Hay autores que, por su estilo, podrías distinguir de un simple vistazo. Si hablamos de animación japonesa, el exponente más inmediato es obvio: Ghibli. Sin embargo, nada más cruzar ese pórtico, ubicuo, hay una voz autoral que resuena sobre el resto. Con permiso del genio surrealista Satoshi Kon y el modernista Mamoru Hosoda —quien también se formó en Ghibli—, hay un nombre que apuntala este triángulo equilátero: Makoto Shinkai.
Pensar en Makoto Shinkai es hacerlo en tramas aparentemente sencillas: chico conoce chica, chica conoce chico, un conflicto y ale, de vuelta a la rutina. Nada más lejos de la realidad. Shinkai subvierte tropos tradicionales en oriente como la incomunicación, transformándolo en separación literal en el espacio-tiempo. O pone patas arriba nuestras relaciones con las mascotas en general y los felinos en particular para colocarnos en un lugar incómodo: ¿lo sacrificaríamos de saber que es el aparente responsable de miles de muertes?
Sus historias avanzan rápido y exploran temas desde lugares nuevos —de ahí que siempre acuda a una voz en off que es casi marca de la casa—, obligándose a repetir de manera circular ideas que van adquiriendo significados distintos con cada lectura. Lo más alucinante de todo es que en España podemos distinguir su estilo como podemos reconocer al gran Akira Toriyama (que en paz descanse). Un mérito extra, teniendo en cuenta que el primero apenas brinca los 50 años.
Por esto mismo, por su legión de fans siempre atenta, Planeta Cómic ha tenido a bien traer algunas de sus novedades claves dentro de la vasta biblioteca Makoto Shinkai, especialmente un integral de ‘Your name’ que vale su peso en oro y el estreno de ‘Suzume’ en versión novela, escrita íntegramente por el propio Shinkai. Y no vemos mejor ocasión para repasar la vida y obra de un autor que genera ríos de tinta con cada nuevo anime.
Una herida que nunca sana porque no deja de doler
Dice la tradición que vivir en un lugar donde la naturaleza es tan agreste te invita a vivir con la fe en la inevitable catástrofe. Cada estación, tsunamis, terremotos y destrucción en general les recuerda que nada es eterno. Construyen rápido y construyen nuevo. Pero cuando un hogar ha sido derribado decenas de veces se forja un nuevo sentido de continuidad, uno basado en la resiliencia y la constancia.
Dicen también que la historia fabulada ayuda a exorcizar el dolor. Desde ‘Akira’ a ‘Godzilla’, esa máxima se ha cumplido. Sin embargo, Shinkai no quiere desprenderse del poder que te concede el dolor: la ira y otros desencadenantes son elementos perfectos para escribir historias. Su última película, ‘Suzume’, es la mejor representación de esto.
Como todos, Makoto Shinkai es una persona herida. Estudioso de la literatura clásica (en la Universidad de Chuo) su relación con la animación fue autodidacta, algo fanática. Llegó primero por los videojuegos por encargo, para garantizarse un porvenir, después en ilustración y finalmente dando vida a sus propias historias, con el debut comiquero ‘Ella y su gato’, que le puso en el mapa nacional tras obtener más de seis premios.
El terremoto que devastó la región de Tōhoku también provocó una honda herida en su persona. No tuvo que contabilizar pérdidas, no sufrió ni físicamente ni ninguno de sus seres queridos falleció en aquel evento. Sin embargo, aquel agujero lo rellenó con la duda: ¿por qué ellos y no yo? ¿Quién ha determinado este cambio?
Sumemos esto a los evidentes mensajes climáticos que nos arroja nuestra relación con la naturaleza, desembocando demasiadas veces en desastre ecológico, y ya lo tenemos: la vida es un monstruo que apenas somos capaces de mantener atado. No en vano, el manga, anime y literatura de Shinkai es más pesimista que el de cualquiera de sus coetáneos. Habla de figuras solitarias en conflicto, personas con traumas y heridas profundas sumergidas en coloridas alegorías.
Entre lo familiar y lo extraño
Y, todo ello, arropado siempre por esas inmensas panorámicas que le llevan a uno a preguntarse ¿cómo lo han hecho? O esos contrapicados coquetos que te obligan a mirar hacia cielos picoteados de nubes blancas y, tras ellos, la inmensa bóveda celeste recordándote que solo somos un (perdón) puñetero grano de arena muy ruidoso y muy intenso. Un grano de una belleza apabullante, una singularidad.
Shinkai es maestro en el oficio de mezclar panoramas fotorrealistas con monstruos que escupen maldiciones, mitología sintoísta y, en el medio del resto, artículos tan cotidianos como una puerta o una silla. Objetos que cobran un significado tan potente que son, por pleno derecho, protagonistas. Al fin y al cabo, ¿quién no tiene una silla en casa? ¿O quién no identifica una puerta, en lenguaje universal, como un punto de transición hacia un nuevo lugar?
Quizá de ahí la universalidad de estas historias. Y su éxito global. 'your name’, por ejemplo, nació como un anime pequeñito, y arrasó semana tras semana ante la mirada atónita de los distribuidores. Algo tuvo que remover en los corazones y conciencias de miles. Y en las carteras: una recaudación de algo más de 350 millones de dólares la transportó directamente al podio de película de animación japonesa más taquillera hasta aquel entonces.
La trama, desde luego, da juego: dos adolescentes intercambian cuerpos y vidas a través del tiempo y el espacio. ¿No es un punto de partida brutal? En aquellos días, los fanáticos incluso planificaban rutas por la ciudad japonesa de Hida para peregrinar por las postales de la película.
Una cinta que lo elevó a la categoría de "nuevo Miyazaki" y que el propio Shinkai no tardó en sacudirse: él no quería ser considerado nuevo nada, solo un tipo con ganas de contar historias. Una especie de Haruki Murakami para los fans del anime. Y esto nos da otra pista de su estilo: su obsesión por estos fragmentos que nunca volverán.
El cine es tiempo y espacio. En el lenguaje cinematográfico, capturar la belleza, congelarla, es una obsesión en sí misma. Todas esas escenas de trenes bala sacudiendo los árboles refuerzan una idea que morirá si no se atrapa en la memoria.
Pensemos en la trama de ‘El jardín de las palabras’, uno de sus anime más pequeños —apenas dura 45 minutos—: una aprendiz de zapatero traza una relación con Yukari Yukino, una mujer mucho mayor que él. Ambos huyen eventualmente a un jardín donde el simple hecho de compartir espacio ya les eleva a un lugar donde las responsabilidades y los quehaceres cotidianos no pueden entorpecer. Tradición y escisión.
A veces Shinkai juega a este juego desde la posición contraria, partiendo de tramas en apariencia rocambolescas: en ‘5 centímetros por segundo’ también Makoto —así se llama la protagonista— una joven sufre un accidente y descubre que puede volver atrás en el tiempo, ocasión que aprovecha para su beneficio hasta descubrir que sus acciones desencadenan eventos aún peores que el, hasta ahora, devenir natural de las cosas.
Pero en su núcleo, ‘5 centímetros’ es solo una historia de amor y distancia que habla de lo efímero desde la perspectiva de esos seres tan obcecados en la perpetuidad como somos los humanos. Porque esa es otra de las constantes: tal vez no seamos tan efímeros. El sintoísmo recurre a la reencarnación, no tanto como ese sentido kármico de “pórtate bien en esta vida para vivir mejor en la siguiente”, sino como un flujo constante que no podemos ni debemos detener.
Novelas, mangas y animes, un enfoque complementario
Con todo, las novelas que está editando Planeta Cómic amplían algunos puntos de vista, se detienen en detalles que pueden pasar por algo en las películas y son un añadido invaluable para cualquier fan. Lo comenta el propio Shinkai al cierre de esta novela de apenas 190 páginas: "de ahora en adelante, continuaré dirigiendo películas y, cuando note de falta algo, escribiré sus versiones noveladas y a la inversa. [...] Seguramente el círculo se irá repitiendo”.
De hecho, es muy interesante ver el juego de espejos que se da, por ejemplo en un clásico moderno como ‘5 centímetros por segundo’. La novela se pasea por conceptos de astronomía y física de una manera ciertamente académica. Es más reposada y cerebral.
Sin embargo, el manga original, que Planeta Cómic presenta en un único volumen que alcanza las 470 páginas y que ilustra Yukiko Seike, se aproxima mucho más al guión visual, haciendo uso de frases cortas, viñetas pequeñas y uso de planos detalle en silencio para que sea la imagen la que narre y relate ese subtexto entre escena y escena.
De ‘your name’, donde podemos encontrar los tomos individuales, de unas 170 páginas por apenas 9 euros, la guía visual a todo color en formato 21x27,6 cm, la novela oficial escrita y editada por el propio Shinkai, el spin off ‘Another Side’, de dos números, y la propia novelización de ‘Another Side’ y, para rematar, el integral de 504 páginas.
Por suerte, los fans del autor pueden encontrar una vasta biblioteca Makoto Shinkai dentro de su apartado en Planeta Cómic. Podemos aprovechar y hacernos con ‘Viaje a Agartha’ (tanto Lost Voices como Deep Below) antes de que se revalorice y se ponga por las nubes.
Y tras esta aventura basada en el mito de Orfeo y Eurídice que disfrutó de su propio largo cinematográfico en 2011 hay muchas otras, por supuesto. Tenemos también, dentro del apartado de obras autoconclusivas, la novelización del anime Weathering with You ('El tiempo contigo'), la preciosísima ‘El jardín de las palabras’ en formato novela, la también novelizada ‘Voces de una estrella distante’, y su respectivo manga. Y tampoco puede ignorarse nuestra favorita, la citada ‘Suzume’, también escrita por puño y letra del propio Makoto Shinkai.
Imágenes | Planeta Cómic
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