Pasamos numerosas horas ante él, y se merece un poco más de cariño. El ordenador es una pieza fundamental en muchas de nuestras vidas, y aunque no lo parezca, con un poco de mantenimiento podremos conseguir grandes logros.
Generalmente es algo a lo que no le damos importancia, puesto que la vida útil de los ordenadores de sobremesa se ha tornado en muy reducida, alcanzando apenas unos pocos años de edad antes de renovarlo. Es lógico, pues el mercado avanza a pasos agigantados y es la ley del mercado en su forma más pura. Sin embargo, hoy vamos a daros algunos consejos para poner a punto vuestro ordenador, perfectos para estos días de verano en los que solemos tener más tiempo de lo habitual. Si quieres descubrirlos, estás invitado a seguir leyendo.
Vamos a centrarnos en nuestro ordenador de sobremesa, pues otro tipo de equipos requieren un mantenimiento muy diferente, siendo posible que incluso se anulen garantías y que podamos fácilmente dejarlo inservible tocando lo que no debemos.
Renueva componentes, barato y eficiente
Hace poco más de un año hablamos de cómo renovar tu antiguo ordenador, dos entradas en las que os ofrecimos algunas ideas para poder realizar un mantenimiento interno del ordenador. Podríamos repetir lo mismo que escribimos por entonces, pues sigue siendo una opinión totalmente válida. Sin embargo, vamos a sacar los más importante en los siguientes puntos:
Si tu equipo es algo antiguo pero no en exceso (es decir, no más de cinco años, aproximadamente), unos nuevos módulos de memoria RAM mejorarán tu experiencia. Pasar de 1 a 2 GB se notará mucho, al igual que de 2 a 4. Es una pequeña mejora que resulta más o menos asequible (dependiendo del tipo de memoria que sea hablaremos de entre 20 y 30 euros cada giga) y que es de lo que más repercutirá en el uso por parte del usuario.
Renovar otros componentes es algo más peliagudo, puesto que el hardware actual o bien no es compatible, o bien es muy superior y formaremos cuellos de botella. Hay que ser muy detallista en este sentido, y desde mi punto de vista hay dos componentes que no merecen la pena ser actualizados: microprocesador y placa base. Por su parte, puede ser una buena opción renovar la tarjeta gráfica a una actual de gama baja, que posiblemente será mejor que la que teníamos antes pero también mucho más eficiente en el sentido de la eficiencia energética y el ruido y calor generado.
Porque no todo va a ser renovar hardware puro, el ordenador no sólo son componentes electrónicos. Renovar los ventiladores, disipadores e incluso la caja hará que cuando lo vuelvas a poner en marcha sea mucho más cómodo de utilizar. Menos ruido y una menor temperatura hará que tu equipo te lo agradezca eternamente.
Una limpieza por dentro nunca está de más
Los que hayáis abierto alguna vez vuestro equipo lo habréis visto lleno de polvo. Para los que nunca lo hayáis hecho, os lo confirmo yo: los componentes electrónicos de un ordenador son una atracción fatal a las motas de polvo.
La solución es a priori sencilla: abrirlo, coger un trapo o un aspirador y limpiarlo por dentro. Y así es, no tiene mayor misterio. Ahora bien, es necesario tener algunos puntos en cuenta para conseguir lograr nuestra misión con éxito.
Como es lógico, nada de trapos húmedos ni sprays especiales. Y, aunque sobra decirlo, desenchufado de la corriente.
Mucho cuidado con el aspirador, pues no tenemos que acercarlo en exceso. Un ordenador es un dispositivo muy delicado, y más aún lo son sus componentes. El aspirador nos facilitará enormemente la tarea de limpiar el polvo, pero hay que usarlo con temple.
Generalmente se suele acumular mucha suciedad alrededor del ventilador de la CPU, donde es fácil acercar el tubo del aspirador. Si hay alguna zona en la que vemos que se acumula polvo, nuestras manos serán nuestra mejor herramienta.
Por último, una cosa a tener en cuenta: es mejor limpiar el equipo y quitar lo más grande antes que dejarlo impoluto, pues podremos llegar a dañar alguna pieza en caso de forzar alguno de nuestros movimientos.
Y por fuera debería ser algo ya habitual
Si el ordenador genera suciedad por dentro, en la parte exterior la cosa no es menos importante. En los alrededores de la torre, el monitor, los altavoces y debajo de teclado, ratón y altavoces. Es ideal desconectar por completo el ordenador de la corriente, retirar todos y cada uno de los componentes (torre, monitor, etc.) y limpiar la zona donde habitualmente situamos el equipo.
Además, no sólo limpiar el ordenador, sino también la mesa donde lo colocamos. Aquí sí que podemos utilizar productos de limpieza específicos que intentan minimizar el impacto del polvo (sprays antipolvo), siempre teniendo en cuenta que no hay nada conectado al enchufe.
Una vez que lo tengamos todo impoluto y que hayamos comprobado que no hay restos ni sobrantes líquidos, volvemos a montar y ya tendremos nuestra mesa del ordenador perfectamente limpiada. Dada la facilidad de este proceso, apenas retirar algunos útiles de una mesa y pasar un par de veces un paño, es algo que podemos hacer con cierta frecuencia para así mantener una completa limpieza en esta zona donde pasamos tantas horas.
Aunque una limpieza más profunda sería lo ideal
Limpio por dentro y limpio por fuera, pero si lo tuyo es ser manitas puedes hacer una limpieza más profunda en el interior del ordenador. En la torre, claro.
Generalmente la limpieza interna (la que hemos tratado en el segundo punto de este especial) es un proceso sencillo y que tardaremos unos pocos minutos. Podemos hacerlo de una forma más avanzada y profunda si tenemos en cuenta que la mayor parte de la suciedad se almacena en ventiladores y disipadores.
Además, los ordenadores de sobremesa suelen tener dos disipadores principales: CPU y tarjeta gráfica.
El ventilador de CPU va acompañado de su inseparable disipador, fabricado generalmente en aluminio o cobre. Es el elemento más sucio de todo el ordenador, puesto que es el que (por lo general) requiere una mayor ventilación del calor interno generado por el componente.
Para su limpieza, primero desmontamos el ventilador (que vendrá anclado al disipador mediante unos tornillos) y su cable de conexión, y luego retiramos el propio disipador. Mucho cuidado con este último, pues suele situarse a presión con la placa base mediante unas pestañas. Con gran atención, las presionamos y lo retiramos. Reitero, una vez más, que mucho cuidado, puesto que el resultado de nuestra maniobra puede dar lugar a arrancar el socket del procesador en la placa base, teniendo que tirar a la basura muchas de las piezas.
Una vez que lo hayamos retirado podemos limpiarlo con un aspirador (sin miedo alguno, suelen ser piezas rígidas que no se van a estropear, aunque tampoco nos cebemos con él). La parte inferior tendrá pasta térmica gastada que tendremos que remover con agua, papel higiénico o de cocina e incluso alcohol (descartar rones y whiskys, es mejor utilizar el de 96º del botiquín).
Tras retirar y limpiar el par ventilador y disipador será necesario limpiar el propio microprocesador, puesto que también tendrá restos de pasta térmica usada. Movemos una barra situada en el socket y destinada a bloquear el propio procesador a la placa base, y con papel limpiamos los restos. Repito, una vez más, que estamos tratando con uno de los elementos más delicados de todo el ordenador, y que cualquier movimiento en falso o golpe puede hacernos que tengamos que tirarlo a la basura.
Una vez limpio e impoluto lo volvemos a colocar en el socket (prestando gran atención a la colocación física del dispositivo, no se puede colocar de cualquier manera), esparcimos algo de pasta térmica nueva en él (el resultado debe ser homogéneo, yo lo suelo hacerlo con unos palillos), montamos el disipador, lo anclamos a la placa base (una vez más, con mucho cuidado), colocamos el ventilador y conectamos todo a la corriente. Si lo hemos hecho correctamente nuestro ordenador funcionará con unos cuantos grados de temperatura menos.
La tarjeta gráfica es otro de los elementos que más polvo recogen en su uso, y en este caso el procedimiento para limpiarla es similar. La gráfica incluye un ventilador, un disipador y un procesador central (GPU). Sacamos los dos primeros, los limpiamos bien y aplicamos nueva pasta térmica. Luego volvemos a montarlo todo y listo.
Esta fase es bastante más compleja que las anteriores, y requiere unos conocimientos más avanzados que simplemente limpiar. No lo aconsejo para gente que nunca haya abierto un ordenador, aunque puede ser una interesante forma de aprender si lo haces con un ordenador de sobremesa antiguo que no vayas a necesitar para nada. De hecho, os lo recomiendo si lo que queréis es aprender sobre las entrañas de ese cacharro que manejáis todos los días, pero bajo esas dos condiciones: 1) que haya alguien que sepa revisando vuestros movimientos; y 2) que lo hagáis con un ordenador de pruebas que no vayáis a necesitar en un futuro.
No te olvides: es un ordenador, una máquina
Muchas veces nos olvidamos de que estamos utilizando una máquina que funciona mucho mejor con un mantenimiento básico. Algunos pasos tan simples como los primeros que os hemos comentado os ayudarán a alargar la vida útil de vuestro equipo. Y si lo que queréis es algo más avanzado, el punto anterior será ideal para vosotros.
Imágenes | Flickr de Extra Ketchup, versageek, djsmiley2k, conskeptical.