Dragons’ en general y de ‘Baldur’s Gate III’ en particular: su forma de entender la identidad de los personajes. Lo suyo es el romance fantasy, ese subgénero donde una buena historia de amor flota sobre el elemento clave de las novelas caballerescas: servir una aventura vibrante que no prescinde de la acción y la magia.
Temra Tellion es la hermana mayor, temperamental pero cariñosa. Ella debería haber heredado el poder de su difunta madre, la capacidad de canalizar magia. Pero Ziva Tellion, la pequeña —acaba de cumplir 18—, es asunto aparte: estar rodeada de gente le produce verdadero pánico y siente tanta inseguridad en su día a día que solo salir de la forja ya la expone a un ataque de pánico. Pero tiene algo especial: tal vez no sea tan fuerte a primera vista, pero su fortaleza reside en otro lugar.
Su fobia social la recluye en un rincón del mundo que la ha convertido en toda una leyenda: las espadas zivanias son las más cotizadas. Sus clientes son soldados, mercenarios, guerreros de alquiler y, en gran medida, nobles presumidillos que quieren poseer algo distinto y especial.
Rara vez sale. Pero Ziva, tarde o temprano, tendrá que descubrir su lugar más allá de las murallas de su forja. En la primera “escaramuza” conocen a Petrik en una taberna. Viene del territorio de Skiro y es un estudiante de la Gran Biblioteca que quiere conocer más a fondo la magia ancestral. Está preparando su propia enciclopedia sobre las distintas magias del continente.
En la segunda escapada acuden a la fiesta del gobernador, donde le es entregada su última creación: una maza que, aunque todavía su nuevo dueño no lo sabe, tiene la capacidad de “asfixiar” a sus rivales con siquiera elevarla, de robarles el aliento en cuanto entra en combate. Su fin, sin embargo, era servir de obsequio, un adorno junto a la chimenea.
Hasta que, entre coqueteos y escarceos con Asel, hijo del gobernador, entra una mujer en la sala, la comandante Kymora Avedin. Sabe de primera mano lo que es la guerra, derramar sangre, y quiere un arma de verdad. Ziva no tarda en ofrecerle sus servicios. El reino vive un tiempo convulso, tras ser dividido ahora en seis territorios, cada uno en nombre del príncipe o princesa heredero, todos hijos del rey Arund. ¿Qué podría hacer un arma única en una situación así?
Hay una herrería en mi historia
Decía Tolkien que “el herrero es un creador, un artista que da forma al metal con su fuerza e imaginación”. "La espada es el alma del guerrero, y el herrero es quien le da vida”, afirmaba George R.R. Martin. La figura del herrero, como podemos suponer, va mucho más allá que la de un simple artesano, el tipo que pega martillazos a un acero blando incandescente sobre el yunque. Es un personaje esencial en la fantasía heroica y la literatura medieval.
Porque no solo conforman una ayuda vital para los personajes protagonistas, simbolizando la creación del destino y la lucha contra las fuerzas del mal: sus herramientas son protagonistas en sí mismos. Lo sabe cualquiera de los jugadores de ‘Dragon Age’ o cualquier videojuego RPG donde se imbuyen armas, donde se incrustan gemas o runas para mejorar sus atributos. Donde se busca y visita con insistencia a un herrero que insiste en que le dejemos en paz —pero que sacrifica sus habilidades para crear siempre la mejor de sus obras y cada una arrastra tras de sí una parte de su alma, de sus anhelos, su furia o sus demonios internos—.
Hablamos de armas como la Tizona de El Cid, la Excalibur de Arturo, la Glamdring de Frodo, el Mjölnir de Thor, la Durandal de Roldán o la Joyeuse de Carlomagno. Heredadas, encontradas o forjadas por personajes legendarios, con propiedades mágicas y ligadas a un destino o a una profecía. Sin ellas, el resultado de las batallas habría adquirido un carácter mucho más funesto.
La figura del herrero representa la creación, la reparación y la resiliencia. Son mentores y aliados valiosos. Solo hace falta fijarse en Hefesto, el dios griego del fuego y la metalurgia, quien confiere el escudo de Aquiles, el casco de Hades o el rayo de Zeus —además de insuflar vida a Pandora o a los ciclópeos—. No en vano, ‘La espada de los secretos’ es también una declaración de amor a la historia y la mitología.
El Wayland de la literatura nórdica forma el anillo de los Nibelungos igual que Sauron, el Señor Oscuro, forjó el Anillo único a espaldas del mundo, en los fuegos del Monte del Destino. Ambos anillos son el motor de dos de las historias más apasionantes de la literatura universal. Es por eso que el mérito de Tricia Levenseller es doble, al situar el núcleo de la historia en esta figura y, con ello, plantear un punto de vista único.
Los secretos de Levenseller más allá de su espada
Tricia Levenseller marcó su primer hito con ‘Una corona de sombras’, de 2020, considerada por muchos su mejor obra. Un libro que sigue los pasos de Alessandra, una joven que está planeando casarse con el rey y luego matarlo para hacerse con el poder. Pero el rey Kallias tampoco es el típico príncipe azul y su corazón alberga sus propios misterios. A medida que Alessandra se sumerge en una corte llena de secretos tendrá que reformular sus propias reglas y toparse con un romance poco convencional.
Una novela que arrasó, convirtiéndose en bestseller del New York Times y USA Today. Nominada a Premio Goodreads Choice en la categoría de Mejor Fantasía y Ciencia Ficción para Jóvenes Adultos en el año 2020, esta novela significó el punto de madurez de sus anteriores trabajos, La hija del Rey Pirata, de 2017, Hija de la Reina Sirena, de 2018 y continuación de la anterior; y ‘Guerrera de los Salvajes’, de 2019, una novela de clara inspiración vikinga sobre Rasmira, una joven guerrera desterrada a un peligroso bosque.
Tras ‘La espada de los secretos llegará su inminente secuela, ‘Maestra del hierro’, conclusión de una duología que originalmente fue publicada el 26 de julio de 2022 y que a España nos llega por medio de Planeta en algún momento antes del verano de 2024. Y en todas ellas, las reglas de la autora, originaria de una pequeña ciudad de Oregón, son las mismas: “hazlo simple”.
Levenseller utiliza un estilo narrativo tan directo, tan expositivo y claro, que a la vez contraria y engancha. La clave de su estilo reside en una agilidad muy bien medida para saltar de la aventura al romance y las intrigas palaciegas en dosis equilibradas, midiendo de forma justa los tempos internos. Es, a grandes rasgos, una novela perfecta para alguien que justo empieza en la fantasía mundialización, con diez o doce años y perfecta para regalar a un conocido o un experto en la materia que busca algo distinto.
Sí, la novela explora temas como el poder y la responsabilidad, pero lo hace desde un punto de vista muy audaz, porque la identidad se conforma poco a poco, no se nace con ella. Aquí reside la fortaleza, exquisita, al resarcirse de los arquetipos del género, mezclando conceptos tal y como lo hace ‘Baldur’s Gate III’, donde un enano puede ser el más coqueto del reino y, un mago oscuro, el más empático de la ciudad.
Al fin y al cabo, esta debería ser siempre la máxima a la que aspirar si buscas que todo el mundo pueda entenderte: que tu literatura sea accesible y ese contrato invisible que firmas con tus lectores les regale algo más del tiempo que invierten en leerte. Tricia Levenseller es, en estos términos, una de las escritoras más generosas del género. Ahora solo falta que Minotauro edite ‘Maestra del hierro’. En serio, la necesitamos. Cuando leas la primera parte lo entenderás.
Imágenes | Minotauro
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