Dicen que la historia del cómic se remonta hasta la mismísima Columna de Trajano, hasta las pinturas, tallas y bajorrelieves que seriaban acontecimientos con cierto sentido de la épica, una pizca de slapstick y otra de fantasía bárbara. Y aún así, estos 2000 años no han grabado ninguna norma en piedra: la industria del tebeo cambia a cada poco, subvierte reglas y se reconstruye o incluso resetea desde donde otros lo dejaron.
Quizá sea por ello que nos cuesta definir formatos y géneros, abordar cuestiones económicas sin elevar el tono y ver transformadas en telefilms nuestras grapas más queridas. Como fuere, de todo esto y de manga, ediciones limitadas, nuevos lanzamientos y movimientos constantes hemos querido charlar con David Hernando, director editorial de Planeta Cómic con catorce años en el oficio. ¿Quién mejor para conocer los secretos del mundo editorial?
David Hernando autor vs David Hernando editor
David ha sido editor de Batman en España e Italia desde 2005, reconocido articulista y ha peleado por casi cualquier licencia que se te ocurra. En su faceta de escritor ha publicado sobre CSI, Superman, Spiderman, Frank Miller, Bill Finger, además de un premiado ensayista. Atención especial merece su más reciente iteración, que saldrá hacia mitad de año directo al mercado americano, ‘Why Do We Fall?’, un análisis sobre la filmografía de Christopher Nolan en general y un exhaustivo ensayo sobre la trilogía de El Caballero Oscuro en particular.
Por supuesto, existe un ancho abismo entre escribir un libro, venderlo y distribuirlo. Cada escenario plantea distintas preguntas y retos, a veces, contradictorios. Comenzamos esta entrevista con la obvia pregunta: ¿dónde están esas diferencias? ¿Es muy distinto el David autor del David editor?
R: «Me gustaría pensar que no, pero supongo que algo sí. Pienso que no en el sentido de que la responsabilidad; el cumplir los plazos y seguir un orden de trabajo a rajatabla es algo intrínseco, por lo que lo aplico sea para una cosa u otra. Pero imagino que a la práctica si uno hace una cosa u otra hay diferencia. Y una parte enseña a la otra, y viceversa. Como autor realmente he hecho muy poco, un par de cosas que me llamaban más desde el punto de vista personal que del autoral, por así decirlo. Mi trabajo es editor y lo otro lo puedo ir haciendo a ratos libres y repartido durante varios años. Es como explicar la historia de Bill Finger en Serenata nocturna. Fue algo personal y di todo lo que pude en ese libro. Quedé contento con que al menos viera la luz, algo que supongo que le pasa a muchos autores con sus obras. Ser editor me ha enseñado a entender mejor, cuando me toca ponerme el sombrero de autor muy de vez en cuando, los tiempos y la planificación de una editorial, cosa que a su vez me ayuda a la hora de hablar y negociar con nuestros autores cuando ejerzo de editor. Como lección final, algo muy importante es no confundir lo que te gusta con lo que editas. Algo que parece obvio pero no lo es tanto. Hay muchísimo editor que solo edita lo que le place, como si estuviese editando su estantería, y no es lo mismo tu colección de títulos como editor que como lector.
P: ¿Ha mutado mucho el mercado desde tus primeros días como editor?
R: Ha cambiado muchísimo. La manera de consumir, la rapidez con la que llegan los contenidos, la inmediatez con la que los hábitos de consumo de los lectores cambian, la manera de trabajar con los editores internacionales o con autores nacionales… todo. Esto además es algo que cualquiera ve: en estos 14 años hemos pasado una crisis económica que, por desgracia, se llevó por delante a alguna editorial, han cambiado los canales de venta, la distribución, la manera de hacer promoción, mucho más online desde hace unos años, nos ha aportado palabras y conceptos que hace más de una década no eran moneda común, como instagramers, youtubers, influencers o todos los “ers” que quieras ponerle. Esto ha afectado a la manera de narrar, a cómo el cómic ha pasado a ocupar cine y TV, en otro concepto nuevo para cuando empecé a ser editor como pueda ser el streaming… ha cambiado tanto que quizá es más fácil responder qué sigue igual. Y lo que permanece, todavía, contra todo pronóstico, sigue siendo el libro físico, tal como se conocía en su nacimiento. A este respecto, ensayistas célebres como Umberto Eco y Jean Claude Carrière llevaron a cabo un diálogo fascinante sobre este tema, hace ahora diez años pero que sorprendentemente sigue siendo muy actual, que si se me permite recomiendo leer a todo el mundo. El ensayo lo titularon, muy acertadamente, Nadie acabará con los libros.
P: Como autor, ¿por qué hablar de Batman, queda algo por decir del torturado Bruce Wayne?
R: No sabría decirte por qué me gusta tanto. Siempre ha estado ahí, desde que tengo recuerdos de cómo pasaba el rato de niño, me entretenía con cómics de Batman, o muñecos o la reposición de su serie de TV de los años 60 o los dibujos de los años 90. Sus cómics me han acompañado desde siempre y quizá es cierto que a día de hoy parece que ya no queda mucho que decir del personaje. Llegó a un culmen, bajo mi punto de vista por supuesto, con la etapa compuesta por Greg Rucka, Ed Brubaker y Devin Grayson post-Tierra de Nadie y antes de la llegada de Hush y, desde entonces, con la excepción de algunos momentos de Tom King, no he visto nada que realmente dé respuesta a que sí quede algo por contar. Me interesan mucho más de momento sus adaptaciones, dado que es un campo que siempre me ha fascinado —la adaptación de novela a cine o a cualquier otro medio, y con el mundo del cómic incluso más— y ver qué hacen o dejan de hacer al versionar al personaje, para bien o para mal.
P: Y como lector, ¿algún fetiche que nunca has podido ver editado en casa, algo que anhelas?
R: Por suerte, editorialmente en Planeta hemos podido llevar a cabo muchas de las ideas locas que nos hemos planteado todos estos años, desde introducir el formato que cariñosamente llamamos “tochal” con La muerte de Superman en 2008, hasta los integrales en ediciones especiales como Sandman, 100 Balas o Predicador, por no hablar del 20 aniversario de Dragon Ball, el regreso de la serie roja de esa misma serie, o la apuesta por la creación propia con adaptaciones literarias con las que contamos con absoluta libertad, así como esa gran idea loquísima que fue y sigue siendo Planeta Manga, con la que estamos aprendiendo muchísimo todo el equipo. Son todo ideas llevadas a cabo como editor, acompañado por el resto del equipo de Planeta Cómic, pero que también responde a veces a una parte personal, como lector, de querer hacer cosas nuevas que se salgan de lo habitual. En terreno puramente personal, creo que mi espinilla como lector/editor es no haber podido completar la edición de Clásicos DC: Batman (¡por supuesto, tenía que ser Batman!) que empezamos y de la que llegamos a editar 6 de los 20 tomos programados. ¡Así contradigo un poco lo de “no edites lo que te gusta!”.
El presente de cómic
P: Hablemos del presente y comencemos por el más inmediato y acuciante: ¿en qué posición se encuentra Planeta Cómic y qué medidas tomáis para adaptaros a la implementación del digital? Y más ahora en plena cuarentena por pandemia y donde muchas cabeceras están regalando pdfs para recordarnos que están ahí.
R: Desde Planeta hemos sido conscientes desde el minuto uno de la situación de excepcionalidad que supone el estado de alarma debido al COVID-19. Por ello nuestros equipos de marketing empezaron a trabajar sin descanso para conseguir, en la mayor brevedad posible, un buen listado de libros disponibles de forma gratuita a través del mercado digital para que este confinamiento de la población en sus casas se pase lo mejor posible. Se requería de una unidad de acción, así como de las aprobaciones de los autores, pero se consiguió en tiempo récord y ya está disponible la web https://keepreadingencasa.planetadelibros.com/ en la que hay 10 obras gratis. Por la parte de cómics, estamos representados con Planeta Manga, uno de los lanzamientos más queridos por los lectores del pasado año, con más de 300 páginas de contenido totalmente gratuito.
P: Por cierto, parece que el audiovisual se ha dado cuenta y adaptar cómics a TV es más agradecido que hacerlo para el cine. En Aftershock, por ejemplo, hay toneladas de series que encajaría en Netflix. ¿Cómo afecta este impacto del cómic a otros medios?
R: Por regla general afecta y lo hace muy positivamente. Más en algunas categorías que otras. Por ejemplo, el manga ha tenido una tradición de adaptaciones a anime de hace mucho tiempo y eso siempre, por regla general, suele traducirse en mayor consumo del manga si hay un anime de dicha serie. El lector manga además suele ser transversal, si le gusta una serie, acudirá al anime, a la película o al videojuego de ese manga, probándolo todo, normalmente. En cómic USA suele ser más contenido si es una adaptación de independiente americano que de superhéroes. También por la edición de ambos, que es diferente. Si adaptan un cómic independiente, es más sencillo que si alguien ve la serie y quiere leerlo, acuda al cómic, porque solo hay una cabecera. Con superhéroes, la oferta hace que ese pico se diluya entre todos los títulos de un personaje en cuestión. Es decir, si ves The Boys y quieres leerlo, solo hay una opción. Lo mismo con Umbrella Academy o a futuro con Paper Girls. El efecto es mucho más directo y todo lector que sumes lo haces en un único título, como ocurre con el manga que, aunque sean series, si te gusta My Hero Academia o One Piece, por muchos tomos que haya empezarás a comprar esas series y no otras. En cambio, con superhéroes, si ves Vengadores y te gusta, tienes multitud de opciones y el posible pico de ventas queda repartido entre distintos títulos.
P: Hablemos de dineros. Siempre dicen que Francia o Alemania tienen precios más baratos porque venden más. ¿Cuánto hay de cierto en esta afirmación? ¿Cómo se modeliza para fomentar ese mercado en España?
R: Es totalmente cierto. Ya no solo porque vendan más, es que venden más porque tienen una tradición lectora mucho más longeva y arraigada en la sociedad que la nuestra. Y ya no me refiero solo a leer cómics, hablo de lectura en general. Nuestro país no tiene un índice de lectura muy elevado, por lo que en ese sentido es complicado al comparar mercados. La comparativa carece realmente de importancia por las diferencias económicas, sociales y culturales de cada país.
P: Sobre las políticas de precios, aparte de la propia negociación y la calidad en materiales, ¿qué los ajusta?
R: Multitud de factores, como bien dices puede ser de la negociación, de las materias primas, de los costes internos de cada editorial, de la expectativa de venta, de la estrategia a seguir… en cada título, en cada obra, es un mundo. En nuestro caso además editamos, desde hace años, una media estable de unos trescientos títulos al año aproximadamente, de los cuales tenemos manga, USA, europeo, novela gráfica, creación propia, tiras de prensa… es un equilibrio en sí mismo y hemos de enfocar cada título por sí mismo.
P: Un equilibrio complicado. No todos son Los Muertos Vivientes, ese mirlo blanco. Como la licencia de Dragon Ball. ¿Cómo se incentiva la explotación de estas marcas cuando se seca la fuente o se discontinua la serie?
R: Los muertos vivientes es una licencia que tuvo un pico de venta muy importante hace algo más de diez años, y me refiero a incluso antes del estreno de la serie de TV. Vendía muchísimo gracias a su calidad y con el estreno de la serie eso solo hizo que aumentar. A día de hoy, tras 32 tomos y 8 integrales, es cierto que ya se notaba cierta estabilidad en la serie desde hace unos años, por lo que creo que acabarla ha sido positivo. Estas series luego permanecen, no como grandes bestsellers, pero sí como un longseller que tienes en catálogo y va haciendo. Dragon Ball es diferente porque siempre ha vendido mucho, siempre es el manga más vendido cada año en nuestro país y, es más, siguen saliendo novedades. Ya sean los anime-comics, los compendios, el libro de ilustraciones o la serie roja, hay novedad de Dragon Ball continuamente de una forma u otra y la editorial original ya se asegura de ello. ¡Y nos parece más que bien!
P: Bueno, el rural de Paletos cabrones lo ha petado. Igual que el terror de suspense de Moonshine… hay espacio para nuevas ideas, está claro. ¿Qué tal está funcionando el material americano de Aftershock?
R: El primer año ha ido muy bien, gracias a muchos factores que se han unido para convertirlo en un éxito: de entrada, la predisposición de Aftershock por ser un socio que colabora contigo y no te pone trabas, eso es muy importante. Saben que lo que hagas es en bien de su marca y en eso estamos. Luego un plan editorial de un lanzamiento mínimo cada mes, sin fallar, que tuviera al lector interesado, al que sumas un diseño distinto al de los tomos USA, pensado desde Planeta para aportar esa idea de marca desde el primer minuto, que alguien vea Aftershock y se compre uno o todos, tenga un diseño uniforme que resalte la calidad de sus series. Una vez hecho todo eso, no hay manera de llevarlo a los lectores si no contamos con una excelente campaña de marketing y promoción detrás, como fue en este caso con un sampler gratuito de 96 páginas con un testeo de cuatro series, a lo que se sumó un díptico con el plan editorial de todo el año, incluido en cada tomo de Aftershock, cada mes, con tal de facilitar a los lectores el acceso a la información, y añadirle mucho apoyo online. Y, por supuesto, un pvp único en los primeros lanzamientos. Tener tomos cartoné a color de material americano de entre 144 y 168 páginas a 14,95 euros, a día de hoy, es un buen paso para que los lectores al menos prueben.
A vueltas con el Manga
P: ¿En qué estado se encuentra el manga? ¿Más cerca de la crisis de 2009 o del renacimiento en 2012?
Seguramente ni una ni otra. El mercado en 2020 es muy distinto al de la crisis de entonces o su renacimiento. Habrá que ver cómo afecta la situación actual que vive el país, así como la anunciada recesión de principios de año en qué se cristaliza con todo lo ocurrido desde este marzo en adelante, pero antes de todo esto el manga estaba más asentado de lo que estaba cuando tuvimos la crisis anterior. Somos varios los editores que, por suerte, sobrevivimos a aquella crisis y quiero creer que algo aprendimos de ello. Sobre todo, aprender de aquellas editoriales que por desgracia quebraron. En su día hubo crisis porque se sobredimensionó el mercado. Hoy eso está mucho más medido, al menos por nuestra parte, y no creemos que vuelva a desatarse una crisis del manga como la de entonces. Eso no quita para ir con cuidado y midiendo, como decía antes, tenemos un control sobre el número de lanzamiento anuales y siempre es mejor mantenerse en ellos. Además, el manga en 2020 en nuestro país ha cambiado mucho y ha aceptado la entrada de nuevos géneros que hace diez años no eran conocidos o no tuvieron su momento, como el isekai, por ejemplo, o la novela ligera, con obras como Sword Art Online, your name., etc. Por no hablar de apuestas en géneros que van más allá de shonen, shojo y seinen, como el yuri con Bloom into you, Girl Friends o Netsuzo Trap, que están teniendo muy buena acogida.
P: ¿El kanzenban del que estáis más orgullosos?
R: Monster, por lo que significó en su momento, siendo de los primeros kanzenban en editarse después del de Dragon Ball, y 20th Century Boys, por lo que supone hoy día.
P: Tomos como los de Doraemon, Super Mario, El dulce hogar de Chi, Inazuma Eleven y Detective Conan son un modelo ideal para introducir a manos pequeñas y ojos atentos a este mundo de shonen lleno de humor. ¿Cuáles son los mayores aciertos y fracasos en esta parte del catálogo? ¿Qué tal fue la renegociación de Ranma ½?
R: En la línea infantil por suerte no nos hemos encontrado con fracasos sonados, si bien por mencionar uno que pensamos que iba a funcionar mejor de lo que lo hizo, sobre todo tras Dulce hogar de Chi, ha sido La abuela y su gato gordo. Quizá es demasiado local, pero como siempre decimos, de todo se aprende. En cuanto a Ranma, fue sencillo en cuanto somos los editores de Takahashi con Rin-ne y, en el triste momento en el que desapareció Glenat/EDT, la editorial original nos pidió si podíamos hacernos cargo de Ranma y accedimos.
P: ¿Qué tal han funcionado clásicos como Adolf o la maravillosa Fénix?
R: Muy bien, Adolf es un título que traspasa géneros y catalogaciones, por lo que va más allá y llega a muchísimos lectores. Fénix, editada por fin completa y en una edición que le hace justicia, ha tenido una gran acogida, no solo en España, sino también en México y Sudamérica, donde estamos encontrando un gran interés de nuestros lectores allí por todas las obras de Tezuka.
P: Y sobre ediciones limitadas como el maletón de 100 balas: ¿veremos un estuche con todo Monster?
R: ¡Ojalá! Esas ediciones son complicadas de llevar a cabo con editores japoneses. ¡La edición limitada de Dragon Ball 20 aniversario que lanzamos en 2012 nos llevó dos años y medio de negociación!
P: Viendo el éxito de El mandaloriano, a más de uno nos encantaría ver renacer la obra de Kazuo Koike (El lobo solitario y su cachorro), ofrecerlo en calidad renovada, tal y como se ha visto con Hanzo. ¿algún plan con esto?
R: De momento no, más allá de seguir vendiendo la serie tal como ya la tenemos.
P: Dar a conocer a Junji Ito con Uzamaki a nuevos lectores ha sido algo muy bonito de ver. ¿Tenéis alguna línea roja o descartáis algo de muzan-e o ero guro por ser "demasiado fuerte”?
R: De entrada, ninguna línea roja… pero luego abrimos los tomos manga ¡y entonces hemos de tener en cuenta muchas cosas a la hora de lanzarnos a por un título u otro!
El futuro del cómic
P: Los últimos informes económicos hablan bien de la novela gráfica: un aumento del 11,7% y un pico histórico de publicaciones pese a un descenso de ventas. ¿Nos estamos saturando o el cómputo de ventas unitarias invita al optimismo?
R: Puede que el descenso en ventas algunos editores lo cubran con mayor PVP, para compensar. Es una posibilidad. En nuestro caso seguimos optimistas, pero siempre midiendo el número de títulos lanzados cada año y la selección de los mismos.
P: Por cierto, viendo la renovada estructura de la web, ¿qué es novela gráfica según Planeta Cómic?
R: Nuestro catálogo y el de prácticamente todo editor de cómics se divide por denominación de origen: USA, manga o BD. Para nosotros novela gráfica no tiene fronteras. Es todo aquel cómic, venga de donde venga, que sea autoconclusivo o, como mucho, limitado a no más de tres entregas, cuya historia cuente con principio, nudo y final. De ahí la reorganización de novela gráfica, para hacer mucho más accesible toda esa parte de nuestro catálogo a los lectores.
P: ¿Qué es lo que más os está demandando el lector medio?
R: El lector medio, y más con nuestro catálogo, ¡nos demanda de todo! Ahí hay que tener en cuenta el buen trabajo de criba de prensa y comunicación para saber detectar qué piden más, qué piden menos y por nuestra parte el ir detectando las tendencias antes de que se produzcan. ¡Complicado, pero no por ello menos interesante!
P: Tenéis en cartera a grandes maestros como Jason Aaron, Brian Azzarello, Garth Ennis o Warren Ellis. ¿Alguna firma que se resista o esté en el radar futuro?
R: ¡Sí, pero todavía no los puedo anunciar! Son grandes títulos y grandes autores de distintas editoriales norteamericanas —más específicamente, de tres editoriales distintas, ¡y solo os dejo esa pista!— que queremos anunciaros en cuanto sea posible, porque no podemos esperar a compartirlo. ¡Tenemos el mejor cómic independiente americano y a la que podamos anunciar lo que se viene, más aún!
P: Entonces... ¿algún proyecto secreto ya aprobado que podáis adelantarnos?
R: En la línea de novela gráfica, en el apartado de adaptaciones literarias, estamos muy contentos de estar adaptando a todo un fenómeno Young Adult como Blue Jeans y su novela La chica invisible de la mano de la autora de cómic Alba Cardona. Está llevando a cabo un trabajo impresionante, aportando en cada página colores muy vivos, una narrativa muy personal, que encajará y conectará seguro con las miles de lectoras que Blue Jeans ya tiene en sus libros, trasladado al cómic.
P: O mejor, una pregunta más concisa: lo que falta de Alan Moore (“La Liga” y otros), ¿hay planes de publicar material nuevo?
R: ¡Sí!
P: ¿Dónde estará Planeta Cómic en 2025?
R: Espero que estemos celebrando más de 40 años de edición de cómic ininterrumpida (¡los cumpliremos en 2022!), con nuevos géneros que hoy ni conocemos pero que en 2025 serán habituales, señal que habremos abierto caminos nuevos, con propuestas frescas, ediciones que den que hablar, ideas nuevas y títulos y series que nadie se esperase apenas cinco años atrás.