Hace unos pocos días estuvimos comentando el lanzamiento del Asus N10, un ultraportátil de 10.2 pulgadas que llegaría al mercado con una serie de características por encima del resto de dispositivos de la competencia.
Llamó especialmente la atención la conexión HDMI, la cual ya es algo extraña de ver en portátiles convencionales, con lo que lógicamente es mucho menos usual su existencia en ultraportátiles. Detrás de esa salida HDMI estará una NVidia GeForce 9300 GS, convirtiendo al Asus N10 en el primer ultraportátil con gráfica no integrada.
El caso es que aunque la novedad me parece de lo más interesante, hay que tener muy en cuenta que si ya de por si los ultraportátiles se quedan cortos en cuanto a autonomía, la batería del N10 sufrirá aún más que la de cualquier otro netbook.
La integración de una gráfica en un ultraportátil lo veo como algo bastante descabellado, ya que es un producto que fue concebido como dispositivo de bajo rendimiento, o más bien de rendimiento ajustado. Un ultraportátil no está preparado, al menos los modelos actuales, para mover aplicaciones de gran peso, sino que están diseñados para aplicaciones de baja potencia y para intentar que la batería tenga un uso lo más largo posible. Un diseñador sufrirá trabajando en 1024x600 píxeles aunque vaya medianamente fluido, y de igual forma una persona que juegue a esa resolución no disfrutará tanto como debería.
Supongo que ya se ve cuál es mi opinión. No, no le veo mucho sentido, pero como para gustos, colores… pues Asus ya ha dado el primer paso con su N10, el primer ultraportátil con gráfica externa, ajena a placa.
Vía | TechConnect.